YO EN MODO: ¡ESTOY SOÑANDO! ¿VERDAD?
Lila fue a buscarme a mi casa, donde estaba hibernando, confundida y perdida entre mis pensamientos torturadores.
No he podido dejar de pensar en Travis, en su pregunta y en la respuesta que le he dado. No soy una persona que pasa su tiempo pensando en la levedad del ser humano, en tratados existenciales o en la perturbación del alma.
En realidad no tengo tiempo de pensar en todas esas cosas, no cuando tengo un padre como el mío, que a pesar de ser genial y quererme un montón, siempre espera lo mejor de mí.
Así que, tener que pensar en cómo me siento y en cómo se pueden sentir Travis y Aramis, me tiene en un estado de ansiedad absoluto.
Nunca me había pasado esto, es como si estuviera divida entre dos amores, como si mi corazón tuviera la capacidad de amarlos a los dos por igual.
Sonrío a los chicos de seguridad y salgo a la calle, el sonido de llamada se reproduce sin obtener respuesta. Cuelgo y le escribo un corto mensaje.<Amor, he salido con Lila. Hoy duermo en mi apartamento, he bebido un poco y no quiero molestarte. Te extraño>Envío el mensaje y me quedo un momento observando hacia la calle, a la gente que va a los restaurantes alrededor, es una zona muy exclusiva de París.— Zoa ¿Qué haces aquí afuera? Empieza a hacer frío — Lila parece un poco ebria y sonrío al observar su corta falda roja y sus largas botas negras — No me mires así, que estoy sublime, al igual que tú y como sabes la belleza cuesta — Ella pasa su brazo por mi cintura y por unos segundos me siento incómoda, pero luego le devuelvo el gesto y frunzo el ceño con su siguiente comentario — No me digas que estabas reportándote.— ¿Qué dices? Solo estaba devolviendo una llamada que me hizo Aramis antes de irse a trabajar — Lila suspira y se vuelve a mirarme
— En un bar muy exclusivo, no recuerdo como se llama —Le respondo, ocultándole lo que hacen en este lugar.«Vale nena y ¿se están divirtiendo? No han salido con los practicantes, ¿Verdad?» — Sonríe y yo lo hago igualmente al recordar el incidente de Lila.—No, somos solo mujeres. Esta vez Lila ha olvidado a los pasantes y los piercings — Escucho su ronca sonrisa y el ruido de una moto al pasar, está en la calle — ¿Estás fumando? — Pregunto, aunque estoy segura de que eso es lo que está haciendo.«¡Nena!» — Suspira — «Todavía tengo mucho trabajo y estoy un poco agotado, no es una excusa, es solo que hoy lo necesito» — De alguna manera lo comprendo, no es fácil acostarse todos los días en la madrugada y pasar de vender los cuadros que creas y pintas a ser mesero en un bar.— Vale, amor. Voy a volver con las chicas, intentaré no despertarte si llego muy tarde — Le digo y antes de que cuelgue la llamada su comentario me deja completamente perdida.«Haz
AramisNunca pensé que un accidente de tránsito pudiese cambiar mi vida por completo y mucho menos que una chica pelirroja, orgullosa y un poco antipática, podrían hacer que mi mundo a mi alrededor diera un giro de trescientos ochenta grados.— ¡Ey Are! Hoy andan más alborotadas que nunca, que bueno que volviste — Me dice Juan, uno de mis compañeros strippers.Pensé que jamás volvería a este lugar, después de renunciar y empezar a trabajar con Leticia.No soy de las personas que se quejan por lo que les sucede, pero sí de las que buscan alternativas, aunque en ocasiones no tome las mejores decisiones.Dejé España esperando encontrar grandes oportunidades en este país, lo que al principio sucedió; empecé a pintar y a ser reconocido en algunos círculos sociales específicos y
— Ha vuelto de nuevo, amigo, esa mujer no va a soltarte — Juan pasa por mi lado, palmea mi hombro y sonríe.Leticia ha estado viniendo los últimos tres días, pero he rehusado verla, no quiero volver con ella mientras esté con Zoa.Quiero tener una oportunidad, ser solo de ella y no ser tomado solo como el objeto de mujeres ricas y cachondas para las que no soy más que el hombre capaz de llevar a cabo todas sus fantasías sexuales.Así que decidí dejarlo todo atrás, a pesar de que Zoa es una rica heredera y de que posiblemente me mande al carajo cuando descubra a lo que me dedico y lo que hice durante dos años, todavía quiero intentarlo con ella.— Tendrá que hacerlo, no voy a volver — Las mujeres esta noche están bastante excitadas y mientras llevaba a cabo el espectáculo del hombre enmascarado, no pararon de gritar.
Entro a su apartamento sin prestar atención a absolutamente nada, necesito que me escuche y sobre todo, que no me deje.— ¡Nena! — Ella se encuentra en medio del salón, lleva una camiseta y unos pantalones de pijama largos y sueltos y mi cuerpo reacciona de inmediato al mirarla.— No te atrevas a llamarme de esa forma, desde este momento. Tú y yo no somos absolutamente nada, no te conozco, no tengo la menor idea de quién eres y no me interesa saberlo. — Con cada palabra se ha acercado a mí, hiriéndome profundamente.Se seca las lágrimas y me mira con mucha frialdad.— Me conoces, Zoa — Le respondo y aprovecho para tomarla de la cintura y pegarla a mi cuerpo. — Tu cuerpo me conoce, al igual que el mío, reconoce el tuyo en segundos. — Le susurro al oído. Es tan pequeña que a veces tengo temor de hacerle daño.— &iqu
TravisEscucharla, decirme que amaba al imbécil de Aramis lleno mi alma de furia, ella no lo conoce, no sabe todo lo que yo sé de él y, sin embargo, estoy dispuesto a dejarla seguir en su mundo ideal, donde un gigoló es su novio y ella no tiene la menor idea de lo que pasa a su alrededor.Creo que he bebido demasiado y he pasado mucho tiempo sentado en esta estúpida terraza, esperando a que la niña mimada de papá aparezca.Debería estar disfrutando con alguna mujer, sin importarme cuál, debería estar enterrándome en su humedad, dejando que succionara mi pene hasta hacerlo explotar.Pero no, en cambio, estoy aquí, esperando que vuelva de casa de su “novio” cuando sé que desde hace varios días solo duerme con él y mientras esos dos deben estar follando como locos, yo estoy ebrio, sentado y aguantando frío en una puta t
Observo con atención y algo de curiosidad su apartamento, no sé lo que me esperaba, pero me he dado de lleno con una dosis de sol y color, parece un lugar caluroso y hogareño. Y este tipo de ambientes son los que más me molestan.— ¿Quieres café o algo más? — La observo dirigirse a la cocina abierta y desde la entrada puedo observar sus movimientos.— No, gracias. ¿Estás enferma? — Le pregunto y enseguida se gira a mirarme de manera fría — Por tu aspecto pareces enferma o extenuada, solo estoy diciendo lo que veo — No he terminado mi frase, cuando la tengo a mi lado empujándome hacia la salida.— Pues tútienes el aspecto de imbécil todo el tiempo y yo no te digo nada¡Lárgate!— Me empuja y aprovecho el momento y rodeo su cintura con mis brazos.— ¿Lo estás?&
Zoa responde a mis movimientos deslizándose hasta hacer que su vagina se encuentre con mi pene a un ritmo más acelerado y salvaje. Llevo una de mis manos a la pared, para cambiar de posición y una de sus piernas se desliza por la mía, mientras solo escucho el ritmo pesado de nuestras respiraciones y el violento sonido de nuestros cuerpos al chocar.Siento como me atrae en su interior, tragándome por completo, haciendo que crezca más en su interior. Deslizo mi mano de sus caderas y tomo su nuca, besándola con todas mis fuerzas; nuestros dientes chocan y nuestras lenguas se enredan una contra la otra, con necesidad.El cuerpo de Zoa tiembla descontrolado, aleja su boca de la mía, cierra los ojos y golpea su cabeza contra la pared, mientras un grito ronco y sensual sale de su boca y su interior me atrapa por completo, me inclino, la beso y me trago los últimos resquicios de su orgasmo, dejando que