Aramis
Nunca pensé que un accidente de tránsito pudiese cambiar mi vida por completo y mucho menos que una chica pelirroja, orgullosa y un poco antipática, podrían hacer que mi mundo a mi alrededor diera un giro de trescientos ochenta grados.
— ¡Ey Are! Hoy andan más alborotadas que nunca, que bueno que volviste — Me dice Juan, uno de mis compañeros strippers.
Pensé que jamás volvería a este lugar, después de renunciar y empezar a trabajar con Leticia.
No soy de las personas que se quejan por lo que les sucede, pero sí de las que buscan alternativas, aunque en ocasiones no tome las mejores decisiones.
Dejé España esperando encontrar grandes oportunidades en este país, lo que al principio sucedió; empecé a pintar y a ser reconocido en algunos círculos sociales específicos y
— Ha vuelto de nuevo, amigo, esa mujer no va a soltarte — Juan pasa por mi lado, palmea mi hombro y sonríe.Leticia ha estado viniendo los últimos tres días, pero he rehusado verla, no quiero volver con ella mientras esté con Zoa.Quiero tener una oportunidad, ser solo de ella y no ser tomado solo como el objeto de mujeres ricas y cachondas para las que no soy más que el hombre capaz de llevar a cabo todas sus fantasías sexuales.Así que decidí dejarlo todo atrás, a pesar de que Zoa es una rica heredera y de que posiblemente me mande al carajo cuando descubra a lo que me dedico y lo que hice durante dos años, todavía quiero intentarlo con ella.— Tendrá que hacerlo, no voy a volver — Las mujeres esta noche están bastante excitadas y mientras llevaba a cabo el espectáculo del hombre enmascarado, no pararon de gritar.
Entro a su apartamento sin prestar atención a absolutamente nada, necesito que me escuche y sobre todo, que no me deje.— ¡Nena! — Ella se encuentra en medio del salón, lleva una camiseta y unos pantalones de pijama largos y sueltos y mi cuerpo reacciona de inmediato al mirarla.— No te atrevas a llamarme de esa forma, desde este momento. Tú y yo no somos absolutamente nada, no te conozco, no tengo la menor idea de quién eres y no me interesa saberlo. — Con cada palabra se ha acercado a mí, hiriéndome profundamente.Se seca las lágrimas y me mira con mucha frialdad.— Me conoces, Zoa — Le respondo y aprovecho para tomarla de la cintura y pegarla a mi cuerpo. — Tu cuerpo me conoce, al igual que el mío, reconoce el tuyo en segundos. — Le susurro al oído. Es tan pequeña que a veces tengo temor de hacerle daño.— &iqu
TravisEscucharla, decirme que amaba al imbécil de Aramis lleno mi alma de furia, ella no lo conoce, no sabe todo lo que yo sé de él y, sin embargo, estoy dispuesto a dejarla seguir en su mundo ideal, donde un gigoló es su novio y ella no tiene la menor idea de lo que pasa a su alrededor.Creo que he bebido demasiado y he pasado mucho tiempo sentado en esta estúpida terraza, esperando a que la niña mimada de papá aparezca.Debería estar disfrutando con alguna mujer, sin importarme cuál, debería estar enterrándome en su humedad, dejando que succionara mi pene hasta hacerlo explotar.Pero no, en cambio, estoy aquí, esperando que vuelva de casa de su “novio” cuando sé que desde hace varios días solo duerme con él y mientras esos dos deben estar follando como locos, yo estoy ebrio, sentado y aguantando frío en una puta t
Observo con atención y algo de curiosidad su apartamento, no sé lo que me esperaba, pero me he dado de lleno con una dosis de sol y color, parece un lugar caluroso y hogareño. Y este tipo de ambientes son los que más me molestan.— ¿Quieres café o algo más? — La observo dirigirse a la cocina abierta y desde la entrada puedo observar sus movimientos.— No, gracias. ¿Estás enferma? — Le pregunto y enseguida se gira a mirarme de manera fría — Por tu aspecto pareces enferma o extenuada, solo estoy diciendo lo que veo — No he terminado mi frase, cuando la tengo a mi lado empujándome hacia la salida.— Pues tútienes el aspecto de imbécil todo el tiempo y yo no te digo nada¡Lárgate!— Me empuja y aprovecho el momento y rodeo su cintura con mis brazos.— ¿Lo estás?&
Zoa responde a mis movimientos deslizándose hasta hacer que su vagina se encuentre con mi pene a un ritmo más acelerado y salvaje. Llevo una de mis manos a la pared, para cambiar de posición y una de sus piernas se desliza por la mía, mientras solo escucho el ritmo pesado de nuestras respiraciones y el violento sonido de nuestros cuerpos al chocar.Siento como me atrae en su interior, tragándome por completo, haciendo que crezca más en su interior. Deslizo mi mano de sus caderas y tomo su nuca, besándola con todas mis fuerzas; nuestros dientes chocan y nuestras lenguas se enredan una contra la otra, con necesidad.El cuerpo de Zoa tiembla descontrolado, aleja su boca de la mía, cierra los ojos y golpea su cabeza contra la pared, mientras un grito ronco y sensual sale de su boca y su interior me atrapa por completo, me inclino, la beso y me trago los últimos resquicios de su orgasmo, dejando que
YO EN MODO: QUIERO MORIR— Zoa, no seas niña. Levántate de esa cama, pareces una marmota — La voz de Lila comienza a enloquecerme.— ¿Podrías callarte? — Le digo esperando que se compadezca de mí y me deje seguir tranquila con mi vida. — No entiendo qué haces aquí. ¿Acaso no tienes una vida propia? — Le digo y cubro mi cabeza con la sábana de mi cama, no pienso salir de aquí.— Tengo una vida y es increíble y en esa vida, se supone que tengo un excelente trabajo en el que quiero seguir sin sentir temor de ser despedida — Saco la cabeza de debajo de la sábana. ¿Qué diablos está diciendo?— No seas dramática, nadie te va a echar — Me vuelvo a arropar.Necesito quedarme aquí y tal vez desaparecer del planeta y organizar mi propia muerte, porque despu&ea
— No lo sé. Solo lo vi un día por casualidad y me fijé en el hecho de que siempre lo hacía con chicas diferentes en su balcón y yo te juro Lila que deseaba no seguir mirándolo. Pero era más fuerte que yo, hasta que solo sentía el anhelo de que yo fuese esas chicas y luego, cuando tuvimos el accidente y nos involucramos, me dio pavor decirle la verdad — Suelto todo de una, sin respirar.— ¿Y seguiste espiándolo? — Me habla con suavidad, como si temiera que yo cometiera alguna locura.— Sí, pero… — Lila levanta una ceja interrogante y yo respiro profundamente — Tenía miedo de que me hiciera lo mismo que me hizo Lorenzo o que siguiera saliendo con una chica cada noche como lo hacía antes de conocerme, pero no volvió a hacerlo, Lila; Nunca más volvió a llevar a una mujer que no fuera yo a su casa — Me s
Mi padre y Nil se alejan mientras recupero mis cosas y me acerco a Lorenzo y a su esposa.— ¿Por qué cambiaste al director? Lorenzo, este es mi proyecto y lograste hacer un desastre en dos días — Le susurro, porque no quiero que Travis, que todavía continúa en la sala de juntas observándonos desde su silla, nos escuche.— Escogiste a un director novato, sin nombre ni reconocimiento, y luego, como si fueras una diva, te fuiste y nos dejaste todo tirado — Me dice casi que ocultándose detrás de su esposa. ¡Maldito cobarde!— Aunque si estabas con el guapote de Ares, tal vez deberías revisar tus prioridades, porque el sexo no lo es todo en la vida, aunque estoy segura de que el tipo puede dejarte tan, pero tan satisfecha que solo quieres más — Mi cara vuelve a enrojecer, pero en esta ocasión me lleno de ira, porque esta idiota me está confirm