— Lisa, Lisa — repitió mi nombre una y otra vez, pero ya no sabía si el dolor del alma era igual o peor al físico— Aquí estoy, solo intento no pensar, y creer fielmente que mi hijo nacerá en el tiempo asignado, que nada malo va a pasar — referí para no preocupar más a Clara— Estás demasiado pálida, en verdad crees aguantar, o llamo a alguien que nos ayude — dijo ella preocupada— No, no llames a nadie, sé que aún puedo aguantar, sé que no nacerá ahora, sé que no va a morir, algo dentro de mi conciencia de madre me lo confirma — contesté y llamarme madre me conmovió, era la primera vez que lo asumía con tanta fe— Y a Thiago — murmuró — Thiago, mi buen Thiago, a como te decía, él fue pieza fundamental para que yo desistiera de la idea de abortar, es una de las cosas por las cuales le quiero como alguien completamente especial, digo querer porque no sé si se puede amar así de rápido, pero sus acciones conmigo han sido demasiado buenas, que me obligan a perdonarle todas estas tontería
— No está, Lisa, no está aquí en el pasillo — Dijo preocupada — Te das cuenta, por qué te digo que nada bueno está pasando — contesté nerviosa — Quédate aquí, por el amor a Dios, no te muevas, iré a buscarlo, regresaré rápido — Advirtió mientras cerraba la puerta sin esperar que yo afirmara que me quedaría esperando, pero lo hice, por ser un poco consciente del peligro, y porque físicamente estaba agotada también. El reloj marcó veintiséis minutos después de la salida de Clara Lucía, me sentía como un pajarito enjaulado, hasta que escuché unos pasos que subían las escaleras, corrí a la puerta y abrí, eran ellos dos, con la cara desorbitada, Clara Lucía estaba llorando y Diego se miraba cansado, abrumado completamente. Entraron a la habitación en silencio, solo el sollozo de Clara Lucía era el único ruido, yo los miré boquiabierta, con la mente en blanco, a la espera de que me dijeran la mala noticia. — ¿Qué sucede? — Pregunté— Respóndeme, dime qué pasó con Thiago — Supliqué ne
Finalmente, llegamos al aeropuerto, llenamos todos los requisitos correspondientes al viaje, aunque se me hizo bastante complicado por lo de mi embarazo, pues me hicieron muchas preguntas antes de dármelo, hasta que a eso de las siete de la noche nuestro avión despegaba rumbo a México, y en tres horas y medias estábamos en mi país, por fin me sentí tranquila, aunque estaba supremamente agotada, ahí nos esperaban otros guardaespaldas de Thiago, y nos llevaron a una casa que estaba cercana a la agencia. Ahí pasamos lo que quedó de noche, tenía muchas cosas en qué pensar, incluso me sentí abrumada porque Thiago no nos había dado la cara, pero era tanto el cansancio que me terminó venciendo, obligándome a dormir casi a lo inmediato.A la mañana siguiente, me desperté temprano, me duché y me alisté, a la espera de las orientaciones de Thiago, Lisa y Diego durmieron hasta tarde, eran dos tipos aficionados al sexo, por lo cual suponía que estaban descansando su farra de la noche anterior.
Ante mi pregunta Thiago siguió manejando, en silencio, no respondió nada, ni siquiera se atrevió a mirarme la cara, su actitud me resultó muy rara y a la vez preocupante. — Thiago, te estoy hablando, te acabo de preguntar algo por favor respóndeme algo — Insistí tocando su hombro — Que te digo Lisa, quizá tenía muchas ocupaciones en ese momento, además si hubiésemos hecho algo en ese momento, no estaríamos juntos, después de todo fue tu embarazo inesperado lo que nos unió — Aseguró mientras pasaba la mano por su cabello una y otra vez como nervioso — Te lo dije varias veces, que quería demandarlos, entonces por qué no me ayudaste, no comprendo — Insistí pues no se quitaba de mi la confusión o rabia que sentía por darme cuenta justo ahora que él tenía un vínculo con esa clínica. — Ya te respondí, Lisa, no entiendo por qué quieres tantas explicaciones, o acaso estás arrepentida de tu decisión — Interrogó con ironía, ante eso tuve que quedarme en silencio. La actitud de Thiago me res
Yo no podía dejar de pensar en lo mal que debían estarla pasando mis padres luego de enterarse de mi embarazo por in vitro, suceso que sé que no creerían, y a la vez me atormentaba saber que iríamos a verlos hasta que pasara todo respecto al juicio, pero mis dos amigos estaban atónitos ante la llegada de Thiago, él era demasiado admirado por la sociedad, así que no pudieron resistirse a preguntar, estaban desesperados por saber cómo había logrado conquistar al magnate, pues antes les había confesado que me sentía derrotada que pensaba que era algo imposible de lograr, y más aún, James sabía que me había ido a California, convencida que Thiago no sería para mí, por lo cual este encuentro le resultaba confuso. — ¿Y cómo fue que te enamoraste de Lisa? — preguntó James, titubeando un poco, dado que era raro entablar una conversación emitiendo tanta confianza con alguien que solo admiraba, y que conocía por sus apariciones en la televisión o las revistas, y que ahora se encontraba en un
— Nena, nena, despierta, es urgente — repetía una y otra vez Sabía que solo porque en realidad pasaba algo grave Clara Lucía se atrevería a interrumpir mi sueño, pues era quien más insistía en que debía descansar. — ¿Qué pasa? — Pregunté soñolienta mientras me levantaba para abrirle — Pues nena que ha venido la estirada esa de Esmeralda — comentó en voz baja tras la puerta, ante sus palabras solo apresuré mis pasos y abrí rápidamente — ¿Está dentro de la casa? — pregunté en gritos mientras le colocaba el seguro a la llave — Está afuera tocando el timbre, la hemos visto por la mirilla de la puerta, Diego me ha afirmado que es ella, como sabéis bien yo no la conozco, y me ha pedido que te avise — Afirmó nerviosa — !Maldición! Yo sabía que esto o era buena idea — Mascullé tirándome de espalda en la cama y colocando mi mano en la frente, pues empezaba a sentir demasiado sudor por el calor y por el miedo — Ya Diego le ha avisado a Thiago, pero como sabrás, él debe ir manejando rumbo
Escuchar la palabra corte, me aterraba, pues si bien me había enfrentado a Esmeralda, cara a cara, jamás había estado ante un juez que me hiciera miles de preguntas, todo cada vez se volvía más confuso, no quería cometer ningún error.— Dile a Thiago que venga, necesito que él sepa lo que ha sucedido — contesté sosteniéndome el vientre que empezaba a dolerme demasiado, quizá por la alteración que la visita me había provocado— Seguro vendrá pronto, Lisa, como ya te dije es posible que apenas esté llegando donde el abogado, necesitamos asegurarnos que el juicio sea lo más pronto posible, antes que des a luz — comentó Diego mirándome preocupado por la posición que había tomado debido al inmenso dolor que sentía en el vientre.—¿Lisa, estás bien? – preguntó Clara asombrada, mientras se acercaba a mí, solo pude sentir el peso de sus manos en mi espalda.—No – logré decir con la voz seca. Clara y Diego me tomaron, recuerdo que sentí su piel rosando mi cuerpo, y que me tomaron en brazos par
— Esmeralda llegó hasta la oficina y me agredió, está desesperada, solo le faltaba confirmar que estabas embarazada, y lo que le dijiste me lo repitió, me dolió que dijeras eso, y no que me amas, pero eso no importa ahora, sucedió que me tiró un refresco que llevaba y también agua, me golpeó – yo bajé la mirada ante esto, me sentí muy mal, por haber provocado tanto.— ¿Y qué ha dicho? ¿Cuándo será el jucio? – pregunté sumamente preocupada, estaba temblando, pensé que si Esmeralda había sido capaz de hacer eso con Thiago, cuanto más me haría daño a mí, y a mi hijo.— Mañana será el juicio, mi niña, mañana todo estará bien – dijo con ternura mientras me llevaba a sus brazos y besaba mi frente, sentí consuelo y miedo, no sabía qué pasaría— ¿Hay esperanzas? ¿En verdad nuestra mentira servirá de algo? ¿Ya tienes los resultados? – pregunté desesperada, todo cada vez me estaba impacientando más, y solo quería salir de eso, y vivir a plenitud mi amor con Thiago, pero cada vez miraba que las