Escuchar la palabra corte, me aterraba, pues si bien me había enfrentado a Esmeralda, cara a cara, jamás había estado ante un juez que me hiciera miles de preguntas, todo cada vez se volvía más confuso, no quería cometer ningún error.— Dile a Thiago que venga, necesito que él sepa lo que ha sucedido — contesté sosteniéndome el vientre que empezaba a dolerme demasiado, quizá por la alteración que la visita me había provocado— Seguro vendrá pronto, Lisa, como ya te dije es posible que apenas esté llegando donde el abogado, necesitamos asegurarnos que el juicio sea lo más pronto posible, antes que des a luz — comentó Diego mirándome preocupado por la posición que había tomado debido al inmenso dolor que sentía en el vientre.—¿Lisa, estás bien? – preguntó Clara asombrada, mientras se acercaba a mí, solo pude sentir el peso de sus manos en mi espalda.—No – logré decir con la voz seca. Clara y Diego me tomaron, recuerdo que sentí su piel rosando mi cuerpo, y que me tomaron en brazos par
— Esmeralda llegó hasta la oficina y me agredió, está desesperada, solo le faltaba confirmar que estabas embarazada, y lo que le dijiste me lo repitió, me dolió que dijeras eso, y no que me amas, pero eso no importa ahora, sucedió que me tiró un refresco que llevaba y también agua, me golpeó – yo bajé la mirada ante esto, me sentí muy mal, por haber provocado tanto.— ¿Y qué ha dicho? ¿Cuándo será el jucio? – pregunté sumamente preocupada, estaba temblando, pensé que si Esmeralda había sido capaz de hacer eso con Thiago, cuanto más me haría daño a mí, y a mi hijo.— Mañana será el juicio, mi niña, mañana todo estará bien – dijo con ternura mientras me llevaba a sus brazos y besaba mi frente, sentí consuelo y miedo, no sabía qué pasaría— ¿Hay esperanzas? ¿En verdad nuestra mentira servirá de algo? ¿Ya tienes los resultados? – pregunté desesperada, todo cada vez me estaba impacientando más, y solo quería salir de eso, y vivir a plenitud mi amor con Thiago, pero cada vez miraba que las
Cuando la última palabra fue nombrada, me puse de pie, deseaba huir de ahí, gritar, decirles que pararan ya, que todo era una farsa, que yo no había sido contratada por Thiago, y que mi hijo no era suyo, que ni siquiera yo sabía de quién era, que todo se había tratado de un error, un error que ahora solo estábamos utilizando para un beneficio, pero antes que pidiera decir una sola palabra, la voz de nuestro abogado me limitó — Pueden hacer las pruebas que deseen, en donde quieran hacerlas, sin embargo eso nos llevará más tiempo del programado, lo que alarga la resolución del juicio, algo que la señora Esmeralda, como ha mencionado en diversas ocasiones es un grave problema para ella — dijo Marcelo con seguridad, yo no podía comprender la tranquilidad con la que Thiago estaba tomando las cosas. — Mi defendida, la señora Esmeralda, está en todo su derecho de exigir pruebas verídicas, y está dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario para la resolución correcta del caso — Objetó e
¿Qué más explicaciones? ¿Qué otra mentira iban a decir ahora?, Me pregunté desesperada y en silencio mientras los miraba tan tranquilos, y yo ahogada de miedo, de dolor, de angustia, solo pude quedarme ahí, sin emitir ningún ruido, esperando que Thiago iniciara a hablar para ver si de una vez por todas terminaba de comprender que era lo que en verdad estaba sucediendo. — Es verdad, yo contraté a Luisa Vanessa, lo decidimos con Esmeralda, lo decidimos porque ella así lo quiso, pues Luisa es una mujer de una familia de bien, y además es su amiga, pero yo no quería eso, es decir, no quería que mi hijo naciera de alguien a quien yo no conocía bien, y además porque era amiga de Esmeralda, mi esposa, y ella no quería que tuviéramos hijos, por lo cual pensé que eso podía ser un problema, sin embargo, no me quedaba más que aceptarlo, por lo cual procedimos a ir a la clínica en donde se haría el embarazo in vitro, justamente el día en que Lisa Miere debía tomar una fotografías a las modelos,
— ¡Mi amor! — exclamó Thiago corriendo hacia mí, cuando el agua empezó a bajar por mis piernas, grité con todas mis fuerzas, el dolor era extremo. — Ya va a nacer, nacerá hoy — grité en medio del dolor, Thiago estaba totalmente nervioso, unas mujeres que estaban ahí como testigos del juicio se compadecieron de mi pena, y le ayudaron, me sentaron y me ayudaron a mantener la calma. — Vamos, Marcelo, ve y enciende el auto — dijo Thiago apresurado, tirándole las llaves al abogado — Llama a Clara — grité yo aún más desesperada, necesitaba a mi amiga y ella había prometido estar conmigo el día del parto, y era la única que podía hacerlo, pues mis padres ni siquiera sabían lo que yo estaba pasando y además estaban lejos del DFA como pude, con mucha dificultad, logramos salir del enorme lugar, me subí al auto, intentando ser fuerte, para que todo saliera bien, nada mejor que cerrar ese juicio con el nacimiento de nuestro hijo. Llegamos a la clínica, apenas y podía soportar el dolor extre
— No es momento para gritos, la señora debe guardar reposo — Advirtió el médico con molestia por la actitud que ambos habíamos tomado y el ruido que provocamos en nuestra desesperación — Cómo puede uno mantener la calma, cuando sabemos que nuestro hijo puede morir — dijo Thiago usando el mismo tono de voz a gritos, con las lágrimas cubriendo su rostro — Thiago, sé que tener un hijo para ti es una gran noticia, quizá es lo mejor que te pasó en la vida, pues fue lo que siempre deseaste, pero debo aclararle que no es nada fácil tener un hijo prematuro es algo complicado, además porque esta fecundación se dio por In vitro, sin embargo debe ser fuerte y luchar, estar positivo y esperar respuestas buenas por parte del bebé — Contestó el médico, pero había algo en él que me atemorizaba, su mirada era fría y calculadora, como si estuviera valorando cada movimiento que yo hacía o como si me viera con desprecio — Sí, tú sabes bien lo que he anhelado un hijo, pero temo que ahora muera, como y
Verla ahí, me llenó de sensaciones terribles, las que no había sentido antes, ni siquiera cuando la tenía frente a mí en el juicio, esta vez yo estaba pasando por la peor situación que puede pasar una mujer, y eso era estar desarmado, sin fuerzas ni ánimos para continuar, así que solo pude dar un suspiro, y esperar que Thiago diera la cara por nosotros. — ¿Qué pretendes? — preguntó mientras a mis odios llegó la risa sardónica de Esmeralda, con esa silueta tan perfecta caminando. — Vine a visitar a los nuevos padres, ahora, porque es posible que su hijo muera, según me enteré — dijo con ironía mirándose las uñas, sus palabras me calaron todo el cuerpo, y de no ser porque estaba conectada a una máquina que medía mi presión y un suero para hidratarme, me habría levantado de ahí mismo y faltando al respeto de su integridad de mujer, la habría desquebrajado ahí mismo, porque con mi hijo nadie iba a meterse— Cállate maldita, cállate — logré gritarle con dificultad, y a la vez sintiendo v
Decidir era una de las cosas que había estado dejando de hacer desde que supe que estaba embarazada, y atreverme a poner mis condiciones ante Thiago, fue una total revelación y liberación. — ¿Y qué se supone que debo hacer? Intento protegerte acaso no te das cuenta, no quiero que te pase nada malo— Me preguntó confuso y asustado — Protegerme, de nuevo huyendo, no, Thiago, ni yo ni mi hijo, tenemos que vivir corriéndonos de tu pasado, tú decidiste hacernos parte de tu vida, yo cedí, pero eso no significa que tenga que esconderme, y si lo prefieres así entonces lo mejor es que… — Lo mejor es qué, Lisa, no es huir, es protegerse — me interrumpió, y la tensión me estaba calcinando — Huir no es protegerse — grité con dificultad — Lisa, pero es que Esmeralda… — Esmeralda quiere dinero, o seguridad, la seguridad que su madre y tu madre quisieron para ustedes, es simple, dale algo, y te aseguro que dejará de ser una sombra en nuestra vida, pero no pretendas solucionar todo obligándome a