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Capítulo 2:

Narra Isabella:

Al llegar a casa ninguno dijo una palabra, los nervios me tenían callada y sin siquiera escuchar música. Cuando escuché la llamada me sentí culpable por hacerlo desviarse de su trabajo, aunque… no tenía por qué venir él personalmente a buscarme, he estado todos estos días a cargo de sus empleados o como los llame.

Este hecho me ha tenido pensando todo el silencioso camino a mi casa, que motivo tuvo para venir él a buscarme, si en todos estos días no he sabido de su existencia y creí que el agradecimiento que tiene o tenía conmigo pasaría unos días después.

Cuento los días para que se alejen de mi vida, no estará por siempre cuidándome solo por ayudarlo cuando estaba siendo golpeado, ¿Cierto?

Un sonido me saca de mis pensamientos y al girar mi cabeza me doy cuenta que fue Alexander quien lo hizo. Se aclaró la garganta y me observa esperando una respuesta a no se que pregunta. Me sonrojo en extremo por la vergüenza de no saber que decir.

Lo veo sonreír y negar un poco de forma suave con la cabeza.

— Te decía que llegamos a tu casa — me dice con una voz seductora que me deja con mucho calor

— Gracias, no tenía que venir a traerme a casa. Puedo cuidarme sola —digo con vergüenza

Me bajo de su auto antes de que responda y entro de forma rápida a casa.

Mi corazón continúa acelerado y mi abuela me espera en el comedor, estoy segura que me esperan muchas preguntas.

Me acomodo frente a ella en la mesa y espero de forma calmada, solo por fuera, sus preguntas.

— Cariño, creo que sabes el motivo por el cual espere por ti. No quiero detalles, sabes que respeto tu vida privada y no me gusta involucrarme. Te he criado bien y eres responsable de tus actos, solo necesito saber si estás bien, en el caso contrario puedes contar conmigo y te apoyo en cualquier decisión que tomes —me dice tomando mi mano

Mis ojos se humedecen por el amor que veo en mi abuela al mirarme. Siempre hemos sido solo las dos desde que mis padres dejaron este mundo.

— No sé qué estás imaginando, pero lo único que puedo decirte es que por ayudar a un hombre herido me están agradeciendo cuidándome. No debería ser por muchos días más, seguro que está semana ya se van de nuestra vida —le contesto nerviosa

Su mirada me dice una cosa, mejor dicho, me cuestiona sobre lo que ella cree que sucede con Alexander, cosa que no es correcta.

No tocamos mas el tema, ella sabe que soy muy responsable con mis actos y ella es al primera en enterarse de cualquier cosa que haga.

Desde ese día no volvió a tocarse el tema sobre los guardias que tiene Isabella.

Varios días después…

Volviendo a casa después de clases me encuentro en un callejón lleno de mafiosos que no son comunes por aquí. No pensé que me dijeran algo, ya que no soy de las que llaman la atención de esos chicos.

Avanzo un poco para continuar mi camino, al menos esa es mi intención, hasta que escucho que uno de esos hombres me llama con un apodo que no tiene nada de bonito. No volteo y finjo que no escuché nada, pero creo que fue para peor hacer eso, porque otro me toma del brazo y me lleva donde esta el que me insultó, ya que no tiene otro nombre lo que me dijo mas que insulto.

Mentalmente me preparo para lo que puedan hacerme, ya que se nota que son de otra ciudad y son mafiosos. Temo por mi vida, sin embargo, no soy de pelear o algo así.

Me encuentro frente al hombre que me llamo primero, me observa con mirada lujuriosa y creo que ya sé lo que me va a pasar. Nunca he tenido novio y soy totalmente nueva en el tema del amor, por lo que creo que hoy conoceré lo que es estar con un hombre.

Cierro los ojos y escucho que dice

—  Busquen un lugar cerca de aquí para enseñarle a esta put@ como debe respetarme —le ordena a sus hombres que lo acompañan

Por dentro estoy temblando, de verdad que no quiero ni siquiera abrir mis ojos por el miedo a lo que me iba a pasar.

Escucho voces y en mi mente no reconozco ninguno, me niego a abrir mis ojos.

—  Isabella, mírame —me dice una voz que creo reconocer, pero no es posible que sea quien yo creo que es —abre los ojos, estoy aquí —me dice como si leyera mi mente

Abro mis ojos y no puedo creer lo que veo, es Alexander, esta aquí

—  Ya estoy aquí —vuelve a decir y me sonríe

Veo detrás de él que el hombre que me insultó primero se levanta molesto por la intromisión, se acerca a Alex y esté me guiña un ojo. Voltea y veo como comienza a golpearlo sin parar, abro mis ojos al máximo por la sorpresa.

¡Puede matarlo si sigue golpeándolo así! Miro alrededor buscando a los que estaban con el hombre y no hay ninguno todos se fueron y lo dejaron aquí.

No puedo evitar asustarme por la versión violenta de Alexander que yo no conocía ni imaginaba. Me estoy dando cuenta de que no conozco al verdadero Alexander Cross.

Al terminar de golpearlo se acerca a mí y yo retrocedo por el miedo, eso lo sorprende y deja de avanzar hacia mi. Lo miro con confusión y duda sobre si me lastimará, eso le duele puedo verlo en su mirada.

—  No quiero que me temas, nunca te haría daño —me dice con voz baja y dolida

—  Lo siento, no conozco esta versión tuya y me asusta, no se que otras facetas no conozco y quisiera conocerte bien en todos tus aspectos, todas tus versiones —le digo con suplica en mi mirada, porque a pesar de conocerlo y de que me había ayudado lo veía como un extraño

—  Estas a salvo ahora, no dejaré que nadie siquiera llegue a pensar en hacerte daño —me responde, cuando no es la respuesta que yo quiero escuchar

—  No em preocupa eso, quiero conocerte y no tener que sorprenderme con otra versión de ti —le insisto

Lo veo pensar en silencio, buscando la forma de complacerme en mi petición. Estas semanas en las que he continuado con los cuidados de sus subordinados he estado dando vueltas a su preocupación por m, no quiero soñar que siente algo por mí, ya que soy de las chicas comunes sin ningún encanto que pueda enamorarlo. Mi corazón cada vez que pienso en él late como un loco, creo que me estoy enamorando si es que ya no lo estoy.

—  ¿Estas segura de que quieres conocerme en todas mis versiones? —me pregunta con seriedad

—  Totalmente segura —contesto sin una pizca de duda en mi voz

—  Bien, si eso deseas lo tendrás. Pasaré por ti a tu casa en dos horas, conocerás cada versión de mí —me dice poniendo su mano en mi cintura por la espalda guiándome a un auto

Al subir me doy cuenta que no es el suyo y que tengo un chofer, me saluda de forma cordial y creo que es el que siempre me ha estado cuidando en la universidad.

Hacemos el camino en silencio y cuando me deja en mi casa solo me despido con cordialidad y bajo para ver a mi abuela y prepararme para estar lista cuando me venga a buscar Alex.

Me doy un baño y cambio mi ropa, no sé donde me llevará Alex, pero seguramente debe ser un lugar donde trabaja porque me quiere mostrar como es en todas sus facetas. Me siento nerviosa por esto, ansiosa y preocupada. ¿Será buena idea entrar en el mundo laboral de Alex? Es una pregunta que por el momento no tiene respuesta.

Lo veo llegar por mí, al verlo bajar de su automóvil me quedo sin hablar. Estaba acostumbrada a verlo con ropa informal, sin embargo, esta vez viene con un traje formal y se ve muy guapo y sexy.

—  ¿Nos vamos? —me pregunta y asiento sin poder decir una sola palabra

Montamos su auto y nos dirigimos donde él le pide al chofer que vayamos, no entendí bien el nombre que dijo, pero me siento a salvo cuando estoy con él.

Al llegar veo que hay mucha gente y lo que mas me sorprende es que varios son los que estaban hace unas horas cuando Alex me salvó.

Al bajarnos del automóvil me doy cuenta que es un enfrentamiento entre pandillas, eso em pone nerviosa y Alex lo nota, me sonríe y se ve calmado, cuando por dentro soy un manojo de nervios. Lo veo sacar un celular, que creo que es el suyo y conectar unos audífonos para entregármelos, los acepto y al tener puestos los audífonos Alex enciende música y me sorprende ver que son piezas de Beethoven, ¿Cómo supo que son mis favoritas?

Puedo darme cuenta de que es una pelea seria, Alex se ve tranquilo y yo observo como comienza el enfrentamiento entre las pandillas mientras n mi mente esta la música de Beethoven.

No pierdo de vista a Alex, me sorprende que el también esta pendiente de mí, eso me hace sentir especial. Esta tan tranquilo que hasta tiene la oportunidad de sonreírme en medio del enfrentamiento.

Para mí ver esta pelea es como una gran película que tiene a Beethoven como música de fondo.

Hola! las invito a leer esta historia que subiré semanalmente lo maximo en capítulos que pueda.

 

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