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Capítulo 3:

Narra Isabella:

Desde ese día en que conocí la única faceta de Alex que no conocía hemos estado conociéndonos más, ya es una costumbre que viene por mi a la escuela a diario para llevarme a casa. Hay días en los que vamos a comer o pasear en la ciudad, donde nos preguntamos cosas el uno del otro y hasta me ha dicho que soy la única mujer que quiere en su vida.

Debo reconocer que me siento en las nubes y eso a veces me asusta, siento que todo se ha dado tan bien que estoy segura que algo malo pasará y nos impedirá estar juntos, es como un presentimiento, un sexto sentido de mujer que me dice eso.

No somos novios o algo mas que amigos, aunque ambos sabemos lo que uno siente por el otro y esta consciente de que nos estamos enamorando cada día más.

En estos momentos voy saliendo de clases, camino hacia la salida porque estoy segura que Alex esta por llegar en cualquier momento. Lo que no me esperaba es que al tocar el pavimento de la calle un grupo de mujeres me rodearan para increparme, según ellas porque salgo con el hombre de otra mujer.

—  Aquí esta la tipa que esta saliendo con el hombre de otra mujer, ¿no sientes vergüenza? —dice una que esta frente a mi y me observa con odio

—  ¿Vergüenza? Las mujeres como ella no saben lo que es eso —dice otra que esta detrás de mi

—  En eso tienes razón, no creo que conozca el significado de esa palabra. Por suerte para ti estamos aquí para enseñarte que no debes andar con hombres que ya tiene una mujer, eso es muy malo y no se hace —me dice la misma que hablo al principio

—  Yo no se…—digo sin saber que responder a todo lo que me dicen

—  Pobre, se ha quedado sin palabras jajaja —dicen ellas riendo, ya ni siquiera sé cual de todas fue la que hablo esto ultimo y la verdad es que me da igual

En mi cabeza lo único que suena es, ¿hombre de otra mujer? ¿soy la otra para Alex? ¡Claro! Como iba a ser posible que un chico tan guapo este soltero, como no lo vi antes. Me encuentro perdida en mis pensamientos que ni siquiera les he respondido a las mujeres que me rodean, al menos hasta que comienzan a insultarme y jalarme el cabello.

No digo nada, porque la verdad no se que decir, además, que nunca he sido de las que pelean y lanzan golpes, soy demasiado introvertida para algo como esto. Veo que la chica que esta frente a mi levanta su puño para golpearme mientras otra me tiene sujeta del cabello y cierro mis ojos esperando el golpe que no llega.

Abro mis ojos y me doy cuenta de que el subordinado de Alex que siempre me cuida en la universidad tiene detenido el brazo de la chica que quería golpearme. Al abrir mis ojos me doy cuenta que la mayoría retrocedió al verlo, o al menos eso creo. Hasta que escucho una voz y hasta yo tiemblo del miedo por el tono de voz que tiene, se nota que esta furioso

—  ¿Se puede saber que están haciendo? —pregunta entre dientes Alex detrás de mí

Ninguna es capaz de responder, lo veo tomar aire y volteo mi cabeza para verlo con sus ojos hechos una furia por lo que vio

—  ¿Cómo se atreven a intentar dañar a Isabella? ¿Quieren morir? Tan valientes para golpear entre muchas a una sola chica, enfréntense a mí y reciban lo que se merecen —pregunta gritando

Todas huyen asustadas, excepto la mujer que levanto la mano para golpearme, ella continua aquí mirándome con odio. Giro y tomo la mano de Alex que esta formada en un puño por lo molesto que esta, él al sentir mi mano con la suya me mira y busca algún signo de que fui herida o lastimada

—  ¿Te encuentras bien? ¿Te lastimaron? —pregunta mirando mi rosto y tomando con su otra mano mi mentón para girar mi cabeza buscando señales de daños en mi

—  Estoy bien, no me hicieron daño —le respondo al ver su preocupación

—  Claro que, si te lo hicieron, las vi cuando te tomaron del cabello y eso lo van a pagar muy caro, nadie te toca y nadie te puede ni siquiera querer hacer daño porque se tienen que enfrentar a mi y pasar sobre mi para siquiera mirarte de mala manera —me dice mientras mira de reojo a la chica que todavía esta aquí

—   Señor, yo no sabía… —comienza a decir la chica, sin embargo, no puede seguir hablando porque Alex la interrumpe

—  Oh no me vengas con eso, claro que lo sabias, sabes perfectamente que nadie puede lastimarla sin que conozca mi furia. Sabes muy bien que nadie se mete conmigo y con lo que estimo, Isabella es intocable para cualquier persona que exista, mas para un grupo de mujeres celosas que no son lo suficientemente leales a mi en el trabajo, pero dime ¿Qué esperaban haciéndole daño? ¿Qué crees que pasara contigo y las demás que corrieron ahora que sé que son traidoras? —le pregunta acercándose a ella de forma intimidatoria

Veo a la chica retroceder por cada paso que Alex da, me da lastima y temor saber lo que puede hacerles, al final de cuentas no me hicieron nada y es entendible que sientas celos, lo mas seguro es que siempre han estado enamoradas de él, lo que no es difícil de hacer.

—  Alex, no es necesario que les hagas nada, solo fue un mal entendido y estoy segura que no volverá a repetirse, ¿cierto? —digo mirando a la chica

—  Si, no volverá a pasar —dice con la voz quebrada por el miedo que siente

—   Tienes suerte de que Isabella sea compasiva, tienes claro que si ella no esta para detenerme esto terminaría de una manera muy distinta, ¿cierto? —dice Alex

—  Si señor, gracias señorita —me agradece la chica

—  Encárgate de correr la voz a las demás, solo por esta vez se salvaron de no recibir el castigo que se merecen y solo gracias a ella, de lo contrario no tengo problema en deshacerme de ellas si no entienden el mensaje —le dice a la chica que mira el suelo con temor

—  Yo les diré jefe —dice y se retira corriendo dejándome sorprendida

—  ¿te dijo jefe? —le pregunto asombrada

—  Si, lo siento cariño, no creí que podría pasar algo así, pero no te preocupes, gracias a Salvador que llegó antes que yo no sucedió nada. Siempre estaré para cuidarte y no dejar que nada malo te pase —me dice abrazándome por la cintura y dejando su cabeza descansar en mi cabeza, ya que es mas alto que yo.

Cosas tan simples como esas, pequeños detalles y muestras de cariño que no teme hacer conmigo donde estemos son las que me enamoran cada vez más.

Es un hombre que da miedo, eso es seguro. Me encanta que conmigo saque ese lado tierno y cariñoso que solo yo conozco. Además, respeta mis decisiones y hace lo posible por darme en el gusto cuando le pido algo, cómo, por ejemplo, lo sucedido hace algunos momentos sobre no hacerles daños a esas mujeres que quisieron intimidarme.

Cada detalle que voy conociendo de Alex me enamora cada vez más, no quiero decir que no tenga defectos, porque es humano y claro que los tiene. Aunque, la mayoría, si es que no todos, son por temas laborales. No es fácil ser el jefe de la mafia de la ciudad.

Muchos le temen, otros lo odian y algunos lo aclaman, que decir de las mujeres, podría decirse que todas lo quieren para ellas por su fortuna y fama de buen amante que tiene.

Lo bueno es que conmigo no ha intentado nada más que abrazos.

Sobre su familia sé que no tiene vivos a sus padres, ni familia que este a su lado. Solo confía en dos de sus subordinados, los que conozco como 1 y 2. No pueden culparme, no hablo con ellos cuando vienen por mí, ni siquiera me miran y con suerte me responden el saludo de buen día que les doy yo.

Me cuenta que el que detuvo a la chica hoy de golpearme es Salvador, justo como actuó hoy, gracioso. Que lleva años trabajando con él y le confiaría mi vida y seguridad sin dudarlo, al igual que Rafael, que es su otro “hermano” como les dice a ambos. Me alegra saber que es querido y que tiene a dos amigos que son como sus hermanos para que estén junto a él.

—  Dime lo que esa cabecita tiene dando vueltas —me dice al notar mi silencio

—  Nada, solo estaba pensando en algo de la universidad —le miento y soy pésima en eso por lo que lo nota con tan solo mirarme

—  ¿En serio quieres mentirme? Sabes que no puedes hacerlo, dime sin vergüenza que estás pensando —me dice sonriendo

—  Esa mujer dijo que estaba con el hombre de otra mujer y bueno yo nunca te pregunté si estas casado o comprometido o de novio, lo que sea —digo tímidamente

—  ¿Eso era lo que estabas pensando todo este rato? Cariño debiste decirme delante de esa mujer, para que ella misma te aclarara la situación, no tengo novia ni nada parecido. Ellas te dijeron esa mentira porque están interesadas en mi soltería para que tener una oportunidad de ser algo más de mí, pero eso nunca sucederá —me dice evitando reír por mi rostro todo sonrojado

—  No es necesario que ella me aclare la situación, con que tú me digas que no tienes nada con nadie me basta. Confío en tu palabra —le respondo mirando el suelo

—  No me gusta que no me mires cuando te hablo, eres la única mujer que puede desarmarme con tan solo una mirada y no quiero dejar de verla cuando estemos juntos —dice besando mi frente

Después de aclarar ese punto, caminamos sin rumbo fijo. Me siento como en las nubes y feliz de tenerlo en mi vida.

Cuando me lleva a casa me dice antes de irse

—  Me gustaría invitarte a un lugar esta noche —dice nervioso

A pesar de ser un hombre tan temido siempre se pone nervioso cuando me invita a algún lugar que tiene que ver con sus pasatiempos y trabajo, eso me hace adorarlo. Me hace darme cuenta de que teme que me asusté o aleje de él por alguna cosa que a él le gusta hacer y que a mi no me guste. No soy capaz de decirle que no a nada de lo que me invite, siempre quiero estar a su lado y aprovechar cada momento para compartir o que le guste hacer e las noches, días y tardes.

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