—¿Qué es esto? —Engla abrió el enorme paquete con una gran sonrisa. —Es nuestro vestuario. —Respondió Jadebeth acercándose a ella. —Visto que solo tú y Nancy saben peinar y maquillar como vikingas, serán las asignadas para ayudarnos. —Engla miró incrédula toda la ropa en el paquete. —¿En serio? ¿Me han hecho una despedida con ropa vikinga? —Nancy la abrazó. —Por supuesto, sabíamos que te encantaría, vamos, debemos arreglarnos. —Es cierto. —Angy se quitó el albornoz. —Debemos estar ahí a las veinte horas. —Engla las miró. —Pero si el local está a penas a media hora del hotel. —Pasó la mirada a Elske. —Apenas son las dieciocho horas. —No iremos a ese lugar, Engla. —Elske le guiñó. —Los chicos cuentan con eso y no le vamos a dar la oportunidad de que nos arruinen la noche. —El asombro en la cara de Engla los hizo reír a todos. —Lo supe en cuanto Roy le sonrió a Einar y él aceptó no molestarte hoy. Ahí me di cuenta de que las chicas tuvieron razón en celebrar todo en otra parte. —N
—¿Accidente o atentado? ¿Boda cancelada? ¿Una prueba más o solo una clara advertencia? —La conductora sonrió con ironía. —El importante empresario Einar Dankworth sufrió un accidente vehicular en horas de la madrugada con algunos de sus colegas y conocidos. —Una vez cambió la cámara, ella miró ahora seria. —Tal parece que el empresario estaba celebrando su despedida de solteros cuando el auto en el que se desplazaba fue embestido repentinamente. El causante del accidente se dio a la fuga y no han podido dar con el responsable. —Miró a su compañero. —¿Qué dices de estos acontecimientos que han sido parte de la vida del empresario los últimos meses, Sedrick? —El hombre le sonrió a su compañera y miró a la cámara. —Lo único que puedo hacer es lo mismo que está haciendo todo el mundo, cuestionarme. ¿Acaso la mala suerte del empresario no termina? ¿Serán todos estos sucesos alguna señal para que la boda no se dé? Nadie tiene la respuesta a esos cuestionamientos, pero de algo sí estoy segu
—Estoy de acuerdo contigo. —Secundó Roy. —Pero para nuestra suerte todo indica que se fueron a la cama temprano y están descansando para el gran día. —Todos respiraron aliviados. —Si ellas estuvieran viendo esto, seguramente hubiera habido uno que otro divorcio y una cancelación de boda. —Leviatán siguió sonriendo con crueldad al escucharlos protestar. Las chicas llegaron al hotel y sin prestar atención a nada subieron a la habitación para descansar por lo menos un poco. Evelyn intentó seguir la caravana de autos, pero al igual que los periodistas se vio desubicada sin saber por dónde ir. Decidida a no seguirle la marcha a esos locos que se escaparon sin más, decidió volver a su casa, habrá boda y debe estar lista. —Señor, tal y como usted lo predijo. —El hombre miró a su jefe. —Dankworth junto a sus colegas escaparon del hospital dejando atrás a la prensa. —¿Capturaron a mis hombres? —La mirada se le volvió oscura cuando le vio bajar la cabeza. —Señor yo... —El disparo resonó d
Todos parecieron olvidar el accidente, todos parecieron olvidar las cosas malas que habían estado pasando los últimos meses en contra de los Dankworth. Einar olvidó completamente que había personas además de su ángel y él. Recordó cada lágrima que le provocó al inicio, pero también recordó como se superó como persona y por supuesto recuerda todas las sonrisas que le saca a la mujer que supo como ayudarlo. Para Engla todo era un sueño, sus recuerdos de como vivía con su padre y como era cuando recién llegó a la mansión del hombre que en su momento la dañó, le hace ser consciente de todo lo que ha pasado. Estocolmo... es así como puede describir el sentimiento que nació por el hombre que la dañó por meses, pero amor es lo exacto para describir lo que siente ahora. Un hombre frío, manipulador, cruel y narcisista dejó su orgullo de lado y luchó contra sus trastornos por ella y eso demuestra que hasta el más cruel cambia por la persona que ama, eso demuestra que hasta el más duro tiene
—Esto ha sido de locos. —Angy se quejó cuando Evelyn se retiró por petición del esposo. —¿Nos hablarán de ese accidente? —Miró a Leviatán. —Me han dicho que jamás fallas al volante, ¿Cómo es que lo chocaron? —Las chicas se interesaron bastante. —Esas no son preguntas. —Yeray reprendió a su esposa. —¿Ah no? —Jadebeth le sonrió a su hermano. —Entonces nosotras podemos sacar conclusiones, ¿Qué dicen chicas? ¿Jugamos a las adivinanzas? —Todas con una sonrisa perversa asintieron. —¿Quizás muy ebrios? —Nancy los miró. —¿Quizás tantas testosteronas en un solo lugar les nubló el juicio? —Elske miró a su esposo. —¿Qué dicen de querer hacer algo loco y así sentirse unos alfas? —Agregó Jadebeth. —¿O tal vez esté pasando algo y lo están ocultando? —Engla miró a su esposo y sonrió. —Dejen de estar diciendo cosas que ni al caso. —Anderson casi hizo retumbar el lugar por su voz ronca. —No somos unos chavales. —¿En serio? —Angy se río en sus caras. —Si no mal recuerdo, cada vez que ustedes se
Roy quedó en shock por un segundo, pero su corazón inició a bombear con tanta fuerza que rápidamente reaccionó. Con fuerza alzó la mano en la que empuña el puñal y mirando al hombre asustado a los ojos, sin piedad la dejó caer así enterrando el puñal en la silla atravesando el pene y los testículos del hombre. —¡Dios! —El desgarrador grito resonó en el silencioso sótano. —Quiero saber quién coñ0 es su jefe. —Miró a Leviatán. —De no responder quítenle lo más valioso que tienen, sé lo perfecto para a ellos. —Al salir del sótano, sacó su móvil y empezó a llamar deseando que todo fuera una mentira, pero ninguno de los hombres que protegía a Einar contesta la llamada. —Maldit4 sea. —Gruñó con furia sintiendo como la ira cubre cada parte de su ser. —Contesta Einar vamos. —Susurró una y otra vez mientras marcaba sin parar. —¡Maldit4 sea! ¡Quiero a veinte hombres rastreando a Dankworth ya! —Ordenó a sus hombres quienes lo miraban a la expectativa. —De inmediato. —Sus hombres se movilizaro
Roy quedó en shock por un segundo, pero su corazón inició a bombear con tanta fuerza que rápidamente reaccionó. Con fuerza alzó la mano en la que empuña el puñal y mirando al hombre asustado a los ojos, sin piedad la dejó caer así enterrando el puñal en la silla atravesando el pene y los testículos del hombre. —¡Dios! —El desgarrador grito resonó en el silencioso sótano. —Quiero saber quién coñ0 es su jefe. —Miró a Leviatán. —De no responder quítenle lo más valioso que tienen, sé lo perfecto para a ellos. —Al salir del sótano, sacó su móvil y empezó a llamar deseando que todo fuera una mentira, pero ninguno de los hombres que protegía a Einar contesta la llamada. —Maldit4 sea. —Gruñó con furia sintiendo como la ira cubre cada parte de su ser. —Contesta Einar vamos. —Susurró una y otra vez mientras marcaba sin parar. —¡Maldit4 sea! ¡Quiero a veinte hombres rastreando a Dankworth ya! —Ordenó a sus hombres quienes lo miraban a la expectativa. —De inmediato. —Sus hombres se movilizaro
—Maldit0 hijo de put4. —Susurró al ver la marca en su mejilla. —Yo les ordené que no te lastimaran, pero ya pagó con su vida. —Engla frunció un poco el ceño, aún dormida se siente fuera de lugar. —Finalmente, te tengo y estoy listo para que te quedes a mi lado. —Su sonrisa fue auténtica, desde niño soñó con ese día. Los movimientos de Engla y los gestos de su cara fueron alabadas como un creyente alaba a un Dios. Esa sensación para ella es distinta, todo lo que percibe a su alrededor es distinto. No se siente como cuando su demonio la observa dormir, solo ese pensamiento bastó para poder abrir los ojos. —Einar. —Pronunció su nombre a la par que se sentó en la cama, la última vez que lo vio estaba lastimado. —Dios. —Susurró al ser consciente del dolor en su cuerpo y su mejilla. —¿Dónde estoy? —Miró a su alrededor, la habitación es tan blanca como la que comparte con Einar, pero muy distinta. Los muebles parecen estar cubiertos de oro y el piso parece de porcelana y su color blanco e