—Lo siento, profesor, no volverá a pasar. —En cuanto el hombre volvió a su labor, Nancy y Engla rieron en voz baja. Convencer a Einar de todo esto no fue fácil para Engla, el riesgo de que la reconocieran era alto y bastante peligroso. Sus dos debilidades en un solo lugar lejos de casa y de su protección no le agradó, pero como Engla es ocurrente, compró una peluca de color rojo, se maquilló y cambió el estilo de su ropa a uno más casual. Tras salir de la clase, ambas se dirigieron a la cafetería, una vez ahí, Nancy se sentó frente a ella y la observó por unos segundos y agrandó un poco más su sonrisa. —¿Qué estás pensando? —Nancy mostró sus dientes por la gran sonrisa dibujada en su rostro. —Pareces z0rra con ese pelo rojo y ese maquillaje intenso. —Engla soltó una carcajada que las hizo blanco de todas las miradas. —¡Estás loca! Este era el único color que me hace ver distinta. —¿De qué se ríen? —Una de las amigas de Nancy se sentó a la mesa. —Yo también me quiero reír. —Engla
Engla le sostuvo la mirada y como casi nunca su gesto se volvió altanero, una pequeña mueca en su boca lució como una sonrisa arrogante. —¿Te has perdido? —Preguntó mirando a la mujer con aura de superioridad. —No soy una tonta, sé perfectamente donde estoy y sí, vine a ver a Einar. —Engla ladeó la cabeza y esta vez sonrió tan ampliamente que sus intenciones quedaron claras. —¿No te das cuenta? —Engla dio dos pasos con firmeza, pero Bellavel no retrocedió, para ella esa chica no es más que una aventura de Einar y nada más. —Einar te ha dicho mil veces que lo dejes en paz, yo he respondido a tus llamadas y también te lo he dejado claro. —Río burlona esta vez, los celos la están matando. —¿Cuánta necesidad tienes de perder tu dignidad? —Bellavel con una sonrisa cruel se encogió de hombros. —¿Mi dignidad? —Ahora fue su turno de reír con diversión. —¿Acaso era yo quien estaba en casa como una niña buena cuando Einar Dankworth follaba y le decía a otra que la deseaba como un loco? —Eng
El placer de verlo con los ojos cerrados y tenso por el disfrute es enorme. Se limitó a succionar, lamer y pasar los dientes cuidadosamente a lo largo de ese pedazo de carne que tanto le gusta. —Aaaggg. —Einar gruñó con un poco de fuerza, su mujer lo está enloqueciendo. ¿Cómo es que ella es tan buena? ¿Cómo pudo él crear a un ángel tan pecador como ese? —Joder, ángel... joder. —Gimió poniendo el vello de Engla todo de punta. Engla ayudándose con la mano, inició a masturbarlo mientras con la boca atiende sus testículos. Einar sintió su corazón latir con fuerza, su sangre pareció espesarse al punto de poder sentirla recorrer sus venas. Cuando Engla volvió a succionar su p0lla, Einar maldijo, con ella simplemente no puede contenerse y que su mujer lo succiones con fuerza lo mata y más por la rapidez con la que lo está haciendo. La destreza que ella utiliza es lo máximo que él ha sentido. —Dios. —Engla tragó los fluidos espesos y lamiendo sus labios miró al hombre temblando frente a e
“—¡Eres un fracaso! —Su grito lo tensó. —Solo tenías que hacer una cosa, ¡Una maldit4 cosa y tú fallaste! —El 0dio en sus ojos lo volvió un ser más cruel. —No es mi culpa, padre. —El golpeteo de su corazón aumentó en cuanto el hombre furioso se acercó a él. —Quítate la camisa y gírate. —Ordenó apretando el látigo. —¡Hazlo! —Einar giró y con lentitud quitó la camisa y la echó a un lado. El latigazo le hizo cerrar los ojos con fuerza, pero no se movió, ya nada podía lastimarlo, nada le hacía sentir. El hombre al verlo aún de pie miró sus piernas y con fuerza le pegó en ambas así haciéndolo caer de rodillas. —Por favor, padre. —Rogó cuando los golpes cambiaron de lugar a las plantas de sus pies descalzos. —¡Padre! —Gritó por el insoportable dolor. —Así es como estarás toda la vida por ser tan blando e insignificante. A tu edad yo ya tenía mucho poder, ¿Y qué es lo que tú tienes? ¡Nada! —Gritó dándole un fuerte latigazo en la espalda. —Tenías que mantener a esa chica a tu lado y la h
—Es esposa de uno de los socios y amigos de mi padre. —El ceño de Einar se frunció. —Ella me conoce desde niño y siempre asegura de que yo fui un niño dulce, aun cuando yo le dejo en claro que jamás he sido bueno. —Miró a Jackson. —En ocasiones siento que ella puede ayudarme a recordar mi pasado. —¿Puede Evelyn venir contigo? —Einar pasó la mano por su cara, a la única que permite estar ahí es a su ángel. —Einar, esto es por tu bien, recuérdalo, no es debilidad. —Einar no dijo nada por un largo tiempo, Jackson se limitó a observarlo y darle su tiempo. —Siento que Evelyn era una de las víctimas de mi padre. —Eso asombró a Jackson. —Lo sé... he dicho que es esposa de su colega y amigo, pero eso a mi padre no le importaba, está visto. —¿Cómo es tu relación con Evelyn? —Esa pregunta puso a pensar a Einar, Jackson al ver sus dudas, suspiró. —Para avanzar debes hablar, ya lo hemos platicado antes. —Einar se enderezó en su puesto y miró al hombre. —No lo tengo muy claro, solo sé que cuan
—¡No! —Roy dejó la puerta a medio cerrar cuando escuchó aquel tono de voz. —No te atrevas a cerrarme la puerta en la cara, no pienso irme. —Ambos miraron sus ojos y se mantuvieron serios. —¿Qué quieres? —Preguntó dejando su irritación en claro. —No tenemos tiempo para esto. —La miró con dureza. —Vengo a ver a Nancy. —La mujer abrió la puerta y entró sin ser invitada. —Es mi nuera y aunque no lo fuera la quiero demasiado. —Roy frunció el ceño con rabia. —No eres mi madre, Evelyn. —Le recordó. —Te aclaro o más bien dicho, te recuerdo que tú me arrancaste de los brazos de mi madre. —Evelyn miró a ese pelirrojo y negó. —Si te di en adopción fue porque buscaba lo mejor para ti. Tu padre y yo no teníamos la facilidad de darte lo que necesitabas, ¿Por qué no entiendes que si volví a buscarte fue porque te extrañaba y te quería a mi lado? No fue mi intención hacerte daño a ti o a la mujer que te crió, ella sabía que yo volvería por ti. —¡Sí, a los quince años y cuando ya no puedes conmig
—Mi madre. —Susurró. —Él inició a lastimarme porque yo extrañaba a mi madre. —Finalmente, sus ojos enfocaron la realidad. —Evelyn. —Levantándose abrazó a la mujer con fuerza, ya la recuerda, ella lo dejó atrás cuando él tenía solamente diez años. Fue justo cuando sus castigos aumentaron. —Oh corderito. —Evelyn hecha un mar de lágrimas lo abrazó y empezó a besarlo como cuando era niño. —Creí que jamás me recordarías nuevamente. —Los temblores de la mujer lo llevó a intensificar el abrazo. —¿Por qué no me lo contaste ante? —Se separó de ella y la miró a los ojos. Evelyn se llevó la mano a la boca al ver esa mirada brillante y cálida que veían cuando era solo un niño. —Tú no me escuchabas y no consideraba prudente decir algo así. Mi marido me lo prohibió todo. —Roy se tensó, ese hombre es un hijo de put4. —¿Me diste en adopción por él? —Roy no pudo evitar preguntar. —¿Acaso él me separó de ti? —Evelyn miró a su hijo sin parar de llorar. —Sí, justo cuando James lo indujo en ese mundo
Einar despertó y sonrió al ver a su mujer a su lado aun cuando le ordenó que se fuera después de la pesadilla que casi lo hace lastimarla. Verla tan tranquila sumida en su sueño lo hizo suspirar, ¿Cómo es que su padre acabó con toda su ternura? ¿Cómo es posible que olvidara todo lo bueno que hace por los demás? ¿Cómo es acaso posible que una persona se vuelva cruel por los tratos de los demás? Esas preguntas ahora le son indiferentes. Él es capaz de amar y sentir sin olvidarlo como autodefensa. Engla frunció el ceño al sentirse tan observada, no quiere abrir los ojos, no quiere despertar después de todo el sexo que tuvo con Einar, pero sentir esa mirada intensa la obligó a abrir los ojos. Cómo siempre ambos quedaron prendados a sus miradas y una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Engla. —¿Por qué no sonríes? —Acarició su mejilla derecha. Si bien Einar recordó todo y hace muchas cosas buenas por ella sin olvidarlo, no sonríe y sigue siendo el mismo posesivo y amargado. En r