Bruce suspiró nuevamente, sabía que haberle revelado al abuelo de la esterilidad de su esposa le traería una discusión con Astrid, pero de todas maneras era cuestión de tiempo para que se enterara, así que dijo a su abuelo:—No te estoy llevando la contraria, sólo que me gustaría que me dejes ocupar de mi matrimonio— dijo él.— ¡Me vale un pepino lo que pienses tú y tú mujer, Bruce!— exclamó el abuelo enojado— hoy mismo voy a ocuparme de el asunto con Astrid — dijo el abuelo firme en lo que decía. — ¡Por favor, déjame resolver mis asuntos, abuelo!— exclamó Bruce enojado. El abuelo suspiró y dijo:— Está bien te dejaré por unos días, no quiero imaginar si Adam tu primo se entera de ésta noticia, espero que todo resulte bien para tí y tu mujer. Bruce salió de la casa de su abuelo imaginando la hecatombe que hubiera sucedido en su casa una vez que Astrid oyera lo que su abuelo le iba a decir, realmente nunca quiso saber quién era la mujer que llevaría a su hijo en el vientre, su abue
— Adam, no entiendo porque crees que te estoy ocultando algo, no sé nada de lo del embarazo de Astrid— dijo Marjorie sin ceder ante su sobrino. —Está bien tía, pero si yo averiguo que tu me ocultaste algo voy a estar muy decepcionado— dijo Adam aún insistiendo. — Solo se que ella está en tratamiento para quedar embarazada— dijo la tía para complacer la curiosidad de su sobrino. — Ya tú no me quieres como antes, eso lo puedo sentir, los chismes sobre mí te han convencido de no quererme más— manipuló Adam. — ¡No digas eso ni en juego!— exclamó Marjorie— tú eres una persona muy especial para mí, es más eres el único que me llama, que me hace sentir que soy su familia, Richard jamás me llama, disculpa si te doy la impresión de que no eres querido por mí, tu sabes cuanto me importas, sé que no eres un mal muchacho. — Esta bien tía te creo, te llamaré cuando tengas más notícias de mi primo y su esposa.— dijo él. —¡No cariño, espera!— exclamó ella— si tengo algo que decir, pero no le
Ella lo miró con enojo y le respondió:—¿Otra vez con eso? ¿Cual es tu afán? ¡Te dije que mientras menos estés involucrado mejor! — ¡Quiero conocer a la dueña del vientre!— exclamó él— ¿Qué hay de malo en eso? — ¡Que no deseo que la conozcas!— exclamó Astrid— ¡Ya tengo a la chica inseminada, está saliendo todo bien, tendrás a tu hijo, con tu sangre! ¡Deberías estar orgulloso. — ¡Y lo estoy cariño! Está bien, quiero respetar tus deseos, pero dime porque no quieres que la conozca. — Realmente no quiero que nadie la conozca, que no tenga interacción con ninguno de nosotros, el objetivo es que tenga el bebé y ya, una vez nazca el niño, nos olvidamos de ella, ni siquiera debe saber dónde vivimos— dijo ella— todo por preservar la seguridad de nuestro hijo. — Ahora estoy entendiendo— dijo él. — Espero y no vuelvas a molestar con eso— dijo ella. — Lo prometo— dijo él besándola con pasión en los labios. Si algo había entre ellos era un amor sólido, y Bruce amaba a su mujer entrañablem
— Debes esperar, es muy temprano para decir que sucederá, aparentemente se ve bien, pero espera, todavía quedan tres meses y medio, al final le ponemos una inyección para que la chica expulse al feto y asunto arreglado, no te angusties, eso puede molestar a tu bebé que inicia la gestación— dijo el médico. — Tienes razón, yo no voy a angustiarme, ¿para el mes que viene se puede ya saber? — preguntó de nuevo Astrid— es que si llega cuando tenga 8 meses me dará temor matar a ese bebé. — Si es más complicado, pero si se le inyecta algo para que haya sufrimiento fetal y así hay que sacarlo obligatoriamente,— dijo el doctor— ella tiene que someterse, no se puede arriesgar a una infección con el bebé muerto dentro de su barriga. — Entonces esperaremos dos meses más— dijo aliviada Astrid. — Si, ahora tienes 8 semanas, en dos meses más, estará más fuerte— dijo el médico— quédate tranquila y ve que la chica se va a extrañar que estés tanto tiempo acá. Camila había escuchado todo, estaba pa
Astrid se quedó pensando; ¿que pudo haber pasado para que ésta muchacha y su madre salieran huyendo de ésta manera? Salió y se fue a casa donde vivía antiguamente pensando que quizás quisiera volver a un estilo de vida más sencillo. Allí no había nada, todo estaba como siempre, entonces llamó a su esposo y dijo:— La chica huyó con el bebé en su vientre— ¿Habías hablado con ella últimamente? — preguntó Bruce. — Sólo la veía lo necesario y hoy tenemos consulta y no está por ningún lado, se llevó sus cosas— dijo Astrid— ¿puedes acompañarme hasta el ginecólogo? Quiero estar contigo. — Claro mi amor, ya salgo para allá— prometió Bruce— sólo relájate, todo va a estar bien. En pocos minutos se reunieron con el doctor para revisar su embarazo que estaba en la décima semana. — Todo va muy bien, increíble me este bebé desea engrosar las filas de los Callister— dijo el médico— ¿Y la chica? — Esa muchacha se fue, no entiendo que pasó— dijo Astrid. — ¿No se te ocurre que escuchó nuestra
— ¡Cariño, éste primo mío que no respeta celebración y deseaba plantearme un negocio! — dijo Richard abrazando a la chica. — ¡Bruce, no seas agua fiestas, es nuestra boda, hoy está prohibido hablar de negocios! — dijo Stella—— ¡Perdón, vamos al brindis entonces!— dijo Bruce con cara de culpable. — Por cierto querido Astrid se ve hermosa con su embarazo, no sé porque creía que estaba más avanzado— dijo Stella. — Te diré que yo ya quiero que nazca el bebé— dijo Bruce tomando el comentario a broma. En casa de Camila. Camila estaba durmiendo y sintió una punzada fuerte en su cadera, parpadeó tratando de entender que estaba sucediendo, vió la hora, dos de la mañana, se levantó y fué a la habitación de su madre. La tocó suavemente y dijo:— Mamá, tengo fuertes dolores en las caderas y el vientre. Alba aún somnolienta le respondió:— Aún es muy temprano para que tengas contracciones, vamos a esperar a ver si tienes más, si vuelven vamos al hospital. — Yo creo que se quiere adelantar
Después de comer algo frugal volvió con su hija. Camila dormía plácidamente, decidió dejar que descansara, mientras fue a su casa para cambiarse de ropa. En casa de Bruce:Al día siguiente Bruce conversaba con Astrid. — ¿Has sabido algo de la chica y el bebé?— preguntó él— Nada amor, parece que se la hubiera tragado la tierra, no está registrada en ningún terminal de salida— respondió Astrid. — Entonces está en la ciudad, hay que estar pendientes de los hospitales, para cuando nazca el bebé— dijo Bruce. — Ese bebé va a complicar la vida del nuestro— dijo ella incómoda— esa mujer puede aparecer después, extorsionando para obtener más dinero. — Pero no lo veas como una amenaza, después de todo es mi hijo mi amor, deberías más bien buscarla, a mi me gustaría tener a ese bebé con nosotros— dijo Bruce. Ella endureció la mirada, pero de inmediato disimuló ante su esposo diciendo:— ¿Y cómo justificaría dos bebés en la casa? — preguntó ella. — Amor contamos la historia y quedarías t
El lunes llegó y con ese día también las expectativas de Camila estaban a flor de piel, ella se sentía nerviosa, por eso media hora antes de las nueve estaba esperando turno para su entrevista. Un hombre muy alto, de facciones agradables, se presentó como ““Licenciado Gordon Taylor" le pidió que se sentara frente a él. Era de amable sonrisa, mirada, gris muy penetrante y hablar enérgico, de unos treinta y seis años. —Buenos días señorita Sánchez, es un placer que podamos llevar a cabo esta entrevista. — dijo el hombre con amabilidad. Ella le indicó al hombre que había trabajado en servicio de un restaurante atendiendo clientes, aunque se había graduado como secretaria en comercio, pero no había tenido tiempo de demostrar todo lo que había aprendido. La entrevista duró treinta minutos, preguntas puntuales, disponibilidad, conocer de ella como persona proactiva, él licenciado le habló del trabajo que se esperaba de ella, la estaría llamando en las próximas dos semanas para indicar