Astrid se quedó pensando; ¿que pudo haber pasado para que ésta muchacha y su madre salieran huyendo de ésta manera? Salió y se fue a casa donde vivía antiguamente pensando que quizás quisiera volver a un estilo de vida más sencillo. Allí no había nada, todo estaba como siempre, entonces llamó a su esposo y dijo:— La chica huyó con el bebé en su vientre— ¿Habías hablado con ella últimamente? — preguntó Bruce. — Sólo la veía lo necesario y hoy tenemos consulta y no está por ningún lado, se llevó sus cosas— dijo Astrid— ¿puedes acompañarme hasta el ginecólogo? Quiero estar contigo. — Claro mi amor, ya salgo para allá— prometió Bruce— sólo relájate, todo va a estar bien. En pocos minutos se reunieron con el doctor para revisar su embarazo que estaba en la décima semana. — Todo va muy bien, increíble me este bebé desea engrosar las filas de los Callister— dijo el médico— ¿Y la chica? — Esa muchacha se fue, no entiendo que pasó— dijo Astrid. — ¿No se te ocurre que escuchó nuestra
— ¡Cariño, éste primo mío que no respeta celebración y deseaba plantearme un negocio! — dijo Richard abrazando a la chica. — ¡Bruce, no seas agua fiestas, es nuestra boda, hoy está prohibido hablar de negocios! — dijo Stella—— ¡Perdón, vamos al brindis entonces!— dijo Bruce con cara de culpable. — Por cierto querido Astrid se ve hermosa con su embarazo, no sé porque creía que estaba más avanzado— dijo Stella. — Te diré que yo ya quiero que nazca el bebé— dijo Bruce tomando el comentario a broma. En casa de Camila. Camila estaba durmiendo y sintió una punzada fuerte en su cadera, parpadeó tratando de entender que estaba sucediendo, vió la hora, dos de la mañana, se levantó y fué a la habitación de su madre. La tocó suavemente y dijo:— Mamá, tengo fuertes dolores en las caderas y el vientre. Alba aún somnolienta le respondió:— Aún es muy temprano para que tengas contracciones, vamos a esperar a ver si tienes más, si vuelven vamos al hospital. — Yo creo que se quiere adelantar
Después de comer algo frugal volvió con su hija. Camila dormía plácidamente, decidió dejar que descansara, mientras fue a su casa para cambiarse de ropa. En casa de Bruce:Al día siguiente Bruce conversaba con Astrid. — ¿Has sabido algo de la chica y el bebé?— preguntó él— Nada amor, parece que se la hubiera tragado la tierra, no está registrada en ningún terminal de salida— respondió Astrid. — Entonces está en la ciudad, hay que estar pendientes de los hospitales, para cuando nazca el bebé— dijo Bruce. — Ese bebé va a complicar la vida del nuestro— dijo ella incómoda— esa mujer puede aparecer después, extorsionando para obtener más dinero. — Pero no lo veas como una amenaza, después de todo es mi hijo mi amor, deberías más bien buscarla, a mi me gustaría tener a ese bebé con nosotros— dijo Bruce. Ella endureció la mirada, pero de inmediato disimuló ante su esposo diciendo:— ¿Y cómo justificaría dos bebés en la casa? — preguntó ella. — Amor contamos la historia y quedarías t
El lunes llegó y con ese día también las expectativas de Camila estaban a flor de piel, ella se sentía nerviosa, por eso media hora antes de las nueve estaba esperando turno para su entrevista. Un hombre muy alto, de facciones agradables, se presentó como ““Licenciado Gordon Taylor" le pidió que se sentara frente a él. Era de amable sonrisa, mirada, gris muy penetrante y hablar enérgico, de unos treinta y seis años. —Buenos días señorita Sánchez, es un placer que podamos llevar a cabo esta entrevista. — dijo el hombre con amabilidad. Ella le indicó al hombre que había trabajado en servicio de un restaurante atendiendo clientes, aunque se había graduado como secretaria en comercio, pero no había tenido tiempo de demostrar todo lo que había aprendido. La entrevista duró treinta minutos, preguntas puntuales, disponibilidad, conocer de ella como persona proactiva, él licenciado le habló del trabajo que se esperaba de ella, la estaría llamando en las próximas dos semanas para indicar
— ¡Gracias Paul, eres de verdad un amigo!— dijo Bruce complacido. — Astrid nos matará si sabe que te di el nombre de esa muchacha— dijo el médico. — No te preocupes, tengo mis mañas para lograr lo que deseo, conozco a mi mujer, sé cómo calmar sus celos— respondió Bruce— quizás puedas decirme cómo es su aspecto físico para tener algo de ventaja. — Bruce, de verdad que me estas poniendo en grandes aprietos— dijo el ginecólogo— ¿Qué te propones con esto? — Encontrar a mi hijo para darle su justo reconocimiento, estoy en mi derecho amigo, Astrid me pidió donar mi semilla para luego querer destruirla, no me parece que ese niño ande por allí sin saber quién es su padre— dijo Bruce con voz muy firme. — ¿Cómo vas a justificar traer a ese niño a tu seno familiar? — preguntó el médico. —¡Ya veré que me invento, pero por favor Paul, ayúdame, por esos años de amistad mi amigo!— rogó Bruce. El hombre fue hasta una gaveta y buscó una carpeta, la extendió hacia su amigo y dijo:— Ésta informa
Camila siguió al hombre, que era Gordon Taylor, el mismo que le había hecho la entrevista; una vez en el interior de una oficina, se sentó muy erguida para esperar instrucciones. Escuchó la voz agradable del ejecutivo decir:— Señorita Camila Sánchez debido a que tiene experiencia atendiendo al público y además tiene estudios con excelentes calificaciones en comercio, será la asistente de mercadeo y trabajará directamente con el gerente de negocios e inversiones— dijo Taylor. — Señor será un honor trabajar en donde usted lo requiera señor — dijo ella. — Su jefe aún no ha llegado a la ciudad, pero en los próximos días estará por acá, mientras ésta será su oficina y recibirá entrenamiento en línea, ya cuando él esté instalado relleno en el trabajo, usted será toda una experta— dijo él hombre— él primer mes será de aprendizaje, enterarse de todo lo referente a sus ocupaciones, después tendremos una fiesta inaugural para celebrar la apertura de ésta sucursal, después de eso, estare
Camila Cruz estaba sorprendida de la reacción de su mamá, se veía seria y con el rostro grave, por primera vez se fijaba que su madre había vivido algo muy significativo. Ella y su mamá, se miraron por un momento y el silencio fue incómodo. — Estoy esperando mamá, que es eso que te tiene tan preocupada— dijo Camila. Alba suspiró y se preparó para decir:—Cuando era una mujer joven, conocí a un hombre con mucho dinero que me hizo creer que le importaba y caí como tonta en su engaño para luego ser lanzada a la calle sin compasión— dijo Alba. — ¡Ay mamá, lo siento tanto! ¡Debió ser muy doloroso para tí! Me imagino que después mi papá borró todo vestigio de dolor— dijo Camila. Alba se movió incómoda en el asiento, ya había empezado a contar la historia y no deseaba parar. — Realmente, estaba casada con tu padre cuando sucedió eso— dijo Alba. Camila abrió la boca con sorpresa, aquella confesión si que no se la esperaba. — ¿Le fuiste infiel a papá?— preguntó Camila sorprendida.— S
— ¿Amor? ¿De verdad tú crees que a éstas alturas sienta amor por ese hombre?— dijo Alba— No lo se mamá, tu eres la que has sufrido por esa historia en tu vida, yo siempre pensé que era huérfana de padre, pero ahora que ya has aclarado mi duda me doy por satisfecha, ¿porque imagino que jamás volviste a verlo madre? — dijo Camila. — Hasta éste día, nunca más supe si está vivo o muerto— dijo Alba. — Si era de tu edad lo más probable es qué esté vivo— reflexionó Camila. — No era tan joven, tendría unos cuarenta y seis o quizás más— dijo Alba. — ¿Era mayor que tú?— dijo Camila sorprendida— entonces puede que esté muerto. — En ese tiempo yo aún era muy joven y me deje deslumbrar por algo que sólo era ilusión, él estaba casado al igual que yo, nuestros matrimonios eran un desastre, lo cierto es que estaba en desventaja ante la esposa, fui agraviada doblemente y él no alzó un dedo para defenderme— dijo Alba. — Eras servidumbre mamá, no iba arriesgrar su vida perfectamente organizada p