Camila Cruz estaba sorprendida de la reacción de su mamá, se veía seria y con el rostro grave, por primera vez se fijaba que su madre había vivido algo muy significativo. Ella y su mamá, se miraron por un momento y el silencio fue incómodo. — Estoy esperando mamá, que es eso que te tiene tan preocupada— dijo Camila. Alba suspiró y se preparó para decir:—Cuando era una mujer joven, conocí a un hombre con mucho dinero que me hizo creer que le importaba y caí como tonta en su engaño para luego ser lanzada a la calle sin compasión— dijo Alba. — ¡Ay mamá, lo siento tanto! ¡Debió ser muy doloroso para tí! Me imagino que después mi papá borró todo vestigio de dolor— dijo Camila. Alba se movió incómoda en el asiento, ya había empezado a contar la historia y no deseaba parar. — Realmente, estaba casada con tu padre cuando sucedió eso— dijo Alba. Camila abrió la boca con sorpresa, aquella confesión si que no se la esperaba. — ¿Le fuiste infiel a papá?— preguntó Camila sorprendida.— S
— ¿Amor? ¿De verdad tú crees que a éstas alturas sienta amor por ese hombre?— dijo Alba— No lo se mamá, tu eres la que has sufrido por esa historia en tu vida, yo siempre pensé que era huérfana de padre, pero ahora que ya has aclarado mi duda me doy por satisfecha, ¿porque imagino que jamás volviste a verlo madre? — dijo Camila. — Hasta éste día, nunca más supe si está vivo o muerto— dijo Alba. — Si era de tu edad lo más probable es qué esté vivo— reflexionó Camila. — No era tan joven, tendría unos cuarenta y seis o quizás más— dijo Alba. — ¿Era mayor que tú?— dijo Camila sorprendida— entonces puede que esté muerto. — En ese tiempo yo aún era muy joven y me deje deslumbrar por algo que sólo era ilusión, él estaba casado al igual que yo, nuestros matrimonios eran un desastre, lo cierto es que estaba en desventaja ante la esposa, fui agraviada doblemente y él no alzó un dedo para defenderme— dijo Alba. — Eras servidumbre mamá, no iba arriesgrar su vida perfectamente organizada p
Eran las siete de la noche cuando Camila entró al salón hermosamente decorado, Gordon de inmediato la miró, su corazón rebosaba de emoción al verla salió al encuentro de la muchacha. En el lugar estaba Gerrit y Bruce, a pesar de que ellos tenían una fotografia de Camila, la manera como estaba vestida en ningún momento imaginaron que ésta hermosa mujer era la misma chica que ellos buscaban.Gordon se sentía ufano de caminar al lado de aquella mujer única a su manera de ver y sentir, se acercó a donde estaban estos dos hombres y Gordon haciendo las veces de anfitrión dijo:—Buenas noches señores Callister, es un honor para mí presentarles a nuestro gerente de mercadeo la señorita Camila Sánchez.Camila al escuchar el apellido un susto inundó la parte alta de su estómago, pero su rostro no reflejó la sorpresa que la había ocasionado, haber escuchado aquel apellido, uno de ellos se adelantó y dijo:— Es un placer señorita Sánchez, soy Bruce Callister, este caballero acá es mi abuelo, Gerr
Apretó la mandíbula y una sonrisa aflora a sus labios, tomó la mano que ella le ofrecía en modo de saludo y la llevó a su boca, depositando un tenue beso, mientras la miraba a los ojos. — El placer es mío. En ese momento se adelantó Stella diciendo:— Señorita Sánchez, yo soy la esposa de éste señor, mucho gusto de conocerla. Camila no esperaba aquella presentación, pero si pasó algo en el interior de la muchacha, su rostro no lo reflejó, con una amable sonrisa se acercó dando un beso en la mejilla de la mujer. — Un placer señora McIntyre, esperamos poder agasajarlos como merecen dos personas como ustedes, siéntanse en casa— dijo Camila— Gracias cariño, eres muy amable al referirte de esa manera de mí. — Es la verdad— dijo él— les confieso que ésta dama y yo estamos saliendo y esperemos que surja algo más que amistad. Ella lo miró con ternura, mirada que Richard notó y sintió una puñalada imaginaria, pero extraña en su estómago, necesitaba hablar con Camila lo más pronto posibl
— De todo y de nada en específico— dijo ella con rapidez— las estrategias que estamos implementando en sistema de mercado, precios, estadísticas.— Con razón se veía tan entretenida la conversación— dijo Gordon. — También le pedía que me regalara un baile — dijo Richard— ya que Stella no está inspeccionando mis movimientos me siento en libertad para invitar a ésta maravillosa mujer. — No faltaba más Richard, claro que puedes bailar con mi chica— dijo Gordon— Será un placer señor MacIntyre—dijo Camila siguiéndole hasta la pista de baile. Una vez allí bailaban al compás de la música y él insistía en que necesitaban reunirse para conversar, ella se negaba, no quería problemas y menos dar una falsa imagen ante Gordon que sí haata el momento se mostraba que deseaba algo serio con ella. — Por favor mi amor, di que irás mañana hasta las inmediaciones del hotel donde me encuentro— dijo Richard. — No me parece justo engañar a Gordon que hasta ahora ha sido tan bueno conmigo— dijo ella.
— Richard, mejor paremos ésto acá, no quiero complicar mi vida siendo inconsciente, acostándome con un hombre que ya está casado— dijo ella a modo de excusa. — Amor, sé que estoy casado, pero no amo a Stella, eres tú la mujer que deseo a mi lado en cuerpo y alma, por favor cree en mí— rogó el. Ella cerró los ojos, quería aquellos besos, sentir las manos de él recorriendo todo su cuerpo, pero una vocecita le advertía que si entraba en aquel abismo no habría vuelta atrás. Richard aprovechó este momento de debilidad y sé dispuso a cumplir los deseos del corazón de ella. Los besos se profundizaron y ya Camila estuvo perdida, las manos de él y ella de enlazaron quitando toda la ropa que estorbaba a sus deseos, Richard pronto se apoderó de los pechos de ella que estaban listos con los pezones endurecidos por la excitación que Camila experimentaba, lo besos cortos en el cuello hicieron el trabajo de rendición más fácil. Él, bajó poco a poco por el torso desnudo de su amada besando cada
— ¿A qué te refieres?— preguntó Richard preocupado— huyendo, ¿de que? No entiendo. — La mujer que me hizo inseminar, desea destruir al niño, y yo tengo miedo de que ella un día me encuentre y logre su objetivo— confesó Camila. — ¡Oh por Dios!— exclamó él— conmigo estás a salvo, no permitiré que nadie te haga daño, ni a tí ni a tu niño. — ¡Gracias! — dijo ella más tranquila— mientras menos sepas de mí mejor, no quiero ser pública ni que me conozcan mucho, se que el mundo es un pañuelo y no quiero arriesgarme a estar en el ojo del huracán, por eso no debí involucrarme contigo. — Amor, yo te amo, no voy a poner en peligro tu persona, ni al niño, prometo que seré muy discreto, te lo aseguro— prometió él. — ¡Si vas a realizar el divorcio, no expongas lo que sientes por mí, usa cualquier excusa por favor!— rogó ella. — ¡Mi vida linda, quiero que te tranquilices! Al parecer esa mujer tiene mucho poder, estas temblando de miedo, nada va a pasar, ¡confía en mí por favor!— dijo él, abraz
Tómate tu tiempo mamá, no tengo prisa en que lo perdones, espera a que lo tengas frente a tí, le reclamas, le propinas unos cuantos golpes y después empiezas la terapia de reconstrucción— dijo Camila. — Hija a veces pienso que quiero perdonar a Gerrit, estaba tan joven y me dejé llevar involucrando mis sentimientos con un hombre prohibido, en todos los sentidos, además de millonario era casado, él era un buen hombre, yo también fui culpable— dijo Alba—solo quiero estar en paz y pasar los últimos años que me quedan tranquila.—No hables así mamá, no lo justifiques, él te sedujo, era un hombre hecho y derecho, mayor qué tú y te envolvió con su palabrería.— dijo Camila resentida. — No te preocupes hija, se como sucedió y como te lo dije ya— dijo Alba— entiendo que debo vivir un proceso, pero sólo sucederá cuando lo tenga enfrente nuevamente. La chica miró a su madre que en ese momento se sentía contrariada, pero no dijo nada, solo notó un brillo de tristeza en la mirada de Alba. L