— ¡Gracias Paul, eres de verdad un amigo!— dijo Bruce complacido. — Astrid nos matará si sabe que te di el nombre de esa muchacha— dijo el médico. — No te preocupes, tengo mis mañas para lograr lo que deseo, conozco a mi mujer, sé cómo calmar sus celos— respondió Bruce— quizás puedas decirme cómo es su aspecto físico para tener algo de ventaja. — Bruce, de verdad que me estas poniendo en grandes aprietos— dijo el ginecólogo— ¿Qué te propones con esto? — Encontrar a mi hijo para darle su justo reconocimiento, estoy en mi derecho amigo, Astrid me pidió donar mi semilla para luego querer destruirla, no me parece que ese niño ande por allí sin saber quién es su padre— dijo Bruce con voz muy firme. — ¿Cómo vas a justificar traer a ese niño a tu seno familiar? — preguntó el médico. —¡Ya veré que me invento, pero por favor Paul, ayúdame, por esos años de amistad mi amigo!— rogó Bruce. El hombre fue hasta una gaveta y buscó una carpeta, la extendió hacia su amigo y dijo:— Ésta informa
Camila siguió al hombre, que era Gordon Taylor, el mismo que le había hecho la entrevista; una vez en el interior de una oficina, se sentó muy erguida para esperar instrucciones. Escuchó la voz agradable del ejecutivo decir:— Señorita Camila Sánchez debido a que tiene experiencia atendiendo al público y además tiene estudios con excelentes calificaciones en comercio, será la asistente de mercadeo y trabajará directamente con el gerente de negocios e inversiones— dijo Taylor. — Señor será un honor trabajar en donde usted lo requiera señor — dijo ella. — Su jefe aún no ha llegado a la ciudad, pero en los próximos días estará por acá, mientras ésta será su oficina y recibirá entrenamiento en línea, ya cuando él esté instalado relleno en el trabajo, usted será toda una experta— dijo él hombre— él primer mes será de aprendizaje, enterarse de todo lo referente a sus ocupaciones, después tendremos una fiesta inaugural para celebrar la apertura de ésta sucursal, después de eso, estare
Camila Cruz estaba sorprendida de la reacción de su mamá, se veía seria y con el rostro grave, por primera vez se fijaba que su madre había vivido algo muy significativo. Ella y su mamá, se miraron por un momento y el silencio fue incómodo. — Estoy esperando mamá, que es eso que te tiene tan preocupada— dijo Camila. Alba suspiró y se preparó para decir:—Cuando era una mujer joven, conocí a un hombre con mucho dinero que me hizo creer que le importaba y caí como tonta en su engaño para luego ser lanzada a la calle sin compasión— dijo Alba. — ¡Ay mamá, lo siento tanto! ¡Debió ser muy doloroso para tí! Me imagino que después mi papá borró todo vestigio de dolor— dijo Camila. Alba se movió incómoda en el asiento, ya había empezado a contar la historia y no deseaba parar. — Realmente, estaba casada con tu padre cuando sucedió eso— dijo Alba. Camila abrió la boca con sorpresa, aquella confesión si que no se la esperaba. — ¿Le fuiste infiel a papá?— preguntó Camila sorprendida.— S
— ¿Amor? ¿De verdad tú crees que a éstas alturas sienta amor por ese hombre?— dijo Alba— No lo se mamá, tu eres la que has sufrido por esa historia en tu vida, yo siempre pensé que era huérfana de padre, pero ahora que ya has aclarado mi duda me doy por satisfecha, ¿porque imagino que jamás volviste a verlo madre? — dijo Camila. — Hasta éste día, nunca más supe si está vivo o muerto— dijo Alba. — Si era de tu edad lo más probable es qué esté vivo— reflexionó Camila. — No era tan joven, tendría unos cuarenta y seis o quizás más— dijo Alba. — ¿Era mayor que tú?— dijo Camila sorprendida— entonces puede que esté muerto. — En ese tiempo yo aún era muy joven y me deje deslumbrar por algo que sólo era ilusión, él estaba casado al igual que yo, nuestros matrimonios eran un desastre, lo cierto es que estaba en desventaja ante la esposa, fui agraviada doblemente y él no alzó un dedo para defenderme— dijo Alba. — Eras servidumbre mamá, no iba arriesgrar su vida perfectamente organizada p
Eran las siete de la noche cuando Camila entró al salón hermosamente decorado, Gordon de inmediato la miró, su corazón rebosaba de emoción al verla salió al encuentro de la muchacha. En el lugar estaba Gerrit y Bruce, a pesar de que ellos tenían una fotografia de Camila, la manera como estaba vestida en ningún momento imaginaron que ésta hermosa mujer era la misma chica que ellos buscaban.Gordon se sentía ufano de caminar al lado de aquella mujer única a su manera de ver y sentir, se acercó a donde estaban estos dos hombres y Gordon haciendo las veces de anfitrión dijo:—Buenas noches señores Callister, es un honor para mí presentarles a nuestro gerente de mercadeo la señorita Camila Sánchez.Camila al escuchar el apellido un susto inundó la parte alta de su estómago, pero su rostro no reflejó la sorpresa que la había ocasionado, haber escuchado aquel apellido, uno de ellos se adelantó y dijo:— Es un placer señorita Sánchez, soy Bruce Callister, este caballero acá es mi abuelo, Gerr
Apretó la mandíbula y una sonrisa aflora a sus labios, tomó la mano que ella le ofrecía en modo de saludo y la llevó a su boca, depositando un tenue beso, mientras la miraba a los ojos. — El placer es mío. En ese momento se adelantó Stella diciendo:— Señorita Sánchez, yo soy la esposa de éste señor, mucho gusto de conocerla. Camila no esperaba aquella presentación, pero si pasó algo en el interior de la muchacha, su rostro no lo reflejó, con una amable sonrisa se acercó dando un beso en la mejilla de la mujer. — Un placer señora McIntyre, esperamos poder agasajarlos como merecen dos personas como ustedes, siéntanse en casa— dijo Camila— Gracias cariño, eres muy amable al referirte de esa manera de mí. — Es la verdad— dijo él— les confieso que ésta dama y yo estamos saliendo y esperemos que surja algo más que amistad. Ella lo miró con ternura, mirada que Richard notó y sintió una puñalada imaginaria, pero extraña en su estómago, necesitaba hablar con Camila lo más pronto posibl
— De todo y de nada en específico— dijo ella con rapidez— las estrategias que estamos implementando en sistema de mercado, precios, estadísticas.— Con razón se veía tan entretenida la conversación— dijo Gordon. — También le pedía que me regalara un baile — dijo Richard— ya que Stella no está inspeccionando mis movimientos me siento en libertad para invitar a ésta maravillosa mujer. — No faltaba más Richard, claro que puedes bailar con mi chica— dijo Gordon— Será un placer señor MacIntyre—dijo Camila siguiéndole hasta la pista de baile. Una vez allí bailaban al compás de la música y él insistía en que necesitaban reunirse para conversar, ella se negaba, no quería problemas y menos dar una falsa imagen ante Gordon que sí haata el momento se mostraba que deseaba algo serio con ella. — Por favor mi amor, di que irás mañana hasta las inmediaciones del hotel donde me encuentro— dijo Richard. — No me parece justo engañar a Gordon que hasta ahora ha sido tan bueno conmigo— dijo ella.
— Richard, mejor paremos ésto acá, no quiero complicar mi vida siendo inconsciente, acostándome con un hombre que ya está casado— dijo ella a modo de excusa. — Amor, sé que estoy casado, pero no amo a Stella, eres tú la mujer que deseo a mi lado en cuerpo y alma, por favor cree en mí— rogó el. Ella cerró los ojos, quería aquellos besos, sentir las manos de él recorriendo todo su cuerpo, pero una vocecita le advertía que si entraba en aquel abismo no habría vuelta atrás. Richard aprovechó este momento de debilidad y sé dispuso a cumplir los deseos del corazón de ella. Los besos se profundizaron y ya Camila estuvo perdida, las manos de él y ella de enlazaron quitando toda la ropa que estorbaba a sus deseos, Richard pronto se apoderó de los pechos de ella que estaban listos con los pezones endurecidos por la excitación que Camila experimentaba, lo besos cortos en el cuello hicieron el trabajo de rendición más fácil. Él, bajó poco a poco por el torso desnudo de su amada besando cada