Astrid esa tarde llegó a casa emocionada por haber logrado parte de su plan, espero a Bruce para comunicarle la noticia, al verlo entrar lo abordó diciendo:
— ¿Qué te dije? La chica accedió y aceptó ser inseminada, ésta mañana mismo empezamos con los exámenes para prepararla para que se embarace de tí, cariño— dijo ella.— Que bien, fui al laboratorio y dejé la muestra para la inseminación— dijo él.— Excelente, ya verás como dentro de unos meses tendremos a tu hijo en ésta casa— dijo ella.— ¿Crees que los abuelos se creerán que el tratamiento de fertilidad funcionará?—Si lo creen o no es lo que menos me importa, solo deseo permanecer a tu lado, amorcito — dijo Astrid muy firme en su cometido. Richard también llegó a casa y su prometida estaba esperando por él—¡Hola cariño! ¿Qué haces acá tan temprano?— preguntó besando una de las mejillas de la chica. — Quería desayunar contigo, pero tú tenías otros planes— dijo ella— Cariño, salí a desayunar con Bruce, tenía algo importante que hacer y me pidió que lo acompañara— dijo Richard. Quizás también debió decirle:— «Hoy conocí a una chica y me gustó muchísimo, deseo volver a verla, no sé si seguir con esto del compromiso de casarme contigo, pero esa muchacha no sale de mi cabeza», pero decidió callar sus pensamientos y solo dijo:— Lamento que hayas estado sola. Richard pasó su brazo por los hombros de su novia y todo siguió igual para ellos. Mientras en casa de Astrid y Bruce:—Hice trato con la muchacha, le adelanté dinero, este proyecto salvará tu patrimonio familiar, amorcito— dijo ella.— Está bien, no te preocupes, se hará como lo planeaste y después veremos —dijo Bruce. Ella lo vio entrar en la biblioteca y se alzó de hombros, así era él tan parco para hablar. En casa, Camila se sentía en las nubes, nunca hombre alguno le había besado de la manera que la besó aquel hombre, era todo mágico, su madre se sorprendió al verla tan temprano, y preguntó.— ¿Sucedió algo mi niña?Ella ocultó lo que pensaba y dijo:— La señora me dió dinero para tu medicina, te compré tu tratamiento y ésta silla nueva — dijo Camila señalando con su mano.Hasta ese momento la madre de Camila no había notado la nueva adquisición, lágrimas de regocijo resbalaron por sus mejillas cansadas.— ¡Ay hija de mi alma espero que éste enorme sacrificio que haces por mi, tenga frutos satisfactorios.Ella abrazó a su mamá y respondió:— Los tendrá mamita, ya lo verás, Dios es bueno y confío en Él.La madre de Camila, besó a su hija en la frente y dijo:— Y yo confío en ti, mi niña hermosa.Su madre era la mejor amiga que ella podía tener, así que le confió lo vivido esa mañana. —Mamá, ¿sabes lo que me pasó hoy?— dijo de modo confidencial.Alba sabía que cuando su hija ponía esa expresión en su rostro algo fabuloso estaba pasando.— ¿Qué pasó, aparte de obtener el dinero para solventar nuestras necesidades inmediatas?— preguntó interesada su madre.— Conocí a un hombre mamá, el más gentil que haya podido conocer antes, es lo más hermoso que me ha pasado— dijo ella emocionada.Y procedió a relatar el suceso de esa mañana dónde había conocido a Richard McIntyre. — Fue arriesgado que dejaras que ese hombre te diera un beso, ni siquiera lo conoces, puede que esté casado, hija— dijo su madre.Camila arrugó su entrecejo y dijo:No lo había pensado mamá, tienes razón, debo andar con cuidado.— Así es mi niña, debes ser muy prudente,— dijo la madre— eres pobre, e inexperta y esos hombres ricos siempre andan por allí dispuestos a hacer daño.Camila escuchó a su madre, pero se repitió que él no quería hacerle daño, él era diferente.Esa semana se ocupó de adquirir la prótesis para su madre, realizar los exámenes y llevarla nuevamente al médico para ir mejorando la salud, además de que empezó a prepararse para estar lista para la inseminación. Tres días después la llamó Astrid sintió un extraño sentimiento al escuchar la voz de aquella mujer que la trataba con cortesía, pero había algo en ella que la hacía sentir temor— Camila, ya todo está listo, mañana vamos a ver al ginecólogo para que te diga cuándo es el día perfecto— dijo Astrid.En éstas próximas semanas estuvo en el proceso con el ginecólogo, al culminar todos los estudios, el ginecólogo quiso revisar a Camila por medio de un eco transvaginal, pero al verla le dijo a Astrid:— La chica es vírgen, explicó el médico— creo que es más fácil que se acueste con tu marido y así se obtienen los mismos resultados .— Ya hablé con ella de éste proceso y no sé si lo desee de la otra manera — dijo Astrid renuente a la idea.— Hagámosla pasar para el procedimiento — dijo el doctor.Ya Camila estaba lista, al entrar él médico aconsejó:— Señorita Cruz, le dije a la señora Wood, que usted nunca ha tenido relaciones sexuales, entonces le sugerí que quizás, en vez de inplatarlo el esperma en su útero, ¿porque no hacerlo de manera tradicional?Ella lo miró sin entender y dijo:—¿A qué se refiere?—Que ee acueste con el marido de ella hasta quedar embarazada— dijo el doctor.— ¡No! Habíamos quedado en que sería de ésta manera!— exclamó ella— no soy ninguna promiscua o prostituta.— Tranquila muchacha, todo se hará de acuerdo a lo acordado sabemos qué eres una chica decente, por eso te escogí — dijo Astrid— mi hijo debe tener los mejores genes.— Entonces procedamos al implante — dijo él médico.Después de unos minutos todo quedó listo, Astrid se veía satisfecha. Al salir del consultorio se dirigió a la chica diciendo:— Descanse por éstos dos días, debe venir para que hablemos de su dieta en el embarazo.— No se preocupe doctor, yo misma me encargaré de traerla— dijo Astrid. Después habló con la chica diciendo:— Las condiciones de salubridad en las que vives deben cambiar, además iremos a abrir tu cuenta bancaria para que tengas la mitad del dinero que te prometí.—Está bien señora Wood, estaré pendiente de cuidarme para que éste, su bebé venga en perfectas condiciones — dijo ella.— ¡Gracias Camila! ¡Eres una buena chica!— dijo ella— sé que estás haciendo reparaciones en tu casa y eso no está bien para ti y mi bebé, así que tengo un departamento donde vivirás mientras estás embarazada y terminas de acondicionar tu casa, mañana vengo por tí, para llevarte a tu nueva residencia. Saco de su cartera una buena cantidad de dinero y se lo entregó, volviendo a su residencia, Camila estaba comiendo muy bien desde que ésta mujer había aparecido en la vida de ella y su madre.Habia empezado a hacer algunas reparaciones en su casa, quería hacer buen uso de la beca que tenía por estar prestando su vientre para el bebé de Astrid Wood y su esposo.Por cierto nunca le había preguntado cómo se llamaba él, se imaginó que quizás era, señor Wood.Cuando llegó a casa se sentó con su madre a explicarle que al día siguiente deberían abandonar la casa mientras la reparaba, pues la señora quería que viviera en un departamento cerca de la casa de ella y su marido. Ya Astrid Wood le había depositado la mitad del dinero, quedó que la otra mitad sería al momento de nacer el bebé. Todo estaba yendo perfecto para ella y su madre, ésta mujer se encargaba de todo, le proveía alimentación balanceada, ropa para estar presentable, si, como ella lo había prometido, la vida de Camila Cruz estaba cambiando, daba un giro que jamás esperó.— Camila, había despertado esa mañana bañada en sudor, había tenido una pesadilla, Richard la estaba besando y una mujer la había atrapado por los cabellos gritándole:—“¿Por qué besas a mi esposo? Está casado, estábamos muy felices hasta que llegaste tu.”En el sueño esa mujer había sido muy agresiva con ella, le gritaba con todas las fuerzas que él era de ella, que no tenía nada que ofrecerle, que él no iba a cambiar lo que sentía por ella, que era una pobretona. Al despertar todo era tan real, estaba sudando como si realmente hubiera luchado con esa mujer del sueño. Sintió una profunda tristeza, pero todo era producto de su imaginación, no entendía porque aquel sentimiento, total, probablemente nunca más lo volvería a ver. Unos minutos más tarde entró la llamada de Astrid Wood. — Estoy por llegar Camila,espero ya tengas todo listo para salir, no tengo mucho tiempo— dijo ella. — Sí señora ya estamos listas— respondió Camila. La madre de Camila entró en ese momento a la hab
Bruce suspiró nuevamente, sabía que haberle revelado al abuelo de la esterilidad de su esposa le traería una discusión con Astrid, pero de todas maneras era cuestión de tiempo para que se enterara, así que dijo a su abuelo:—No te estoy llevando la contraria, sólo que me gustaría que me dejes ocupar de mi matrimonio— dijo él.— ¡Me vale un pepino lo que pienses tú y tú mujer, Bruce!— exclamó el abuelo enojado— hoy mismo voy a ocuparme de el asunto con Astrid — dijo el abuelo firme en lo que decía. — ¡Por favor, déjame resolver mis asuntos, abuelo!— exclamó Bruce enojado. El abuelo suspiró y dijo:— Está bien te dejaré por unos días, no quiero imaginar si Adam tu primo se entera de ésta noticia, espero que todo resulte bien para tí y tu mujer. Bruce salió de la casa de su abuelo imaginando la hecatombe que hubiera sucedido en su casa una vez que Astrid oyera lo que su abuelo le iba a decir, realmente nunca quiso saber quién era la mujer que llevaría a su hijo en el vientre, su abue
— Adam, no entiendo porque crees que te estoy ocultando algo, no sé nada de lo del embarazo de Astrid— dijo Marjorie sin ceder ante su sobrino. —Está bien tía, pero si yo averiguo que tu me ocultaste algo voy a estar muy decepcionado— dijo Adam aún insistiendo. — Solo se que ella está en tratamiento para quedar embarazada— dijo la tía para complacer la curiosidad de su sobrino. — Ya tú no me quieres como antes, eso lo puedo sentir, los chismes sobre mí te han convencido de no quererme más— manipuló Adam. — ¡No digas eso ni en juego!— exclamó Marjorie— tú eres una persona muy especial para mí, es más eres el único que me llama, que me hace sentir que soy su familia, Richard jamás me llama, disculpa si te doy la impresión de que no eres querido por mí, tu sabes cuanto me importas, sé que no eres un mal muchacho. — Esta bien tía te creo, te llamaré cuando tengas más notícias de mi primo y su esposa.— dijo él. —¡No cariño, espera!— exclamó ella— si tengo algo que decir, pero no le
Ella lo miró con enojo y le respondió:—¿Otra vez con eso? ¿Cual es tu afán? ¡Te dije que mientras menos estés involucrado mejor! — ¡Quiero conocer a la dueña del vientre!— exclamó él— ¿Qué hay de malo en eso? — ¡Que no deseo que la conozcas!— exclamó Astrid— ¡Ya tengo a la chica inseminada, está saliendo todo bien, tendrás a tu hijo, con tu sangre! ¡Deberías estar orgulloso. — ¡Y lo estoy cariño! Está bien, quiero respetar tus deseos, pero dime porque no quieres que la conozca. — Realmente no quiero que nadie la conozca, que no tenga interacción con ninguno de nosotros, el objetivo es que tenga el bebé y ya, una vez nazca el niño, nos olvidamos de ella, ni siquiera debe saber dónde vivimos— dijo ella— todo por preservar la seguridad de nuestro hijo. — Ahora estoy entendiendo— dijo él. — Espero y no vuelvas a molestar con eso— dijo ella. — Lo prometo— dijo él besándola con pasión en los labios. Si algo había entre ellos era un amor sólido, y Bruce amaba a su mujer entrañablem
— Debes esperar, es muy temprano para decir que sucederá, aparentemente se ve bien, pero espera, todavía quedan tres meses y medio, al final le ponemos una inyección para que la chica expulse al feto y asunto arreglado, no te angusties, eso puede molestar a tu bebé que inicia la gestación— dijo el médico. — Tienes razón, yo no voy a angustiarme, ¿para el mes que viene se puede ya saber? — preguntó de nuevo Astrid— es que si llega cuando tenga 8 meses me dará temor matar a ese bebé. — Si es más complicado, pero si se le inyecta algo para que haya sufrimiento fetal y así hay que sacarlo obligatoriamente,— dijo el doctor— ella tiene que someterse, no se puede arriesgar a una infección con el bebé muerto dentro de su barriga. — Entonces esperaremos dos meses más— dijo aliviada Astrid. — Si, ahora tienes 8 semanas, en dos meses más, estará más fuerte— dijo el médico— quédate tranquila y ve que la chica se va a extrañar que estés tanto tiempo acá. Camila había escuchado todo, estaba pa
Astrid se quedó pensando; ¿que pudo haber pasado para que ésta muchacha y su madre salieran huyendo de ésta manera? Salió y se fue a casa donde vivía antiguamente pensando que quizás quisiera volver a un estilo de vida más sencillo. Allí no había nada, todo estaba como siempre, entonces llamó a su esposo y dijo:— La chica huyó con el bebé en su vientre— ¿Habías hablado con ella últimamente? — preguntó Bruce. — Sólo la veía lo necesario y hoy tenemos consulta y no está por ningún lado, se llevó sus cosas— dijo Astrid— ¿puedes acompañarme hasta el ginecólogo? Quiero estar contigo. — Claro mi amor, ya salgo para allá— prometió Bruce— sólo relájate, todo va a estar bien. En pocos minutos se reunieron con el doctor para revisar su embarazo que estaba en la décima semana. — Todo va muy bien, increíble me este bebé desea engrosar las filas de los Callister— dijo el médico— ¿Y la chica? — Esa muchacha se fue, no entiendo que pasó— dijo Astrid. — ¿No se te ocurre que escuchó nuestra
— ¡Cariño, éste primo mío que no respeta celebración y deseaba plantearme un negocio! — dijo Richard abrazando a la chica. — ¡Bruce, no seas agua fiestas, es nuestra boda, hoy está prohibido hablar de negocios! — dijo Stella—— ¡Perdón, vamos al brindis entonces!— dijo Bruce con cara de culpable. — Por cierto querido Astrid se ve hermosa con su embarazo, no sé porque creía que estaba más avanzado— dijo Stella. — Te diré que yo ya quiero que nazca el bebé— dijo Bruce tomando el comentario a broma. En casa de Camila. Camila estaba durmiendo y sintió una punzada fuerte en su cadera, parpadeó tratando de entender que estaba sucediendo, vió la hora, dos de la mañana, se levantó y fué a la habitación de su madre. La tocó suavemente y dijo:— Mamá, tengo fuertes dolores en las caderas y el vientre. Alba aún somnolienta le respondió:— Aún es muy temprano para que tengas contracciones, vamos a esperar a ver si tienes más, si vuelven vamos al hospital. — Yo creo que se quiere adelantar
Después de comer algo frugal volvió con su hija. Camila dormía plácidamente, decidió dejar que descansara, mientras fue a su casa para cambiarse de ropa. En casa de Bruce:Al día siguiente Bruce conversaba con Astrid. — ¿Has sabido algo de la chica y el bebé?— preguntó él— Nada amor, parece que se la hubiera tragado la tierra, no está registrada en ningún terminal de salida— respondió Astrid. — Entonces está en la ciudad, hay que estar pendientes de los hospitales, para cuando nazca el bebé— dijo Bruce. — Ese bebé va a complicar la vida del nuestro— dijo ella incómoda— esa mujer puede aparecer después, extorsionando para obtener más dinero. — Pero no lo veas como una amenaza, después de todo es mi hijo mi amor, deberías más bien buscarla, a mi me gustaría tener a ese bebé con nosotros— dijo Bruce. Ella endureció la mirada, pero de inmediato disimuló ante su esposo diciendo:— ¿Y cómo justificaría dos bebés en la casa? — preguntó ella. — Amor contamos la historia y quedarías t