Capítulo V
Me desperté por la algarabía, de los otros pasajeros, ya habíamos llegado, bajamos, fuimos conducidos por un pasillo espectacular, me quede observando, tuvieron que llamarme, luego nos dirigimos al hotel e iba fascinado con el transito, no muy pesado, a pesar de la hora era casi mediodía, los carteles, la formas de cruzar los transeúntes en las calles, el respeto a los semáforos, entre otros.
Por cosas del destino llegué casi primero, miré a mi alrededor porque presentí una mirada buscando algo, pero no divisé. Nos recibieron muy bien, ubicándonos a los primeros en el 5to piso, nos condujeron a las habitaciones y me entregaron la llave, estaría hospedado por dos meses en la Habitación 53.
Nos dijeron que teníamos que apuraremos para ir al almuerzo, me dispuse a dejar las cosas y salir de una vez.
Bajamos en el ascensor, otros participantes y yo, algunos conocidos de otros eventos, nos saludamos, nos dimos la bienvenida, luego fuimos directo al salón donde se serviría el almuerzo.
¡Estupendo! Todo muy ordenado, almorcé suficientemente, no me había dado cuenta que tenía tan hambre, luego de terminar salimos, había otro grupo esperando para almorzar.
Algo me distrajo, volví la mirada, creí ver a alguien conocido inclusive su cabello, pensé ¡Debo estar cansado, la veo, la presiento! Ella, Laura Marina, debe estar muy lejos de mí.
Debíamos esperar hasta las dos, por lo que decidí subir a la habitación, para arreglarme, darme un baño, bajaría a la una y quince minutos.
Diego en su habitación pensaba:
Luego de bañarse, se recostó, despertando al escuchar arregles voces en el pasillo, creí volver a escuchar su voz, ¿Qué raro! Observé el reloj del celular, me dispuse a terminar de vestirme, casi eran las dos, tome la carpeta que estaba sobre la mesita, baje.
De nuevo, creí verla, cuando me acerque al ascensor divise un cabello hermoso, recordé el suyo…
Espere que volviera a subir el ascensor, baje, el salón estaba lleno, pregunte por mi asiento, me indicaron:
Busque su asiento, según la habitación esta a la derecha en el segundo pasillo el tercer asiento, número 53 – 13
Cuando me senté noté que mi vecino del 51 no estaba y me vecina del 52 sí, aunque no veía su expresión, ni la observaba bien porque había poca luz, estaban comenzando a disminuir su intensidad porque comenzaría el evento dispuesto para hoy, así que me senté, supe que era mujer por su larga y hermosa cabellera, la misma que observe minutos antes en el ascensor, con mucho cuidado, amabilidad, en voz baja le pregunté la hora, porque había dejado mi celular en la habitación.
- Hola. ¿Puedes decirme por favor indicarme la hora?
Y ella volteó, GUAO, no había vuelto a pronunciar esa expresión, quedamos mudos, a ella le quedo en sus labios la hora, nos miramos. Allí estaba mi Laura Marina, era ella, de inmediato comencé a escuchar un latido de corazón, no sé si fue tan grande el sonido de mi corazón o el de ella, lo cierto era que uno de los dos sonaba muy fuerte.
Respondió:
-Hola.
Ese momento me llamó alguien y pregunto no se qué cosa, solo respondí, quedo complacido, me interesaba más la persona que tenía justo a mi lado.
¡Hola!, que alegría verte, es un sueño que estés aquí, me informaron que asistirían otras personas, y …
Hola, igual me alegro de verte.
-No sé qué decirte, ¿Cuándo llegaste?
Ayer, al mediodía.
Qué bien, vernos de nuevo y aquí…
Si de nuevo…
No pudimos continuar, debido a que se dio inicio a la bienvenida….
En ese momento el orador se acerco al micrófono, solicitando completo silencio para dar inicio al evento. Dejamos de hablar, cada uno se dispuso a escuchar al orador, yo de vez en cuando la miraba de reojo. Parece mentira verla allí de nuevo, cada día más hermosa, sobre todo su cabello.
Laura Marina en silencio disfrutaba de su vecino, viéndolo mirarala de reojo.
El orador comenzó dando la más cordial bienvenida y algunas observaciones que estaban en la carpeta que cada uno de nosotros tenia en nuestra habitación, note como mi vecino me observaba y luego miraba al frente, que alegría verlo, después del embarque que me dio y no responder mis mensajes, allí estaba.
La introducción a la jornada fue realizada por el presidente de la misma, luego continúo la secretaria, nos ofreció sus números telefónicos, direcciones y otras alternativas en caso de necesitar cualquier información, recalcando lo importante de la puntualidad, el trabajo, la colaboración u otra necesidad que se presentará.
Asignaron los horarios de trabajo, los talleres e inclusive los grupos, estaríamos divididos por temas y por diversas profesiones, querían que el trabajo fuese fructífero, para que cada participante compartiera su experiencia y realizarán un trabajo mancomunado.
Así que, en la misma carpeta tendríamos los grupos, las horas, días, y cualquier otra información, explicaron que existía una biblioteca, que deberíamos tener un carnet, el cual lo entregarían a la mañana siguiente, justo al comenzar la primera mesa de trabajo. También dieron algunas orientaciones con respecto a las salidas del hotel, lugares recreativos, continuaron hablando de cosas tales como: las horas de las comidas, de algunas actividades que se realizaría extra clases, otras por las noches, sábados, domingos, feriados…
Por lo visto la jornada comenzaría y terminaría con todos las exigencias y esperando obtener excelentes resultados. Cuando finalizo la bienvenida eran las siete y media de la noche, nos despidieron y me volví a mi vecino.-Bueno, comenzamos bien, OK, me alegro de volver a verte, nos veremos luego.-A mí también me encanto, que harás, ¿podemos cenar juntos para conversar?-OK, le dije.Salimos del salón donde nos dieron la bienvenida llamado Einstein, hacia donde cenaríamos.Mientras esperábamos turno, porque llegamos tarde para la primera tanda de la cena, nos recreamos con las pinturas que estaban en el pasillo, cada uno de nosotros ensimismado en nuestros propios pensamientos.A medida que salían personas del comedor entraban otras, hasta que nos toco el turno. Nos sentamos y nos dieron la carta. De verdad teníamos hambre, yo ordene un plato árabe y él igual, comimos casi en silencio, terminamos y estamos de regreso al ascensor.Había pocas personas en el salón de entrada, subimos
CAPITULO VIILevantada muy temprano, baje al salón donde deberíamos desayunar llamado DESCARTES, allí lo vi, creo que me esperaba. Me sonrió y me invito a su mesa.- Hola, buen día, ¿Cómo dormiste?- Bien gracias ¿Y tú?- Bien, sabiendo que la buena compañera de la habitación contigua, estaba tan emocionada como yo de escuchar los dos ancianos que tocaban en la calle…- Oye, ¿Los viste? Son fabulosos, desde que llegue los he escuchado, te aseguro que he intentando bajar, pero debo preguntar si se puede a esa hora.- Entonces, - respondió Diego- bajaremos juntos.En esos momentos llego el chico con la carta para que solicitáramos el desayuno. Pedí dos arepas con carne y un buen café con leche.Él solicito lo mismo, agregando un jugo de naranja. Nos sirvieron y luego de desayunar pasamos al salón respectivo para escuchar la primera charla y de allí nos dividiríamos según el interés de cada participante.La charla estuvo centrada, el moderador hablo sobre los beneficios que traería el t
Capítulo VIIIAclare que la clase tenía tres tiempos; Inicio, Desarrollo y Cierre, que en cada uno de ellos se deberían utilizar diferentes estrategias para no caer en el automatismo, para ello existían libros que ayudaban y daban soluciones simples, por ejemplo le dije: al comenzar la clase debes hacer una dinámica que integre al grupo, con una canción o con un juego, luego una lectura para reflexionar, de allí comenzaría el Desarrollo del tema, que en el mismo se podría hacer otra dinámica o un descanso para comer algo, para disminuir el cansancio, para el Cierre cada participante o grupo realizaría una plenaria utilizando los recursos que cada uno de ellos considerará, finalizando con otro juego o con otra canción.Quedo sin habla, me pregunto.-¿Cómo haces para saber todo eso?Respondí.-Es mi profesión y debo saberlo.-Qué bien, serás mi tutora. Ja ja ja.-Bien, ad honores. Ja ja ja.-OK - dijo- pero puedo pagarte con grandes creces…-No, seré tu tutora ad honores.Llego la h
Capítulo IXFaltaba algo para la cena y fuimos a buscar a nuestros acompañantes para saber cuándo podríamos salir para ver el espectáculo de la pareja de ancianos. Los encontramos y concretamos cita para el viernes a las ocho de la noche.Muy alegres comenzamos a planificar lo que haríamos ese día, de repente quedamos muy cerca uno del otro y Diego trato de besarme, me retire, note el cambio de su cara, y le dije:- No pongas esa cara, todo tiene su momento y no debe haber apresuramientos, así que, cambia tu cara.Me miro serio, y me dijo que no era apuros, habíamos quedado cerca y pensó…- No debemos actuar sin pensar, llegará el momento preciso, debemos hablar del pasado, nuestra relación quedo seccionada por ti, sin motivos aparentes ni esclarecimiento alguno y creo que esa explicación debe llegar sola, sin influir en ella, debido a ello se puede presentar de nuevo otra situación que finalizará en lo mismo, debemos tener claro nuestros sentimientos y las consecuencias que se pueden
Capitulo XTenía mucho tiempo antes de la cita, revise lo comprado y comencé a leer sobre el Arte Contemporáneo en América Latina, habían elegido bien, aunque tenía algún conocimiento el contenido del libro era de interés, leí tres de los cinco capitulo y procedí a arreglarme para eñ encuentro.Baje a las 07:50 p.m. observe como mi amigo Diego conversaba con un grupo de personas muy relacionadas a su trabajo de ingeniero, nos saludamos y concretamos vernos mañana para pasear.Entre al salón de la cita y allí estaban los profesores. Luego de presentarnos, cenar me hicieron la proposición, me dieron tres carpetas con el contenido del proyecto, indicándome que leyera algo y si podía mañana por la tarde les diera mi opinión sobre él, estuvimos conversando hasta las 10:00 p.m. pude detectar el interés que tenían el proyecto y la importancia de esté.Me informaron que de aceptarlo debería trabajar por las noches, algunas, tardes y sábados y domingos, sin que se interrumpiera en las clas
Comencé el día con un desayuno rico en proteínas, me agradaba comer arepas fritas, en el medio les hacia un huequito para que se cocinaran perfectamente, así se lo hice saber a la señora Rosangela, quien gustosamente accedía a complacerme en mis gusto para comer. Estas arepas de harina de maíz las rellenaba con queso, tomate y salsa blanca, ese día tenía mucha ansiedad y está emoción me daba hambre, así que le coloque también pollo y huevos revueltos. Termine con un abundante y espumante café con leche. La espera de los nuevos miembros me tenía eufórica y con muchas ganas de trabajar. Hoy iniciaría entrevistando a las personas más importantes de la comunidad para conocer sus proyectos, intereses y necesidades. No quería pensar en los nuevos integrantes que llegarían para anexarse al proyecto Soledad, tendría que buscar distraerme mientras llegaba la hora de recibirlos. Por la noche estuve intranquila, no solo por saber la magnitud del proyecto sino por el encuentro con Diego. Luego d
Capítulo XIILlegamos por la tarde, me asignaron en una casa de techos muy altos, cuando entramos a ella el aire era frío, procedía de los ventanales abiertos del fondo, en el medio había un jardín con el techo totalmente descubierto, las flores que estaban plantadas en la arena eran hermosas desprendían un olor agradable al olfato además de la belleza que se apreciaba, la habitación era amplia con una cama matrimonial hecha de madera tallada, me atrevería a decir que había sido realizada con sumo cuidado, la delinee con los dedos y al tacto era suave, la sabana era de color lila hecha a mano con el mismo material que había observado en el hotel en las sabanas, tenía una mesita de noche con varios accesorio de baño, jabón con olor a naturaleza, champú y enjuague de igual olor, una toalla lila y otras sabanas de varios colores pasteles, pase al baño y me llegó el aire tibio muy aseado y ordenado.Luego de que me instalé me bañe y salí a caminar por los pasillos, había grandes pintura
Capítulo XIIIMe levante con la luz del día que entraba por la puerta, me dispuse a bañarme me vestí muy deportiva y salí. Al salir me llego un grato olor a comida recién hecha, olía a arepas asadas en leña con café recién colado, llegue hasta la cocina y vi a la señora Elena, en la preparación de diversos platos, la salude y me sonrío con un esplendoroso gesto.-Buen día señora LauraMarina, le prepararé el desayuno y le estoy haciendo el almuerzo y la cena.Le informe que casi nunca cenaba, que no se preocupara por hacerse cena, que si me daba hambre comería cualquier cosa o me tomaría un jugo.No vio con buen gusto mi información indicándome que debería comer algo, porque el trabajo que me esperaba era duro y necesitaría fuerzas suficientes para resistirlo, por ello debería alimentarme muy bien.Sonreí, diciéndole que siempre había sido así.Me sirvió un muy buen desayuno, término el almuerzo y me dijo que me esperaban en la casa de color azul que estaba al cruzar las dos cuadras