4
Fue un completo caos, vi al hombre que estaba junto a mi papá caer sin vida en el suelo como si se tratara de una película en cámara lenta, su cabeza rebotó en la cerámica y su pecho no dejaba de sangrar donde lo había tiroteado. Los gritos fueron un revoltijo, y las personas salieron de la iglesia como si adentro hubiera algo tóxico. Comencé a entrar en pánico mientras retrocedía mis pasos y tropecé con el escalón del escenario a punto de rodar por las escaleras, cuando de repente alguien me aguantó con fuerza por la cintura antes de caerme.
Me sentía al borde del desmayo.
-Ven conmigo.
Un momento.
¿Ese era Keller?
No dije nada simplemente lo seguí cuando me tomó del brazo y me arrastró con él hacia la puerta trasera hasta una camioneta negra con vidrios oscuros. Me monté en el puesto de adelante y él tomó asiento en el puesto de conductor, miré hacia atrás para observar a las personas seguir corriendo fuera del templo, mientras nos alejábamos y el sonido de las sirenas policiales comenzaban a retumbar en la zona cada vez más cerca, mis manos no paraban de temblar, mi corazón estaba completamente acelerado.
¿Qué había acabado de pasar?
Miré a Keller, él no parecía tan alterado.
-Mataron… a ese hombre —murmuré—. Mi papá estaba a su lado.
Mi voz sonó demasiado estrangulada así que aclaré mi garganta, noté que Keller miraba fijamente la carretera sin inmutarse, la camisa blanca que vestía dejaba ver el tatuaje de su brazo izquierdo y mi pulsera.
No debía causar nada que tuviera mi pulsera, pero… lo admitía, que usara algo mío me hacía sentir muy bien.
-Tu papá está bien —dijo—, lo vi ante de que saliéramos.
Bueno, saber que mi papá estaba bien me aliviaba de sobremanera.
- ¿A dónde me llevas? –murmuré al ver que ya nos habíamos alejado de la calle principal. Keller me miró de reojo, a la escasa luz lucía más misterioso, pero sin duda atrayente…
¿Cómo era que se las arreglaba para ser tan guapo siempre?
-Estás muy alterada, tienes que serenarte hasta que todo se calme –miró mis manos, fue cuando me di cuenta que mis uñas se estaban clavando en mi antebrazo con demasiada fuerza, al soltarlas no me sentí mejor ni más tranquila, me había dejado una profunda marca.
Uhg.
-Bien. –susurré y miré alrededor, la camioneta era bastante lujosa- Uhm ¿de quién es esta camioneta?
-De mi padre –se limitó a decir. Uhm, interesante, Keller tenía un padre y si le prestaba su camioneta quería decir que le tenían confianza, creo que podía también confiar en él, aunque no era como si tuviera muchas opciones en este momento.
Reposé mi cabeza del espalda del asiento, comenzaba a tener nauseas, me quite los aretes porque comenzaban a molestarme las orejas y los guardé en mi bolsillo, necesitaba tomarme unos segundos para respirar…
Decidí que podía confiar en Keller, hasta el momento no me había dado motivos para pensar lo contrario… y no sé en qué momento caí en los brazos de Morfeo.
***
Abrí los ojos y me senté tan deprisa que me mareé y casi me caí de la cama. ¿Qué…?, miré a mi alrededor, este no era mi habitación, ¿Dónde estaba?, empujé las suaves sabanas hacia un lado y mis pies descalzos tocaron el frio suelo de cerámica. Era una habitación de color azul, no había adornos, solo un closet cerrado y una lampara sobre la mesita de noche, ni siquiera una ventana…
Caminé hasta la puerta pero al girar la perilla me di cuenta de que estaba cerrada.
No puede ser.
Me habían secuestrado.
5Las lágrimas llenaron mis ojos, ¿Cómo pude ser tan estúpida? Me secuestraron en mis narices. Me sobresalté cuando de repente la puerta se abrió y Keller entró, paseando sus ojos alrededor hasta que se enfocó en mí.Vaya que era muy alto, parecía que la habitación le quedaba pequeña.-¿Por qué me secuestraste? –mi voz sonó más débil de lo que quería, limpié mi mejilla intentando en vano que mis ojos dejaran de botar lágrimas, pero parecía imposible.-¿Secuestrarte? –Repitió, su ceño se frunció-, ¿intentaste abrir la puerta?, se traba un poco, debes empujarla hacia dentro y luego tiras de ella.Oh.Eso explicaba un poco, no me había secuestrado, solo no sabía abrir la puerta.«Eres una idiota Katiana».-Quiero irme a mi casa –dije-, ¿qué hora es? ¿Qué hago aquí?Keller rascó su espalda y se encogió un poco de hombros.-Deben ser las ocho –dijo-, te
Mi madre me tomó por los brazos y de súbito me abrazó cuando entré por la puerta. Me quedé tan perpleja que lo único que hice fue paralizarme en mi lugar, percibiendo su costoso perfume a rosas del bosque. Creo que era primera vez que me abrazaba cuando no había público observando.-Estas aquí –susurró-, ¡Estas aquí!Sus ojos verdes merodearon por todo mi rostro y volvió a abrazarme, sus brazos delgados me apretujaron la faja del vestido asfixiándome un poco.-¡Está aquí, David! –mi mamá habló fuerte, mi padre apareció en la cocina, sostenía su teléfono contra su oreja, su rostro pálido se volvió poco a poco acalorado hasta casi adquirir el mismo tono rojizo de su cabello.-No oficial, olvídelo, ya está aquí… -dijo mi padre colga
Jamás me había sentido tan mal en mi vida, estaba viendo la película, pero veía a los lados con nerviosismo como si mis padres pudieran verme en cualquier momento, ¿y si me encontraba con algún hermano del templo?, mancharía la reputación de mi familia.Ya estás en el lio, asúmelo. Me repetí, ya lo había hecho, y lo hecho, hecho estaba.Mentirles a mis padres diciéndoles que me encontraría con los muchachos del templo en el cine, no me hizo sentir mejor, pero se sintió tan bien estar con mis amigos de la universidad. La película fue increíble, todo fue increíble, lo único malo fui yo y mi conciencia intranquila.Cuando llegué a mi casa mis padres estaban sentados en el sofá de la sala, mi madre tenía los brazos cruzados sobre su pecho y mi padre me miraba fijamente.Oh, oh.Era suficiente la tensión en el ambiente para saber que me habían atrapado y estaba realmente metida en problemas. ¿Qué debía hacer ahora?, ¿fi
Abrí la ventana, y volteé a mis espaldas para asegurarme de que mis padres no hubieran bajado por las escaleras, no estaba de humor para recibir otro castigo. Keller analizó mi rostro y su semblante cambió de felicidad a la preocupación.-¿Qué pasó?Negué con la cabeza y mi respiración comenzó a entrecortarse, respiré profundo, no podía llorar otra vez, me negaba a hacerlo.-¿Qué haces aquí, Keller? –susurré, miré otra vez a mis espaldas porque escuché un sonido, pero fue el baño de la habitación de mis padres.Keller agarró mi brazo, lo miré con una pregunta en mis labios, pero entonces me di cuenta de que veía la marca roja en mi antebrazo donde mi papá me había agarrado, si así estaba mi brazo, no podía imaginar mi trasero.
-¿Qué? –expresé en un aliento. Dylan alzó una ceja y sonrió levemente.-Que si la película te aburre.Oh.Había escuchado mal.-No, es solo que… mi amiga –comencé a inventar- Camila, me dijo que debíamos terminar el trabajo de mañana, no me acordaba de eso. Tengo que irme…Maldición, era una terrible mentirosa.-Si quieres te acompaño… -dijo Dylan.-No –dije demasiado rápido-, yo no sé cuánto tomará terminarlo, pero quédate aquí, viendo… la película.Dylan me acompañó a la salida y yo me despedí de todos con un gesto de mi mano, por suerte cuando preguntaron por qué me iba, Dylan intervino repitiendo mi excusa, al menos así, no me tocaba repetirlo.Temía que se me s
En la universidad, el tema principal fue la película increíblemente genial que vimos, no paramos de hablar de eso, y era seriamente agradable poder saber de lo que ellos hablaban e intervenir un poco. Hoy teníamos clases hasta el mediodía, luego tal vez me quedaría en mi casa limpiando un poco mientras mi mamá se iba a la reunión de los del templo.-Kati –dijo Jenny-, ¿por qué siempre usas vestido?Me imaginaba que ellos tenían muchas preguntas respecto a mí, pero como yo nunca fui realmente social ni abierta tal vez se cohibían. Hoy estaba de un excelente humor, así que respondí con total sinceridad.-Mi madre me compra solo vestidos, no es como si tenga opción –decirlo se sintió extrañamente bien, no la encubrí haciéndola quedar como la buena madre ejemplar, sino como la verdadera Isabelle de Jones que era en realidad; controladora.-¿Si te regalo un pantalón para tu cumpleaños, lo usarias? –dijo Camila. Iba a responder un “claro” au
-¡Altísimo! –expresé en un grito pegando la cabeza del espaldar de la cama de la impresión.Debía de estar realmente media dormida porque ni siquiera me dolió.Prendí la luz de la lampara que se encontraba en la mesa de noche, y me di cuenta de que era Keller, ¿Cómo rayos había entrado a mi habitación?, tal vez estaba soñando. Él mantenía esa débil sonrisa que siempre me envolvía y me mantenía encantada, caminando hasta mi lado y se arrodilló a un costado, sus ojos azules destilando brillosos.¿Me iba a proponer matrimonio?-Keller -dije sin aliento-, ¿qué haces en mi habitación?Mi corazón latía con fuerza, nunca un hombre había entrado a mi habitación conmigo dentro, sentía que el corazón se iba a salir por mi boca.
Me quité los zapatos aguantándolos en mi mano para no manchar la encimera y con torpeza, me subí al marco, Keller me sostuvo de los brazos y me acomodó en sus brazos, como si se tratara de unos recién casados. No pude evitar soltar una pequeña carcajada, Keller me sonrió mientras demostraba su fuerza sosteniendo todo mi peso con un brazo mientras con el otro cerraba la ventana.-Eres muy fuerte –susurré. Keller se encogió de hombros obviamente él lo sabía. Me cargó hasta la camioneta estacionada a una casa antes de mi casa, me acomodé en el asiento de copiloto y él tomó asiento en el del conductor.- ¿Debería usar la peluca? –pregunté cuando logramos salir de mi calle, lo admitía, era muy emocionante tener que salir de esta forma, escapándome cuando estaba castigada, ¿acaso iría al infierno por eso?, de seguro que sí, pero si Keller estaba ahí, no me importaba.-Solo si tú quieres… puedes ser Ana, sin peluca –dijo tocando su equipo táctil de sonid