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Cuando llegué al aeropuerto, comencé a temblar, ¿Cómo estarían mis padres adoptivos?, ¿habrían cambiado mucho las cosas?, y sobre todo… ¿Keller? Había visto unas pistas, pruebas de que él seguía vivo, pero no había nada que me lo confirmara, después de todo nadie encontró su cuerpo porque se lanzó al mar.

No quería darme falsas ilusiones, pero… la esperanza era lo último que se perdía.

Si yo tenía 30 años, él debía de tener 44 a punto de cumplir los 45, Dios mío, si estaba vivo de seguro que ya se había casado, tendría hijos y su esposa sería una mujer hermosa con buen busto y… cerré los ojos, no debía pensar en él otra vez, duré diez años para olvidarlo, no podía caer en lo mismo nuevamente… pero ¿estaba vivo?

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