Sara entró a su oficina y marcó un número…
“Hola”.
Sara sonrió. “Celeste, hola ¿Cómo están todos por allá?”.
Celeste desde el restaurante-bar se alegró de su llamada. “Bien todos aquí con mucho trabajo, ¿Cómo estás? Hoy no era día de llamada”.
Sara contestó. “Lo sé… es que, me encontré con Frank aquí en la ciudad, estuvimos charlando”. Sara suspiró. “Me contó sobre Aldo…”
Celeste se acomodó en una silla para conversar con Sara. “Entonces… ¿Ya lo sabes?... el porqué de todo…”
Sara siguió escuchándola.
“Recuerdas que estaban terminando de construir el hotel, Miriam se fugó con uno de los trabajadores… Se llevó el poco dinero que l
Sara se quedó parada a un lado del carro mirándolo, su corazón estaba acelerado de verlo de nuevo y vestido con el traje de policía le recordaba a Joel. Subió a su auto y condujo rumbo al Restaurante Bar, el nombre de este era “La cabaña azul”. Celeste le puso ese nombre en honor a la casa donde vivió con Joel. Entró al lugar y observó alrededor, en las mesas había gente disfrutando de la comida con sus familias, camino hacia el espacio de la barra y se sentó en uno de los banquillos, una camarera se acercó. “¿Qué le sirvo?”. Sara la miró. “Una cerveza por favor”. La chica le entregó la cerveza y Sara le dio un trago. Martin salió de la cocina. “¿Sara?”. Ella lo miró y sonrió. “¡Hola Martin!” Se puso de pie para abrazarl
Sara se levantó cubriéndose con la sábana buscando su pijama, Celeste suspiro. “Los espero abajo para desayunar”. Aldo asintió mientras Sara renegaba a sí misma en voz baja. Se levantó y la abrazó, besándola y quitándole la colcha. “Aldo detente, esto no está bien”. Ella lo miró a los ojos molesta. Aldo tomó sus mejillas. “Anoche no decías eso…” Besos sus labios. “Me pedías más...” Sara asombrada golpeó su pecho. “Cállate, es mejor que te vayas”. Él negó mientras se vestía. “¿No escuchaste? Celeste y Martin me invitaron a desayunar”. Sara se apretó las sienes. “Aldo ¿Qué quieres?”. El se acerco a ella y beso sus labios apa
Alex observó al hombre irse y miró de reojo la tarjeta en su escritorio. Sentándose en el escritorio trató de concentrarse, pero no pudo más, salió de la oficina guardando la tarjeta en su saco. “No volveré hasta mañana Laura”. La asistente se levantó. “Sí doctor descanse”. Alex salió del hospital rumbo al bar más cercano, estaba muy nervioso y ansioso por el regreso de Dan, habían pasado más de cinco años que ellos no se veían. Tomo trago tras trago pensando en lo que Dan dijo sobre Sara, era muy cierto que él estaba encaprichado con ella, no pudo tenerla como a otras mujeres que lo perseguían y se tiraban a sus pies, con ella él era el que tenía que buscar formas de acercarse. Alex tenía entre sus manos la tarjeta y el teléfono, en la pantalla estaba marcado el núm
Sara se alejó de Aldo un poco asustada por la forma en que se comportaba. “Yo no voy a quedarme… me iré después de la boda”. Ella le dijo aclarando todo. Aldo sonrió. “Esta bien, si te vas Ana, y yo te seguiremos”. “Aldo ¿Qué es lo que pasa contigo? Te comportas diferente”. El enojado levantó su rostro tomándolo con las manos. “Me canse de pensar en todos primero y siempre quedar de lado, ahora no voy a dejarte, te amo Sara y sé que tú también me amas, luchemos juntos”. “Aldo… yo no…” El ni siquiera la dejo hablar beso sus labios tiernamente llevándola al sillón de la sala, después de una sesión de sexo, Aldo se recostó en el reposabrazos del sillón abrazando a Sara por detr
Sara volteo a verlo, él era realmente muy guapo, su traje gris a la medida lo hacía ver muy elegante, tenía rasgos definidos y sus ojos siempre le habían parecido muy bellos, pero solo era eso, no había amor, solo un gran cariño como amigos. El sexo con Alex, era bueno no lo negaría, pero para ella era algo mecánico, una necesidad fisiológica, mientras que Alex daba todo de si, en cambio con Aldo había una chispa especial un sentimiento profundo muy diferente que la hacía querer más y más. Con Alex se entendía por lo que a diario compartían, por su trabajo juntos, pensaba que, al casarse con él, su vida sería tranquila y estable, tendrían hijos, una casa grande y vivirían bien, pero esa chispa Sara siempre la buscaría. En cambio, con Aldo a pesar de no tener nada, ella sería feliz, era la persona que añoraba todo
Alex rio. “Baje por un vaso de agua y escuche su conversación, entendí claramente el mensaje que soy yo el que sobra aquí”. “Alex…” Amanda trató de detenerlo, pero él se negó. Amanda le recordó. “Sabías bien a que te atienes si entrabas en ese tipo de relación, tú siempre supiste que ella amaba a otro, tú pediste este trato”. Alex la miró triste. “Lo sé”. Camino hacia el coche, subió su maleta y entró al carro para irse, Amanda se quedó nerviosa, Alex no estaba en sus cabales y al parecer en la fiesta había bebido un poco más de lo normal. Sara estaba en silencio mientras iban en la camioneta, Aldo la miraba de reojo mientras manejaba, al llegar al bosque, salieron de la camioneta para ir a la casa del lago por el sendero, al subir Sara se asombró del lugar, estaba l
La mujer examinó a su hija y sonrió, giró para ver a la sala y también noto que Frank giraba hacia la cocina, solo sonrió negando. “¿No es muy joven para ti?”. Amanda la miró asustada. “Mamá ¿Qué estás pensando?”. “Solo digo que el chico es algo joven”. Amanda suspiró. “si, es 5 años más joven…” Abrió mucho los ojos al notar que hablo en voz alta, miró a su mamá que la veía con picardía. Amanda suspiró al darse cuenta que su madre sospechaba algo de ella y Frank y se fue a la sala. Sara llegó a la cocina. “¿Alex aún no despierta?”. Amanda negó. “El se fue anoche…” Miró a su madre que estaba entretenida sirviendo la comida y se acercó a Sara. “El te vio ayer que te fuiste con
Ella miró a las personas mientras les sonreía acarició el brazo de Aldo. “No te he visto en días y en la boda te escapaste de mí, quería bailar contigo”. “He estado ocupado”. Él contestó cortante alejando la mano. Alguien la llamó y se retiró, Frank miró a Sara molesta. “Nicolas, vamos a lavarnos las manos, ven”. Sara seria le dijo. “Al parecer se conocen bien…” Aldo miró a Sara. “Salí con ella un tiempo, quería olvidarte”. Frank y Nicolas regresaron. Una de las encargadas del lugar llamó a Sara. Ella se levantó y caminó hacia la cocina “Tienes una llamada”. Sara agradeció y tomó el teléfono. “Hola”. Último capítulo