cap 4

Ismael

Pero que mujer tan arrogante después de que le perdone la vida se atreve a verme de esa forma y hablarme así.

-Creo que tu nueva joya es salvaje, no fue buena idea tomar a una emperatriz de otro continente como una más de tu harem.

La voz de mi mano derecha y consejero real llama mi atención, tomo un trago de mi vino antes de responderle sin interés algunos.

-Solo esta asustada pero cederá a mis órdenes.

-¿Y que harás con la segunda chica? LA de cabello castaño.

-No lo sé, ella quería traerla es su sirvienta personal.

-Pero de esas aqui hay muchas.

-Lo sé, que propones hacer con ella.

-Dejarla a mi servio.

Miro a Hasam con un poco de molestia ya que siempre ase lo mismo con las mujeres que le doy, solo las utiliza y cuando se aburre de ellas las desaparece para así no tener que hacerse responsable de ellas.

-Otra mujer más para tu placer.

Hasam solo me da una sonrisa pícara y pone su atención en las bailarinas qué están entreteniendo a los invitados.

-Te negare tu petición al parecer Cristal la aprecia.

-¿Quien es?

-Es el nombre de la emperatriz.

-Te sabes el nombre verdadero de la mujer.

Hasam me voltea a ver con sorpresa en su mirada qué después se convierte en sospecha.

-Mi señor le tengo una pregunta. ¿Cómo le nació la idea de invadir esa sona del norte?

-Ya te dije ese emperador tuvo el atrevimiento de tocarme.

-No fui testigo del acontecimientos pero no dudo de la palabra de mi señor .

Me levanto de mi lugar y sin decirle nada más me retiro a mi lugar favorito del palacio donde ya me esta esperando mi nueva adquisición y estoy más que deseoso de poder poseerla, al entrar miro a la emperatriz admirando mi habitación, cierro la puerta y me acerco a ella para tomarla de la mano y jalarla asía mi.

-¡¿Pero que está asiendo?! ¡Pare!

-Eres de mi propiedad.

-No le pertenezco.

Cristal me empuja pero no estoy dispuesto a esperar para probar esta suave piel blanca con la que estado soñando durante años, la beso a la fuera pero Cristal se defiende como una leona me abofetea y me propina un rodillazo en mi nobleza asiendo que la suelte de inmediato y me sujeto la sona con las manos por el dolor, Cristal se apresura a la puerta y la comienza a golpear pidiendo ayuda.

-¡Atuda por favor!

-M*****a.

Miro a Cristal con rabia por a verse atrevido a golpearme en mi hombría qur no sabe que la pena por su acto es la desmenbracion por caballos.

-¡Guardias!

Los guardias entran rápidamente.

-Llensela a la torre norte y encierren la.

Me acerco a la emperatriz y le hablo con mucho odio en la mirada.

-A ver si con unos días de encierro aprendes tu nuevo lugar.

Los guardias la retiran de mi presencia sin escándalo alguno, pensé que la emperatriz pediría clemencia y rogaría por mi perdón pero ella solo me miraba con rabia y nunca bajo la mirada, salgo de la habitación y regreso a la fiesta en el salón principal donde rápidamente Hasam se acerca a mi con una sonrisa burlona.

-Pensé que lo vería hasta el amanecer mi señor.

-Ubo inconvenientes.

-Ese inconveniente tiene que ver con su mejilla roja señor.

No pienso responder a su pregunta por que si lo hago sus burlas no tardará en llegar y con el humor qué tengo en este momento soy capaz de mandarlo a ejecutar, miro qué mi madre se acerca y su rostro solo significa problemas.

-Hijo ¿Podemos hablan?

-Con su permiso sultán.

Hasam ase una reverencia antes de irse, siempre tan discreto y educado con los demas para ocultar al chacal qué lleva debajo de su piel.

-¿Que ocurre madre?

-Por que trajiste a una mujer desde tan lejos si aqui hay muchas.

-Si madre hay muchas pero ninguna tan bella como ella.

-Solo esperó que elijas pronto a una esposa y que sea de nuestra nación para que sepa las costumbres y no haga una escena como la que llego.

-Solo le ase falta familiarizada con las costumbre del país.

-Pero si comete un error más la sacare del palacio.

No le respondo nada más a mi madre ya que no se como va actuar mi nueva joya pero de algo que estoy muy seguro es que no la dejaré ir no invadi una nación en vano.

Cristal.

No puedo creer que el sultan se atreviera a besarme a la fuerza y lo que más me sorprendió fue mi reacción, jamás avía golpeado a una persona en mi vida pero él me llevo al límite, me trajeron a una celda sucia y oscura, no hay nada a mi alrededor más que grilletes oxidados, no pense qué mis días terminarían aqui y de esta forma en plena soledad. Pasan tres días en los que no miro la luz del sol y no pruebo bocado alguno al igual que agua, siento la boca tan reseca y mis labios están partidos por lo deshidratada qué estoy, mi estómago dejo de hacer ruido después del segunda noche, todos los años que pase desperdiciados callando todo lo que pensaba y sentía, todas esas clases y libros que memorice en vano para terminar muriendo de hambre y de set, escucho que la puerta se abre y me cubro con las manos los ojos por el sol que entra por esta.

-Levántate el sultan desea verte.

Para que diablos quiere verme, me levanto del suelo y sigo al hombre hasta una habitación grande en la que esta el sultán sentado en su trono mirandome fijamente.

-Y bien.

A perdido la cabeza si cree que voy a rogar piedad si no lo hice cuando calló mi reino menos ahora que no tengo nada que perder mi vida es lo que menos me preocupa, guardo silencio pero en ningún momento bajo la mirada ni muestro debilidad apesar de que mi cuerpo me pide a grotos por agua y comida.

-No dirás nada en tu defensa.

-Prefiero regresar al calabozo sultán.

-Decides morir entonces.

-Si.

Mi respuesta es corta y segura, no vasilo en ningún momento solo espero que me perdone Ana por abandonarla en este lugar.

-Llevensela al ala sur.

Los guardias me llevan por los pasillos hasta una puerta que apenas se puede mantener en pie, esta vieja y la pintura desgastada, la abren y me asen pasar es una habitación con techos de cristal de colores que le dan al suelo lindos colores.

-¿Quien eres?

Estoy tan concentrada mirando el suelo y las paredes con la pintura desgastada que doy un brincó al escuchar la voz de una niña que está parada frente a mi mirandome con ojos curiosos, tiene el cabello castaño y muy largó, sus ojos son grandes y de color avellana.

-Soy la emperatriz.

Me detengo y pienso bien, ya no tengo ningún imperio y los títulos no sirven de nada aquí para las personas de aquí solo soy una mujer más que a traído el sultán.

-Soy Cristal. ¿Y tu pequeña?

-Soy Romina segunda hija del sultan Axis.

-Mucho gusto me podrías decir que es este lugar.

-Esta es la área designada a las concubinas puritanas. ¿Te quedaras aqui?

-Creo que si.

-Eso es grandioso tendremos una nueva amiga. ¡Abuela Sira!

Romina se alegra mucho y sale corriendo, alcanzo a escuchar como habla con otras personas y escucho pasas aproximarse con prisa, Romina regresa con dos mujeres, una es una señora mayor y la otra es una mujer joven y muy bonita pero al verla frente a mí me doy cuenta de que está ciega.

-¡Por Ra!

-¿Cómo es Sira?

-Es una mujer muy bonita, disculpa nuestros modales soy Sira Loy, ella es Nala Jasin.

-Mucho justo soy Cristal.

-Es un placer tener a una nueva mujer aquí, venga le mostraremos el lugar.

La anciana Sira me guía por la habitación no es muy grande y tampoco está en muy buen estado veo manchas en las paredes de humedad y sin contar que no hay muchos muebles, al último me guían al baño dónde me dicen de dónde llenar la vasija de agua para bañarme eso me desconcierta un poco.

-Disculpe pero que no eso lo ase la mujeres de servicio.

-Lo siento pero aquí no hay servicio y le buscaremos ropa que le quede para que lave esa.

Asiento y la anciana me deja a solas, tomo la vasija y la leno de agua, no recuerdo cuando fue la última vez que me bañé sola y menos que me allá vestido por mi misma pero es grato tener un poco de privacidad, me bañó y se siente tan bien el agua fresca en mi cuerpo lleno de sudor y suciedad de esa asquerosa masmora, cuando me termino de bañar la anciana Sira me da ropa que es de muy mala calidad y vieja, me la coloco y me dice que ya trajeron la comida, al llegar con las demas estan todas sentada en els uelo y están comiendo con las manos, pero que está pasando por qué no están sentadas en una mesa y usando cubiertos.

-Venga señorita Cristal siéntese a mi lado.

Lo pienso un poco pero al último mi hambre me ase sentarme en el suelo al lado de la pequeña Romina, la comida no es de mi total agradó pero con el apetito que tengo no me importa su sabor ni que estoy comiendo con las manos, cuando terminamos acercan los platos a la puerta que tocan dos veces y un hombre la abre y se los lleva, no se que hacer en este lugar no hay libros ni nada más para entretener mi mente, Romina está peinando a Nala la abuela Sira se me acerca y se siebta en el suelo a mi lado.

-Digame señorita Cristal ¿Que hizo para que la trajera a esta habitación?

Miro de forma desconscetada a la anciana como se enteró que no estoy aquí por mi propia voluntad, apesar de mi sorpresa no quito mi rostro neutro.

-No se a que se refiere.

-No soy tanto, llevo mucho tiempo y jamas avían traído a una mujer hermosa a este lugar.

-Le di una bofetada al sultán.

La anciana se sorprende mucho y me mira estupefacta.

-Es la mujer con más suéter del mundo ya qur el castigo por ese pecado es el desmembramiento, el sultán a de apreciarla mucho de lo contrario no estaría con vida.

No se si la anciana tenga razón pero de lo que estoy segura es que no deseo volver a ver al sultán.

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