— ¡¿Dónde estás?! —gritó Isabella con enojo, el teléfono lo puso en altavoz.— Te dije que tenía algo importante que hacer hoy, Isabella. No empieces.— ¿Qué es lo que te pasa, Lucas? Dijiste que ibas a intentar cambiar nuestro matrimonio.— ¡Hoy no puedo empezar! —Lucas perdió el control, no quiere seguir perdiendo el tiempo en una llamada— No tengo tiempo para tus dramas, Isabella.— No has tenido tiempo para mi en dos años. ¿Qué es mas importante que nuestro matrimonio, Lucas?Lucas está acostumbrado a las reacciones de Isabella, durante este tiempo que llevan casados, cada vez que la deja plantada, le manda transferencias de dinero, para que su mujer interesada le perdone sus faltas y compromiso a ese matrimonio.— Estoy trabajando. Te casaste con una persona importante… pero claro, eso lo sabes desde siempre. ¿Verdad?Isabella suspiró con resignación.[Transferencia de 100,000 dólares]— ¿Me perdonarás?[Transferencia de 50,000 dólares]— Siempre lo haces —añadió[Transferencia d
Por la mañana, Isabella tomó su celular donde tenía varios mensajes y notificaciones de pago.[Transferencia por $100,000 dólares]¿Divorcio?[Transferencia por $30,000 dólares]Debe ser una broma tuya, sabes que podemos hablarlo.[Transferencia por $100,000 dólares]Perdón, me quedé dormido en casa de Kepler, no pude avisarte, Isabella. Podemos hablarlo, no debes tomar las cosas así.[Transferencia por $50,000 dólares]¡Estás loca! Es demasiado absurdoJajajajaPor un momento pensó en perdonarlo, pero al ver su último mensaje se dio cuenta que eso fue lo mejor. La llamada entrante, es de su esposo.— ¿Qué te pasa, Isabella? Estás haciendo un drama grande solo por que no pude llegar a dormir, eres una loca manipuladora. ¿Qué es lo que quieres? Necesitas dinero para un bolso Prada, ¿Cuánto?— Te veré a la tres de la tarde en la oficina de tus abogados, Lucas. Esto se acabó.Lucas rio fríamente.— ¿Qué es lo que quieres, Isabella? ¿La casa en París? ¿El edificio de Rusia? ¿El departamen
— ¿De qué hablas, Isabella? ¿Qué mensaje? —Natalia sonrió ligeramente, provocando a Isabella.Justo cuando la puerta de la habitación es abierta por Lucas, Isabella le colocó tremenda bofetada a Natalia. Isabella se siente frustrada, enojada, decepcionada, todos esos sentimientos malos salieron a frote justo en ese momento.— ¡Isabella! ¿Qué mierda estás haciendo?Isabella se dio la vuelta para ver el rostro de Lucas, claramente molesto y con los ojos agrandados.“¿Tanto le importa esta mujer? Es una víbora” —pensó Isabella.Entonces Natalia supo aprovechar el momento, borro la sonrisa que le había mostrado a Isabella antes, comenzó a llorar tocando su mejilla.— ¿Qué sucede, Isabella? ¿Por qué me golpeaste de esta forma? Sé que te hago trabajar mucho, pero siempre te he pagado de la mejor forma, inclusive te doy mas de lo que sabe Lucas.“Isabella, está acabada” —pensó Natalia jugando el papel de la víctima— “¿Cómo se atreve a tocarme de esa forma?”Isabella sonrió, Lucas se sorprend
A decir verdad, Isabella le valió un carajo si Natalia se sentía o no avergonzada. Sus piernas están descubiertas, las vendas limpias a un lado de ella. Ella sentaba sobre la camilla y el doctor buscando vendas nuevas.De repente, la sala se quedó con tensión palpable.Isabella soltó un silbido, caminó con una sonrisa en el rostro, tocando ligeramente la pierna “herida” de Natalia.— ¡Wow! —exclamó fingida Isabella— Tu herida es tan grande que no la veo, la sangre que te salió al momento de ese feo y horrible accidente debe haber borrado tu herida. O quizá fui yo, mi presencia curativa, ya sabes, rompe hogares.— ¿Cómo te atreves mosca muerta? —masculló enojada Natalia, pero repentinamente se dio cuenta de su error— Lucas, no es así… esto tiene una explicación, te lo juro.Natalia no pudo sostener la mirada fría y furiosa de Lucas.— Te lesionaste por mucho tiempo, encontraste la forma perfecta para no pisar ninguna vez la cárcel. Fuiste solo un poco inteligente. ¿Sabes que el juez ve
---------Punto de vista de Isabella----------- Los muebles de la mansión de mi padre son demasiado para mí, tiene mucho tiempo que no miraba una elegancia exquisita, aun estando casada con Lucas. No hace mucha falta decir, que los americanos tienen una extraña forma de adornar sus hogares. Emilio Ferrer, mi padre, luciendo un costoso traje, tan negro que se podría ver ligeros destellos del color brillante, entró a la habitación. Me miró severo, sabía lo que me iba a decir, con pena, decidí mirar el suelo bajo nosotros. — ¿A caso yo te enseñé a bajar la cabeza, Isabella? No me decepciones. — Es que… Sé que mi padre jamás entenderá el corazón roto de alguna mujer, si no pudo entender jamás el de mi madre, solo bajo la cabeza para evitar que me vea sensible y solo me diga palabras mas duras. — ¿Es que? —su tono se ha vuelto aún más severo— Eres una Ferrer, Isabella. Nosotros nunca perdemos, ese hombre con el que te casaste solo fue una experiencia que ganaste, ahora puedes volver a
---Punto de vista de Maximiliano--- — ¿El desayuno está listo, Lucía? —pregunté cuando entré al comedor del jardín. Lucía está terminando de acomodar todo lo que está puesto sobre la mesa. El menú, al igual que todos los días, se ve demasiado apetecible. Lucía es la mejor cocinera de todo Italia. — ¿Leíste mi informe sobre la reunión que hubo ayer? —preguntó mi hermano menor, Alessandro. — No he tenido tiempo, pero puedes informarme ya que estamos aquí. Hoy viajaré a la hacienda, tengo unos asuntos que debo arreglar. Así que no me esperes para la cena, te encargas aquí y mañana platicamos. — Entiendo. La reunión con el señor Ferrer estuvo bien, me sorprendió. — ¿Quieres decir que aceptó el convenio? —dirigí toda la atención a mi hermano menor. Alessandro siempre se le ha dado bien preparar contratos excelentes, es demasiado bueno para los negocios. Un pilar importante en mi vida, sin duda alguna. — Lo aceptó, pero no tan fácil como creí. Anuncio su retiro. — ¿Qué? ¿Retiro? ¿Po
----Punto de vista de Isabella---- Despertar en una cama como la que tengo es oro. Tan suave… No sé porque cuando me siento de alguna forma bien, los recuerdos de Lucas me llegan. De golpe. El siquiera me hablaba por las mañanas, era como si no existiera para él. Siempre pensé que, de alguna forma, Lucas me odiaba, pero no entendí porque había aceptado casarse conmigo, si su odio era tan grande. Muchas veces me hizo sentir tan poca cosa, que llegué a pensar que me había muerto y la que no sabía era yo. Por la forma en la que era ignorada día y noche. — ¡Despierta Isabella! Me asusté demasiado con ese grito. Abrí los ojos, cuando reaccioné me giré para ver a mi hermano menor, Leonardo. — ¿QUÉ TE PASA? —pregunté— ¡Me has asustado! — Mi padre quiere que te acompañe a unos lugares, si serás heredera de todo esto, debes saber qué es lo que tienes que manejar. Te doy media hora para que estes lista —Leonardo le dedicó una sonrisa. — Acabo de volver, déjenme tener un día de vacaciones
---Punto de vista de Isabella.--- Cuando llegamos, no pude evitar ver a ambos hombres desde dentro del auto de mi hermano. Sin duda alguna, entiendo por qué mi hermano me dijo que debía agradecerle. Ambos hombres frente a mí son de mi gusto, claramente, aunque no nos vayamos a casa, se nos hará más fácil si resultamos atractivos el uno para el otro. Baje con mucho cuidado del auto, sobre todo poniendo demasiada atención en mi postura. No quiero que me vuelva a pasar lo que pasé con Lucas, no quiero que piensen que pueden usarme para un beneficio. Así que decidí mostrarme segura de mí misma, con elegancia como siempre. Después de todo soy la heredera de la familia Ferrer. Mi hermano me ofreció su mano para caminar sobre las piedras, en nuestro pequeño recorrido sentí la mirada de ambos hombres sobre nosotros. — Buen día —saludé con la sonrisa con la que saludó a todos los que están en la mesa directiva de mi corporación— Es un gusto al fin conocerlos, hermanos Santoro. — Quita e