— ¿De qué hablas, Isabella? ¿Qué mensaje? —Natalia sonrió ligeramente, provocando a Isabella.
Justo cuando la puerta de la habitación es abierta por Lucas, Isabella le colocó tremenda bofetada a Natalia. Isabella se siente frustrada, enojada, decepcionada, todos esos sentimientos malos salieron a frote justo en ese momento.
— ¡Isabella! ¿Qué m****a estás haciendo?
Isabella se dio la vuelta para ver el rostro de Lucas, claramente molesto y con los ojos agrandados.
“¿Tanto le importa esta mujer? Es una víbora” —pensó Isabella.
Entonces Natalia supo aprovechar el momento, borro la sonrisa que le había mostrado a Isabella antes, comenzó a llorar tocando su mejilla.
— ¿Qué sucede, Isabella? ¿Por qué me golpeaste de esta forma? Sé que te hago trabajar mucho, pero siempre te he pagado de la mejor forma, inclusive te doy mas de lo que sabe Lucas.
“Isabella, está acabada” —pensó Natalia jugando el papel de la víctima— “¿Cómo se atreve a tocarme de esa forma?”
Isabella sonrió, Lucas se sorprendió por ese gesto. Isabella volvió a mirar a Natalia.
— Eres una mustia —dijo en voz baja— Se que fuiste tú
— ¿De qué la culpas, Isabella? —preguntó Lucas.
Isabella decidida a mostrarles que ya no seguiría jugando con ellos, le muestra la foto en su teléfono a Lucas. Lucas toma el teléfono, confundido.
Cuando Isabella miró a Natalia de nuevo, ella tenía un rostro pálido. No veía venir que Isabella le mostrara aquella foto a Lucas.
Ayer Lucas había tenido que ir a un bar solo por una firma, pero Natalia le ofreció un trago, para no dejarla en ridículo lo aceptó. Después solo pasaron recuerdos, se sintió muy borracho con un solo trago, unos amigos lo llevaron al departamento de alguno de ellos para que durmiera, todo eso lo recordaba casi con claridad. “¿Cuándo sucedió lo de esa foto?” —Lucas estaba pensando
La única persona que no había bajado a seguir la fiesta, la única persona en el departamento, solo fue Natalia.
Isabella se sintió bien, esto era lo único por lo que había venido al hospital. Para decirle en la cara a Natalia lo que es.
— Te agradezco mucho por ser una entrometida, por hacerme ver que estaba perdiendo tiempo con este hombre, sin embargo, eso no te quita el título. Peleaste con todo para ser la señora Campbell, pero eso nunca lo serás, solo serás una cazafortunas rompe hogares. Que nunca se te olvide esa pequeña parte, Natalia.
Lucas por su parte, no tuvo que sumar dos mas dos para darse cuenta quién había preparado esa foto. Su mirada severa y fría seguían en su rostro, pero por primera vez no era para Isabella, ahora era solo para Natalia, su ex novia y amiga.
Cuando Natalia notó la mirada de Lucas, palideció.
— Lucas, esto es un malentendido. No tomé esa foto, yo solo estaba dormida también. Isabella debió malinterpretar todo eso, yo no fui quien se la envió, Lucas, te lo juro —se quedó callada durante pocos segundos— ¡De seguro fue Isabella! Está loca, solo quiere divorciarte de ti para quedarse con el departamento de Dubái, Lucas, créeme.
Lucas siguió mirando a Natalia de la misma forma, aún cuando Natalia se encontraba ya sollozando en sus brazos.
— Puedo disculparme con Isabella, pero te juro por mis padres que yo no envié esas fotos. Inclusive puedo dejar de ser tu amiga, puedo dejar de hablarte si eso trae problemas a tu matrimonio, Lucas. —dijo Natalia— ¡Auch, mi pierna duele mucho!
Al escuchar como juro por sus padres, su enojo disminuyó considerablemente, los padres de Natalia habían fallecido recientemente, por lo que Lucas tuvo un poco de compasión.
— Siéntate —Lucas ayudó a Natalia a volverse a sentar— Isabella, llama al doctor por favor
— Que lo llame ella misma —respondió Isabella.
En cuanto pudo soltar a Natalia, Lucas se acercó a Isabella, Isabella lo esperó, no retrocedió ni un poco.
— ¿Por esa foto me pediste el divorcio, Isabella? ¿Sabes qué? Me da lo mismo, llama al doctor, necesito que revisen a Natalia, está herida.
Isabella se sintió aún mas decepcionada, la foto ni los sentimientos de ella significan nada para él. Mientras que Lucas, entendía lo que Natalia había cometido, pero no hablaría con Isabella hasta estar a solar, podía hacerlo después.
Natalia suspiró “Vete despidiendo, m*****a bruja. He ganado yo” —pensó Natalia al ver como la pareja estaba mirándose
El doctor interrumpió la escena, entrando a la habitación. Isabella se dio cuenta que Natalia amenazó al doctor con la mirada, el asintió levemente, Lucas al estar de espalda no vió eso.
— Revisaré la pierna de la señorita —avisó el doctor.
— Si, se acaba de levantar y creo se ha lastimado —dijo Lucas preocupado— ¿La herida es grave?
— Si, tal vez necesite sangre, perdió mucha.
— La conseguiremos —respondió Lucas.
— Parece bien. ¿Pueden salir de la habitación?
— ¿Por qué? —Lucas no entendió la razón del porque debía salir— Solo revisará su pierna.
— La señorita prefiere que nadie vea la enorme cicatriz que queda bajo sus vendas —dijo el doctor demasiado nervioso— Es decisión de la paciente.
— Por favor —Natalia sabía hacer perfectamente la mejor cara de mustia, Isabella se dio cuenta de eso, así que apoyó a salirse de la habitación.
— Salgamos —dijo en plural.
Isabella fue la primera en salir, después la siguió sin dudar Lucas. Afuera, pensando en que quizá pudiesen hablar, el silencio fue lo único sonido contundente que se escuchada. Lucas mira de reojo a Isabella, pero Isabella solo espera un único momento.
Pasaron dos minutos, cuando Lucas intentó hablar con Isabella, pero Isabella se alejó y se colocó detrás de la puerta, Lucas la miró dudando de lo que haría su esposa, porque en su mente, pensó eso, sin acodarse que minutos atrás habían firmado el divorcio.
— Aprende —susurro Isabella, abrió a la puerta de golpe.
— ¡Isabella! —gritó Lucas tratando de mantener la privacidad de Natalia, si ella no quiere que nadie vea su cicatriz, Isabella no tiene ese derecho, es lo que pensaba Lucas.
Lucas tomó con fuerza la mano de Isabella, ambos voltearon a la habitación. Donde Natalia estaba totalmente descubierta de las piernas…
A decir verdad, Isabella le valió un carajo si Natalia se sentía o no avergonzada. Sus piernas están descubiertas, las vendas limpias a un lado de ella. Ella sentaba sobre la camilla y el doctor buscando vendas nuevas.De repente, la sala se quedó con tensión palpable.Isabella soltó un silbido, caminó con una sonrisa en el rostro, tocando ligeramente la pierna “herida” de Natalia.— ¡Wow! —exclamó fingida Isabella— Tu herida es tan grande que no la veo, la sangre que te salió al momento de ese feo y horrible accidente debe haber borrado tu herida. O quizá fui yo, mi presencia curativa, ya sabes, rompe hogares.— ¿Cómo te atreves mosca muerta? —masculló enojada Natalia, pero repentinamente se dio cuenta de su error— Lucas, no es así… esto tiene una explicación, te lo juro.Natalia no pudo sostener la mirada fría y furiosa de Lucas.— Te lesionaste por mucho tiempo, encontraste la forma perfecta para no pisar ninguna vez la cárcel. Fuiste solo un poco inteligente. ¿Sabes que el juez ve
---------Punto de vista de Isabella----------- Los muebles de la mansión de mi padre son demasiado para mí, tiene mucho tiempo que no miraba una elegancia exquisita, aun estando casada con Lucas. No hace mucha falta decir, que los americanos tienen una extraña forma de adornar sus hogares. Emilio Ferrer, mi padre, luciendo un costoso traje, tan negro que se podría ver ligeros destellos del color brillante, entró a la habitación. Me miró severo, sabía lo que me iba a decir, con pena, decidí mirar el suelo bajo nosotros. — ¿A caso yo te enseñé a bajar la cabeza, Isabella? No me decepciones. — Es que… Sé que mi padre jamás entenderá el corazón roto de alguna mujer, si no pudo entender jamás el de mi madre, solo bajo la cabeza para evitar que me vea sensible y solo me diga palabras mas duras. — ¿Es que? —su tono se ha vuelto aún más severo— Eres una Ferrer, Isabella. Nosotros nunca perdemos, ese hombre con el que te casaste solo fue una experiencia que ganaste, ahora puedes volver a
---Punto de vista de Maximiliano--- — ¿El desayuno está listo, Lucía? —pregunté cuando entré al comedor del jardín. Lucía está terminando de acomodar todo lo que está puesto sobre la mesa. El menú, al igual que todos los días, se ve demasiado apetecible. Lucía es la mejor cocinera de todo Italia. — ¿Leíste mi informe sobre la reunión que hubo ayer? —preguntó mi hermano menor, Alessandro. — No he tenido tiempo, pero puedes informarme ya que estamos aquí. Hoy viajaré a la hacienda, tengo unos asuntos que debo arreglar. Así que no me esperes para la cena, te encargas aquí y mañana platicamos. — Entiendo. La reunión con el señor Ferrer estuvo bien, me sorprendió. — ¿Quieres decir que aceptó el convenio? —dirigí toda la atención a mi hermano menor. Alessandro siempre se le ha dado bien preparar contratos excelentes, es demasiado bueno para los negocios. Un pilar importante en mi vida, sin duda alguna. — Lo aceptó, pero no tan fácil como creí. Anuncio su retiro. — ¿Qué? ¿Retiro? ¿Po
----Punto de vista de Isabella---- Despertar en una cama como la que tengo es oro. Tan suave… No sé porque cuando me siento de alguna forma bien, los recuerdos de Lucas me llegan. De golpe. El siquiera me hablaba por las mañanas, era como si no existiera para él. Siempre pensé que, de alguna forma, Lucas me odiaba, pero no entendí porque había aceptado casarse conmigo, si su odio era tan grande. Muchas veces me hizo sentir tan poca cosa, que llegué a pensar que me había muerto y la que no sabía era yo. Por la forma en la que era ignorada día y noche. — ¡Despierta Isabella! Me asusté demasiado con ese grito. Abrí los ojos, cuando reaccioné me giré para ver a mi hermano menor, Leonardo. — ¿QUÉ TE PASA? —pregunté— ¡Me has asustado! — Mi padre quiere que te acompañe a unos lugares, si serás heredera de todo esto, debes saber qué es lo que tienes que manejar. Te doy media hora para que estes lista —Leonardo le dedicó una sonrisa. — Acabo de volver, déjenme tener un día de vacaciones
---Punto de vista de Isabella.--- Cuando llegamos, no pude evitar ver a ambos hombres desde dentro del auto de mi hermano. Sin duda alguna, entiendo por qué mi hermano me dijo que debía agradecerle. Ambos hombres frente a mí son de mi gusto, claramente, aunque no nos vayamos a casa, se nos hará más fácil si resultamos atractivos el uno para el otro. Baje con mucho cuidado del auto, sobre todo poniendo demasiada atención en mi postura. No quiero que me vuelva a pasar lo que pasé con Lucas, no quiero que piensen que pueden usarme para un beneficio. Así que decidí mostrarme segura de mí misma, con elegancia como siempre. Después de todo soy la heredera de la familia Ferrer. Mi hermano me ofreció su mano para caminar sobre las piedras, en nuestro pequeño recorrido sentí la mirada de ambos hombres sobre nosotros. — Buen día —saludé con la sonrisa con la que saludó a todos los que están en la mesa directiva de mi corporación— Es un gusto al fin conocerlos, hermanos Santoro. — Quita e
---PUNTO DE VISTA DE ISABELLA --- Dos meses después de su único encuentro — Tu pelo es hermoso, Isabella —me dice la estilista, mientras trabaja en crearme unas ondas demasiado elegantes y bonitas. En el espejo no puedo reconocerme. Jamás hubiese imaginado que estaría casándome de nuevo. Maximiliano Santoro cumple con su papel de enamorado, todos los días después de nuestro encuentro ha estado enviando flores rojas a cada lugar público que puede, miles de fotografías mías hay en internet. Es demasiado inteligente, pues en caso de que este matrimonio fracase, la culpa recae en mí. Los títulos de miles de noticias solo alaban lo enamorado que está el de mí. Mi hermano entra, vestido con un elegante traje negro. — ¿Averiguaste lo que te pedí? No quiero problemas. — Los abogados dicen que lo han resuelto, no te preocupes. Suelto un suspiro. — ¿Cuánto tiempo te falta? Ya estamos retrasados —dice mi hermano La verdad es que prefiero atrasar este momento lo mas que pueda. Hasta ahor
PUNTO DE VISTA [NARRADOR]La realidad para ambos fue la siguiente, aceptar que la intimidad para ambos se acabó. Pues en Italia, es mal visto engañar, de cualquiera de las dos partes, más para grandes figuras de los negocios como lo son Maximiliano Santoro y Isabella Ferrer. Ahora, ambos deben pasar algunos días en lo que será su primera casa. La finca Santoro, ubicada en portofono Italia, mejor conocido como el puerto de los delfines. Un lugar definitivamente maravilloso y paradisiaco para los amantes.En todo el camino, los recién casados iban tan ocupados hablando por teléfono, revisando documentos por medio de las tabletas o laptop. Que no se hablaron. Era de esperarse, pues Isabella está a punto de heredar todo un imperio y Max es el líder del suyo.De vez en cuando, Max miraba distraída a Isabella, debía aceptar que es una hermosa mujer italiana, todo este tiempo las preferencias de Max habían sido las mujeres americanas, pues el acento y el color de piel de algunas, son verdad
PUNTO DE VISTA [NARRADOR]Maximiliano caminó recorriendo toda la finca. Revisando que todo estuviese bien, quien revisaba todo eso, es su hermano menor, así que el estado actual de la finca es un total desconocimiento para él.Cuando salió de la finca, su primo Gabriele se encontraba a lado de un hermoso caballo blanco. Así que se acercó a él.— Es la nueva adquisición de este año. Llevo al menos dos meses queriendo que se acostumbre, pero parece demasiado nerviosa todo el tiempo. Aún no está lista para que alguien la monte.— ¿Quién te dio el permiso de comprarla en ese estado?— Tu hermano, el sabe todos los movimientos que hago. No te preocupes, nunca haría nada ilegal aquí. Sé que cuidas demasiado tu nombre, primo.Max no creyó en esas palabras por muchas razones. La primera y la principal, es que Gabriele Santoro fue el culpable de que su padre muriera hace tres años. Max ha hecho que la fortuna Santoro crezca demasiado y rápido debido a algunos negocios sucios, de los que Gabrie