Capítulo 33
Se acurrucó en los brazos de Carlos, limpiándose las lágrimas, pero esto no cambió la decisión de Carlos.

Ya no quería seguir mirando, solo sentía curiosidad por saber quién era el chico del que hablaban, y cuál era su relación con Sara. Un hombre como Carlos, que ni siquiera permitía que yo hablara con un amigo de toda la vida, ¿permitiría que Sara mencionara a otro hombre?

Cuando llegamos a la casa familiar, Sara salió corriendo del coche.

Carlos no la siguió, sino que rodeó el auto para abrirme la puerta del copiloto y me ayudó a quitarme el cinturón de seguridad de forma atenta.

Con voz baja, me dijo: —María está aquí y afecta el descanso de mi padre, hoy tienes que llevarla contigo.

Solo entonces noté que todos en la casa familiar nos estaban mirando. Carlos rozó intencionalmente mi mejilla con sus labios y, con voz lo suficientemente fuerte como para que los demás escucharan, dijo: —Cariño, hay mucha gente mirando, esperemos a estar en la habitación para besarnos.

Le respon
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