Capítulo 41
No estaba acostumbrada a manejar este coche familiar, era demasiado grande. Por suerte, cualquiera en la carretera podía reconocer que el auto de la familia Díaz era caro, así que cuando pisé el acelerador a fondo, los otros coches se apartaron. Manejaba con toda mi concentración.

—Sara, no puedes seguir lastimándote. Tu sangre es muy rara y valiosa; debes cuidar tu cuerpo. No es la primera vez que te lo digo.

La expresión seria y tensa de Carlos lo hacía parecer distante, pero siempre tenía una paciencia infinita y un favoritismo evidente hacia Sara.

Sara sonrió levemente. —Te dije que iba a ayudar a cuidar de Olivia. Si ella se lastimara, también me dolería.

—La sangre de otras personas es fácil de encontrar, pero en toda la ciudad solo hay tres personas con tu raro tipo de sangre. Si te pasa algo, ¿dónde voy a conseguir a alguien?

—Hermano, tienes los números de esos tres, ¿verdad? Incluso sabes sus direcciones. No te preocupes.

La interacción entre los hermanos era tan c
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