Capítulo 107
Carlos parecía haber olvidado que Sara aún estaba durmiendo en la cama.

Cerró la puerta de la habitación con un ruido fuerte.

Pero no importaba; Sara no estaba dormida, ya lo había notado desde el momento en que entré a la habitación.

Tenía los ojos cerrados, pero sus pestañas temblaban constantemente.

No sé si estaba enfadada o si era alguna otra emoción, y la verdad, no me importaba.

Habían pasado cinco días sin intimidad con Carlos, y ese deseo reprimido explotó sin reservas esa noche.

Bajo sus movimientos, cada vez más intensos, fui perdiendo la consciencia poco a poco.

El viernes por la noche, tenía una cita pactada con Camila.

Camila era mi clienta, una actriz retirada que había estado fuera de la escena pública durante tres años.

Yo asumí su caso en esta segunda demanda de divorcio.

En la primera ocasión, el divorcio no fue aprobado porque su esposo presentó un recibo de una corbata que ella le había comprado, argumentando que su relación no estaba rota.

No lograron d
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