Capítulo 105
No pude evitar sonreír, lo cual hizo que Carlos se sintiera avergonzado.

Aprovechó la situación para intentar intimar conmigo. —Que una esposa sea tan tentadora no siempre es algo bueno.

Al ver que intentaba otra vez, rápidamente detuve su mano. —Estoy en mi período; no es buen momento.

De inmediato, sus movimientos se detuvieron, y su mano pasó a descansar en mi abdomen, masajeando suavemente. —¿Te duele el estómago?

Bajó la mirada hacia mí, y su expresión estaba llena de ternura y cuidado.

Este lado de Carlos era realmente suave, y aunque en realidad no estaba en mi período, su tacto cálido y delicado era realmente agradable.

—Cuando Sara tiene su período, le duele tanto que ni con medicamentos se le pasa. Solo cuando la abrazo se siente mejor.

El viento entró por la ventana y me dejó los ojos fríos y doloridos.

—Estoy bien, no te preocupes.

Aparté su mano.

Pero insistió en seguir masajeándome.

Me sentó en su regazo, calentó sus manos frotándolas y luego las deslizó bajo m
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