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"Te amo también", respondió Jade, sonriendo.

Jade llegó a la manada Red Moon y fue recibida por su padre, quien la miró con una mezcla de alivio y autoridad.

"Jade, hija mía", dijo su padre. "Me alegra que hayas regresado. Es hora de que asumas tu lugar como líder de esta manada".

Jade se sintió un poco incómoda. No estaba segura de si estaba lista para ser líder, pero sabía que su padre esperaba mucho de ella.

"Padre, tengo que hablar contigo sobre Aaron", dijo Jade, decidida a defender a su amor.

Su padre la miró con sorpresa. "¿Qué pasa con Aaron?"

Jade tomó aire y explicó todo, desde su encuentro con Aaron hasta su relación y su amor por él. Su padre la escuchó en silencio, su rostro cada vez más serio.

"Jade, no puedes amar a un miembro de la manada White Gold Moon", dijo su padre finalmente. "Son nuestros enemigos, Jade. No puedes traicionar a tu propia manada".

Jade se sintió un poco desesperada. ¿Cómo podría convencer a su padre de que Aaron no era el enemigo?

"Jade, ¿te acuerdas de Jason?", le preguntó su padre, su voz llena de reproche.

Jade se sintió un poco incómoda. Sí, se acordaba de Jason. Habían salido durante unas semanas, pero nunca había sentido algo serio por él.

"Sí, padre, me acuerdo", respondió Jade.

"Entonces, ¿por qué estás dispuesta a dejar todo por Aaron, cuando apenas hace unos meses saliste con Jason?", preguntó su padre.

Jade se encogió de hombros. "Aaron es diferente, padre. Lo amo de verdad. Mi relación con Jason fue solo una fase, no sentí nada serio por él".

Su padre sacudió la cabeza. "No puedes amar a alguien de la manada White Gold Moon, Jade. Es peligroso. Y además, Jason es un buen hombre, de nuestra propia manada. Deberías haber seguido con él, no con un enemigo".

Jade se sintió frustrada. ¿Por qué su padre no podía entenderla? ¿Por qué no podía aceptar su amor por Aaron?

"Padre, por favor...", empezó a decir Jade, pero su padre la interrumpió.

"No, Jade. No hay más que hablar. Vas a dejar a Aaron y olvidarte de él. Es lo mejor para ti y para la manada".

Jade se sintió un poco desesperada. ¿Qué podía hacer? ¿Debería obedecer a su padre o seguir su corazón?

Jade suspiró y se levantó del sillón. "No quiero seguir discutiendo sobre esto, padre", dijo, sintiendo una mezcla de frustración y tristeza.

Su padre la miró con sorpresa. "Jade, no puedes simplemente rendirte. Esto es importante para la manada".

Jade sacudió la cabeza. "No, padre. Lo que es importante para mí es mi felicidad. Y Aaron me hace feliz. No voy a dejarlo por ti o por la manada".

Su padre se puso de pie, su rostro enojado. "Jade, eres una Red Moon. No puedes traicionar a tu propia manada de esta manera".

Jade se encogió de hombros. "No estoy traicionando a nadie, padre. Solo estoy siguiendo mi corazón".

Y con eso, Jade salió de la habitación, dejando a su padre solo y enojado. Sabía que había tomado una decisión difícil, pero también sabía que era la correcta para ella.

El padre de Jade se quedó solo en la habitación, reflexionando sobre la conversación que acababa de tener con su hija. Se dio cuenta de que había sido demasiado duro con ella, y que no había considerado sus sentimientos.

Después de un rato, se levantó y fue a buscar a Jade. La encontró en su habitación, sentada en la cama y mirando por la ventana.

"Jade, hija mía", dijo su padre, su voz suave y arrepentida. "Lo siento. Me equivoqué al tratar de controlar tu vida y tus decisiones. Quiero que seas feliz, y si Aaron es el que te hace feliz, entonces lo aceptaré".

Jade se sorprendió al ver a su padre de rodillas frente a ella, pidiéndole disculpas. Nunca lo había visto así antes.

"Padre...", dijo Jade, su voz emocionada.

"No, Jade, déjame terminar", dijo su padre. "Quiero que sepas que te amo y que solo quiero lo mejor para ti. Si eso significa que debes estar con Aaron, entonces lo aceptaré. Pero prométeme que siempre serás honesta conmigo y que me harás saber si necesitas algo".

Jade se levantó y abrazó a su padre. "Te prometo que siempre seré honesta contigo, padre. Y gracias por entenderme".

Su padre la abrazó también. "Te amo, hija mía. Y siempre estaré aquí para ti".

Jade se acostó esa noche con la conversación con su padre aún resonando en su mente. Se sentía aliviada de que su padre hubiera aceptado su relación con Aaron, pero no podía sacudirse la sensación de que había algo más que su padre no le había dicho.

De repente, se dio cuenta de que había algo que había estado evitando pensar. Su relación con Jason. Habían salido durante unas semanas, pero nunca había sentido algo serio por él. Sin embargo, nunca había tenido una conversación formal para terminar la relación.

Jade se sentó en la cama, pensando en si había terminado correctamente la relación con Jason. ¿Le había dado suficiente claridad? ¿Le había hecho daño sin darse cuenta?

Se levantó de la cama y fue a buscar su teléfono. Buscó el número de Jason y dudó por un momento antes de enviarle un mensaje.

"Jason, necesito hablar contigo sobre nosotros", le escribió Jade. "Nunca tuvimos una conversación formal para terminar las cosas. Quiero asegurarme de que estés bien y que no te haya hecho daño sin darme cuenta".

Esperó ansiosamente una respuesta, esperando poder cerrar ese capítulo de su vida de manera definitiva.

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