—¿De verdad quieres el divorcio? —exclamó Fred—Sí, lo quiero. Quiero ser libre de ti, tú nunca me has querido, ni yo a ti, así que es mejor decir adiós. Ya conseguiste tu fortuna, y yo a mi hermano, todo se ha arreglado.—Pues no, no te daré el divorcio, no hasta que la abuela me demuestre que ya puedo tomar mi herencia, ¿Entiendes? No sé que sucede contigo, menos te irás hasta que no estés sana, no quiero que después, me hagas sentir que soy el culpable de todo esto.Sarah tocó su cabeza que dolía y él al verla se angustió—¿Te sientes mal?Él tocó su frente, para asegurar que no tenía fiebre, pero ella solo quería alejarse, aún así, él la llevó a la habitación y la dejó dormir«Pobre, está enferma, haré que se recupere, eso es todo, y si después sigue terca en el divorcio, entonces lo firmaremos» pensóMás tarde, la abuela mandó a llamar a Fred a su biblioteca—No te ves bien, hijo, ¿Qué sucede?—Abuela, Sarah me pidió el divorcio.—Lo sé, ella me dijo que lo haría.—Supongo que es
Carolina estaba dibujando diseños nuevos para la colección que Richard y ella querían hacer, cuando de pronto, la empleada entró y le entregó una rosa y una nota—Vino un mensajero a traerle esto, señora.Carolina sonrió, y lo tomó—Seguro es de mi marido —ella abrió la nota y leyó«Hoy quiero que tengamos una noche especial, ven al hotel House Weekend, a las nueve de la noche, pregunta por una reservación a tu nombre, merecemos una noche solo para amar. Richard Steele»Carolina sonrió y se ruborizó, se apuró en terminar todo, debía ir, quería llamar a Richard, pero decidió no hacerlo, decidió esperar y anhelar estar entre sus brazos, otra vez.Sarah ayudaba a Finneas con sus tareas, ella también había comenzado a estudiar en línea, le gustaba su nueva casa, era hermosa, y bien iluminada, sentía que algo había cambiado, que Fred estando ahí cambiaba, era más tranquilo, platicaban mucho, convivían más, y eso provocaba que se conocieran, además las cosas en la alcoba mejoraban, estaban
—¡No es cierto, Richard! Yo soy inocente de todo lo que se me acusa, quieren hacerme quedar mal ante ti, ¡Juro que soy inocente! —exclamó MayaRichard la empujó de su lado y la miró severo—Yo a ti, ya no te creo nada, eres mala Maya, eres una mala mujer, todo este tiempo jugaste con mi mente, ¿Te has divertido? ¡Me engañaste, incluso lastimaste a Carolina, solo querías mi dinero, porque tú no sabes amar! —Richard caminaba hacia ella, y la mujer retrocedía, nunca vio la mirada de Richard tan llena de odio, la aborrecía con todo el fuego de su alma, solo de pensar en su propio dolor y en el dolor de Carolina—. Tu máscara cayó, nunca serás alguien digna, te juro que te vas a arrepentir.Richard dio la vuelta, dispuesto a irse, pero, la mujer se aferró a él, se arrodilló en el suelo, abrazándose a sus piernas, ni Carolina, Richard, o Fred podían creer en su patética actuación, incluso Fred la tomó del brazo y la empujó al suelo—¡Patética! Tú planeaste que Carolina y yo nos encontráramos
—No, Richard, mira mis ojos —sentenció Carolina con firmeza y él la miró—. No lo harás, no me dejarás, ni te sentirás culpable por amarme, no es justo, hemos luchado tanto por nuestro amor, y no nos rendiremos por el capricho de Fred, nadie puede contra nuestro amor, no lo entiendes, nacimos para estar juntos.Ella acunó su rostro y lo besó, y él también la besó, sentir sus lágrimas, su dolor estrujaron su corazón—Te amo, Carolina, no puedo dejarte, incluso si Fred… él tiene que entender, pero estoy tan cansado de no poder hacer que mis palabras le lleguen, ¿Por qué debe ser así?—Escucha, cuando él esté mejor, porque lo estará, hablaremos con él, claro y tendido, él tendrá que madurar y aceptar que al amor no se le obliga, que nosotros nos amamos, y no vamos a permitir que nada, ni nadie nos separe.Richard sintió que Carolina era su fuerza, era su amor, era la mujer con la que soñó desde que se hizo hombre, sonrió y la abrazó a su pecho, necesitaba hacerle sentir que la amaría con
Fred llegó hasta la mansión Steele, pronto intentó ir con la abuela, pero al abrir la puerta de la biblioteca, no encontró, sino a Carolina y a Richard ahí, los miró con duda—Bienvenido, Fred, te esperábamos, siéntate —dijo Richard.Él le miró confuso y accedió—¿Qué sucede?—Queremos hablar contigo, claramente —dijo CarolinaFred tuvo un mal presentimento y los escuchó—Hermano, quiero pedirte perdón, si te hago sufrir, nunca he querido comenzar una competencia contigo, lamento que sientas que soy tu peor enemigo, cuando solo quiero ser tu hermano —dijo RichardFred bajó la mirada—¿A qué viene esto?—Fred, Richard y yo nos amamos, no queremos hacerte sufrir, pero queremos informarte, que nos amaremos por siempre, y no permitiremos que nada, ni nadie nos aleje, y si eso te incluye a ti, estaremos muy tristes, pero nos alejaremos de ti.Fred bajó la mirad, él sintió un dolor penetrando en su corazón—Nunca quise, ni quiero dañarte, Carolina, lo sabes bien.—Lo sé, pero, me lástimas c
«—¡No se lleven a Finneas! No por favor, no pueden separarnos, él es mi hermanito, es todo lo que tengo en la vida, ¡No! —Sarah sollozó, pero no hubo poder humano que impidiera que su hermano fuera llevado, ella corrió a alcanzar el auto de servicios infantiles, pero fue inútil, ella vio como era llevado de su lado, mientras Finneas lloraba. Ella estaba sola, perdida, era un mundo oscuro, sin anda que comer, sin nada que ganar o perder, ella tenía miedo» Cunado Sarah abandonó los crueles recuerdos, tenía la mano en su vientre, luego recordó las crueles palabras de Rachel Steele «—¿Divorciar? Eso sería una bendición, pero te advierto, antes del divorcio, verificaré que no estés embarazada, si lo estuvieras, te quitaré a ese niño, porque sería un Steele, y a ti te enviaría lejos con tu hermano, ¿Entiendes? Pero, si no estás embarazada, entonces te irás, pero sin ningún solo euro» Sintió un escalofrío al recordarlo, nunca querría volver a pasar por el infierno que enfrentó cuando su h
Sarah admiraba el precioso paisaje ante sus ojos, era como sacado de un cuento, era perfecto, y quería sentirse feliz y libre, sin embargo, recordar el pasado, recordar a Fred, le impedía sentirse de esa manera, observó la hora, era el amanecer, vio el sol salir en su máximo esplendor y brillar. «Estoy segura de que él no se acuerda de mí, debe estar feliz de que se deshizo de mí, yo no le hago falta, ojalá que sea feliz, sí, eso deseo, que encuentre su felicidad, lejos de mí, lejos de lo que le hace tanto mal» Ella tocó su vientre, recordó que ahí crecía su pequeño bebé, el recuerdo más bello de un idílico amor, que duró muy poco «Fui yo la única que amé, pero mi hijo será fuerte, no le faltará nada, yo lo haré bien» pensó. Fred estaba en la clínica, escuchaba a su terapeuta con atención —Parece que Carolina Donelli representa en tu vida una competencia contra Richard, como un premio para ganar, estás siempre tratando de demostrarte a ti mismo que eres mejor que tu hermano, sin p
«Fred caminaba por la playa, la arena era dorada, el cielo azul, y el mar con un oleaje en calma, ella estaba ahí, como en el pasado, solo verla fue como si todos sus problemas se hubiesen acabado, había algo en ella, algo que le quitaba los temores, y de pronto, observó su prominente vientre, era tan hermosa, más que antes, él tenía una gran sonrisa, se acercó a ella, pero, se dio cuenta de que cada paso que daba, más sentía que su cuerpo se ralentizaba, incluso aunque intentara correr hacia ella—¡Sarah! ¡Sarah! No te vayas, no lo hagas —exclamó con terror, ella estaba hundiéndose en el mar y eso le angustiaba, pero su voz no salía de su boca, de pronto sintió que caía»Fred abrió los ojos, había sido una cruel pesadilla, se enderezó—¡Que horrible sueño! ¡dios mío! Sarah, espero que estés bien, eso quiero, que no sufras, que seas feliz, te extraño tanto…Más tarde, Fred fue a la sesión de terapia con el psicólogo, hablaban largo y tendido del pasado, de la infancia, pero pronto, el