«—¡No se lleven a Finneas! No por favor, no pueden separarnos, él es mi hermanito, es todo lo que tengo en la vida, ¡No! —Sarah sollozó, pero no hubo poder humano que impidiera que su hermano fuera llevado, ella corrió a alcanzar el auto de servicios infantiles, pero fue inútil, ella vio como era llevado de su lado, mientras Finneas lloraba. Ella estaba sola, perdida, era un mundo oscuro, sin anda que comer, sin nada que ganar o perder, ella tenía miedo» Cunado Sarah abandonó los crueles recuerdos, tenía la mano en su vientre, luego recordó las crueles palabras de Rachel Steele «—¿Divorciar? Eso sería una bendición, pero te advierto, antes del divorcio, verificaré que no estés embarazada, si lo estuvieras, te quitaré a ese niño, porque sería un Steele, y a ti te enviaría lejos con tu hermano, ¿Entiendes? Pero, si no estás embarazada, entonces te irás, pero sin ningún solo euro» Sintió un escalofrío al recordarlo, nunca querría volver a pasar por el infierno que enfrentó cuando su h
Sarah admiraba el precioso paisaje ante sus ojos, era como sacado de un cuento, era perfecto, y quería sentirse feliz y libre, sin embargo, recordar el pasado, recordar a Fred, le impedía sentirse de esa manera, observó la hora, era el amanecer, vio el sol salir en su máximo esplendor y brillar. «Estoy segura de que él no se acuerda de mí, debe estar feliz de que se deshizo de mí, yo no le hago falta, ojalá que sea feliz, sí, eso deseo, que encuentre su felicidad, lejos de mí, lejos de lo que le hace tanto mal» Ella tocó su vientre, recordó que ahí crecía su pequeño bebé, el recuerdo más bello de un idílico amor, que duró muy poco «Fui yo la única que amé, pero mi hijo será fuerte, no le faltará nada, yo lo haré bien» pensó. Fred estaba en la clínica, escuchaba a su terapeuta con atención —Parece que Carolina Donelli representa en tu vida una competencia contra Richard, como un premio para ganar, estás siempre tratando de demostrarte a ti mismo que eres mejor que tu hermano, sin p
«Fred caminaba por la playa, la arena era dorada, el cielo azul, y el mar con un oleaje en calma, ella estaba ahí, como en el pasado, solo verla fue como si todos sus problemas se hubiesen acabado, había algo en ella, algo que le quitaba los temores, y de pronto, observó su prominente vientre, era tan hermosa, más que antes, él tenía una gran sonrisa, se acercó a ella, pero, se dio cuenta de que cada paso que daba, más sentía que su cuerpo se ralentizaba, incluso aunque intentara correr hacia ella—¡Sarah! ¡Sarah! No te vayas, no lo hagas —exclamó con terror, ella estaba hundiéndose en el mar y eso le angustiaba, pero su voz no salía de su boca, de pronto sintió que caía»Fred abrió los ojos, había sido una cruel pesadilla, se enderezó—¡Que horrible sueño! ¡dios mío! Sarah, espero que estés bien, eso quiero, que no sufras, que seas feliz, te extraño tanto…Más tarde, Fred fue a la sesión de terapia con el psicólogo, hablaban largo y tendido del pasado, de la infancia, pero pronto, el
Sarah dio un traspié, y de pronto puso la mano en su vientre, fue un acto defensivo al mirar a esa mujer, que alguna vez fue un fantasma en su camino, pero supo que no podía ocultar nada, su embarazo era más que notorio, como para que ella no se diera cuenta y tuvo un miedo terrible —¡Estás embarazada! —exclamó afirmando y sonriente Sarah no dijo nada, solo hundió la cabeza —¿Tú? ¿Qué haces aquí? —Yo estoy de vacaciones con mí… No pudo terminar de hablar porque fue súbitamente interrumpida —¡Amor! No hay reservas… ¡Sarah! —exclamó Richard, pero su mirada era tan impactada de verla ahí, pero, sobre todo, de ver su vientre, ella estaba ¡Embarazada! Y Richard tenía una clara idea mental de quien era el padre de esa criatura—. ¡No sabes cuánto ha preguntado por ti Fred, Sarah! Sus palabras sonaron como un sueño del que ella quería despertar —¿Por mí? Él sabe porque me fui, también sabe que ya no estamos casados. —Sí, pero, él te extraña, Fred ha preguntado por ti, planea buscarte.
Carolina despertó y observó a Richard durmiendo a su lado, era su amor, era su hombre perfecto, sonrió al verlo tan rendido, acarició su rostro «Te amo tanto, mi amor, ojalá, pronto, Dios nos dé la dicha de tener un hijo» pensó, ese recuerdo le evocó a Sarah, ella estaba embarazada y ahora sabía que ese niño era de Fred, Carolina sintió pena por ella y Fred, distanciados por algo tan tonto, y que un niño pequeño pagara las consecuencias de la situación, decidió que no podía vivir con eso en su conciencia, haría lo que fuera por hacer que las cosas fueran mejor, se levantó y fue al cuarto de baño, luego de una ducha, se vistió y salió de prisa, con sigilo, no quería despertar a su marido, luego le pidió al personal del hotel que le diera un recado a su esposo, para cuando despertara. Carolina tomó un taxi, y fue hasta el hotel donde debía estar Sarah. Fred estaba con su terapeuta, recién finalizaban la sesión —Te daré el alta para que salgas de este lugar, pero no serás libre aún de
Fred observaba como iba quedando el hotel, en unos meses se planeaba la inauguración. Richard llegó con él —Este lugar se ve increíble. Fred sonrió y se dieron un fuerte abrazo —Me alegro de verte, hermano. Fred le dio un tour por el lugar —Será un hotel, algo turístico, pero también será especial, quiero que la gente que se aloje aquí, tenga un lugar seguro, como un escape del mundo, aquí la gente podrá tener a actividades recreativas, y de enseñanza, habrá psicólogos, oradores, quiero que la gente vea este lugar como un minuto de paz en su vida. —Suena excelente, ¿Ya sabes qué nombre tendrá? —Bueno, aún no, pero, pronto pensaré en uno. Richard estaba por decirle lo de Sarah, pero lo vio tan ilusionado, que se negó en darle una mala noticia. —¿Qué te parece si vamos a comer? Fred asintió y salieron del lugar. Rachel estaba por salir de compras, cuando vio al abogado abandonar la biblioteca de la abuela Marian, ella le miró aturdida, no entendía que hacía ese hombre ahí, así
Richard y Carolina llegaron al hospital se veían desesperados —¿Cómo está mi abuela? Rachel no dijo nada, pero se veía llorosa Fred llegó un momento después —¿Qué le pasó a la abuela? —Ella se cayó, y se golpeó la cabeza, cuando la encontró estaba sangrando y vomitaba. Cuando el doctor llegó les dijo que la abuela tenía una fractura craneal y el cerebro inflamado, estará en coma, hasta que su cerebro se desinflame. Un sentimiento de desesperanza los cobijó a todos, estaban tan tristes de lo que habían escuchado. Rachel sollozó, la culpa la embargaba. Días después Rachel salió de viaje, sorprendiendo a sus hijos, por su repentino desinterés por Marian —No entiendo porque mamá actúa de este modo, pero si la abuela mejora, y como ya despertó del coma, hemos decidido que cuando sea dada de alta, nos mudaremos a esta casa, para cuidarla —dijo Richard —Gracias, eso le hará bien a la abuela, será muy difícil para ella, lo que dijo el doctor me asusta —dijo Fred—. Ella no podrá habl
—¡¿Qué?! —Fred sentía como si le hubiesen lanzado un gran golpe y toda su mente estuviera confundida, dio un paso atrás, se veía malCarolina se acercó—Sé que debimos decirte antes, pero…—¡Pero! ¿Qué? ¿Por qué no dijeron nada?—Sarah no lo quiso —dijo Carolina—. Ella nos dijo que el hijo que esperaba era de mi primo René, pero, luego pude hablar con ella, sé que el hijo es tuyo.—¡Claro que lo es! Y a estas alturas, ella ya debió dar a luz a mi hijo, ¡No debieron callarlo! Tenía derecho a saberlo —exclamó incrédulo —Debemos buscarla, hijo, mi nieto debe crecer con nosotros, en el seno de una familia decente, y no de una marginada como ella.—¡No vuelvas a insultarla, madre! Estoy cansado de que seas así, si vuelves a insultar a la madre de mi hijo, te aseguro que no volveré a hablarte. Y ustedes dos, me tienen tan decepcionado, creí que los conocía, creí que hablaban con la verdad, pero veo que no es así.—Hermano…Fred negó, moviendo la cabeza y se fue de ahí.—¡Esa maldita Sarah