—No, Richard, mira mis ojos —sentenció Carolina con firmeza y él la miró—. No lo harás, no me dejarás, ni te sentirás culpable por amarme, no es justo, hemos luchado tanto por nuestro amor, y no nos rendiremos por el capricho de Fred, nadie puede contra nuestro amor, no lo entiendes, nacimos para estar juntos.Ella acunó su rostro y lo besó, y él también la besó, sentir sus lágrimas, su dolor estrujaron su corazón—Te amo, Carolina, no puedo dejarte, incluso si Fred… él tiene que entender, pero estoy tan cansado de no poder hacer que mis palabras le lleguen, ¿Por qué debe ser así?—Escucha, cuando él esté mejor, porque lo estará, hablaremos con él, claro y tendido, él tendrá que madurar y aceptar que al amor no se le obliga, que nosotros nos amamos, y no vamos a permitir que nada, ni nadie nos separe.Richard sintió que Carolina era su fuerza, era su amor, era la mujer con la que soñó desde que se hizo hombre, sonrió y la abrazó a su pecho, necesitaba hacerle sentir que la amaría con
Fred llegó hasta la mansión Steele, pronto intentó ir con la abuela, pero al abrir la puerta de la biblioteca, no encontró, sino a Carolina y a Richard ahí, los miró con duda—Bienvenido, Fred, te esperábamos, siéntate —dijo Richard.Él le miró confuso y accedió—¿Qué sucede?—Queremos hablar contigo, claramente —dijo CarolinaFred tuvo un mal presentimento y los escuchó—Hermano, quiero pedirte perdón, si te hago sufrir, nunca he querido comenzar una competencia contigo, lamento que sientas que soy tu peor enemigo, cuando solo quiero ser tu hermano —dijo RichardFred bajó la mirada—¿A qué viene esto?—Fred, Richard y yo nos amamos, no queremos hacerte sufrir, pero queremos informarte, que nos amaremos por siempre, y no permitiremos que nada, ni nadie nos aleje, y si eso te incluye a ti, estaremos muy tristes, pero nos alejaremos de ti.Fred bajó la mirad, él sintió un dolor penetrando en su corazón—Nunca quise, ni quiero dañarte, Carolina, lo sabes bien.—Lo sé, pero, me lástimas c
«—¡No se lleven a Finneas! No por favor, no pueden separarnos, él es mi hermanito, es todo lo que tengo en la vida, ¡No! —Sarah sollozó, pero no hubo poder humano que impidiera que su hermano fuera llevado, ella corrió a alcanzar el auto de servicios infantiles, pero fue inútil, ella vio como era llevado de su lado, mientras Finneas lloraba. Ella estaba sola, perdida, era un mundo oscuro, sin anda que comer, sin nada que ganar o perder, ella tenía miedo» Cunado Sarah abandonó los crueles recuerdos, tenía la mano en su vientre, luego recordó las crueles palabras de Rachel Steele «—¿Divorciar? Eso sería una bendición, pero te advierto, antes del divorcio, verificaré que no estés embarazada, si lo estuvieras, te quitaré a ese niño, porque sería un Steele, y a ti te enviaría lejos con tu hermano, ¿Entiendes? Pero, si no estás embarazada, entonces te irás, pero sin ningún solo euro» Sintió un escalofrío al recordarlo, nunca querría volver a pasar por el infierno que enfrentó cuando su h
Sarah admiraba el precioso paisaje ante sus ojos, era como sacado de un cuento, era perfecto, y quería sentirse feliz y libre, sin embargo, recordar el pasado, recordar a Fred, le impedía sentirse de esa manera, observó la hora, era el amanecer, vio el sol salir en su máximo esplendor y brillar. «Estoy segura de que él no se acuerda de mí, debe estar feliz de que se deshizo de mí, yo no le hago falta, ojalá que sea feliz, sí, eso deseo, que encuentre su felicidad, lejos de mí, lejos de lo que le hace tanto mal» Ella tocó su vientre, recordó que ahí crecía su pequeño bebé, el recuerdo más bello de un idílico amor, que duró muy poco «Fui yo la única que amé, pero mi hijo será fuerte, no le faltará nada, yo lo haré bien» pensó. Fred estaba en la clínica, escuchaba a su terapeuta con atención —Parece que Carolina Donelli representa en tu vida una competencia contra Richard, como un premio para ganar, estás siempre tratando de demostrarte a ti mismo que eres mejor que tu hermano, sin p
«Fred caminaba por la playa, la arena era dorada, el cielo azul, y el mar con un oleaje en calma, ella estaba ahí, como en el pasado, solo verla fue como si todos sus problemas se hubiesen acabado, había algo en ella, algo que le quitaba los temores, y de pronto, observó su prominente vientre, era tan hermosa, más que antes, él tenía una gran sonrisa, se acercó a ella, pero, se dio cuenta de que cada paso que daba, más sentía que su cuerpo se ralentizaba, incluso aunque intentara correr hacia ella—¡Sarah! ¡Sarah! No te vayas, no lo hagas —exclamó con terror, ella estaba hundiéndose en el mar y eso le angustiaba, pero su voz no salía de su boca, de pronto sintió que caía»Fred abrió los ojos, había sido una cruel pesadilla, se enderezó—¡Que horrible sueño! ¡dios mío! Sarah, espero que estés bien, eso quiero, que no sufras, que seas feliz, te extraño tanto…Más tarde, Fred fue a la sesión de terapia con el psicólogo, hablaban largo y tendido del pasado, de la infancia, pero pronto, el
Sarah dio un traspié, y de pronto puso la mano en su vientre, fue un acto defensivo al mirar a esa mujer, que alguna vez fue un fantasma en su camino, pero supo que no podía ocultar nada, su embarazo era más que notorio, como para que ella no se diera cuenta y tuvo un miedo terrible —¡Estás embarazada! —exclamó afirmando y sonriente Sarah no dijo nada, solo hundió la cabeza —¿Tú? ¿Qué haces aquí? —Yo estoy de vacaciones con mí… No pudo terminar de hablar porque fue súbitamente interrumpida —¡Amor! No hay reservas… ¡Sarah! —exclamó Richard, pero su mirada era tan impactada de verla ahí, pero, sobre todo, de ver su vientre, ella estaba ¡Embarazada! Y Richard tenía una clara idea mental de quien era el padre de esa criatura—. ¡No sabes cuánto ha preguntado por ti Fred, Sarah! Sus palabras sonaron como un sueño del que ella quería despertar —¿Por mí? Él sabe porque me fui, también sabe que ya no estamos casados. —Sí, pero, él te extraña, Fred ha preguntado por ti, planea buscarte.
Carolina despertó y observó a Richard durmiendo a su lado, era su amor, era su hombre perfecto, sonrió al verlo tan rendido, acarició su rostro «Te amo tanto, mi amor, ojalá, pronto, Dios nos dé la dicha de tener un hijo» pensó, ese recuerdo le evocó a Sarah, ella estaba embarazada y ahora sabía que ese niño era de Fred, Carolina sintió pena por ella y Fred, distanciados por algo tan tonto, y que un niño pequeño pagara las consecuencias de la situación, decidió que no podía vivir con eso en su conciencia, haría lo que fuera por hacer que las cosas fueran mejor, se levantó y fue al cuarto de baño, luego de una ducha, se vistió y salió de prisa, con sigilo, no quería despertar a su marido, luego le pidió al personal del hotel que le diera un recado a su esposo, para cuando despertara. Carolina tomó un taxi, y fue hasta el hotel donde debía estar Sarah. Fred estaba con su terapeuta, recién finalizaban la sesión —Te daré el alta para que salgas de este lugar, pero no serás libre aún de
Fred observaba como iba quedando el hotel, en unos meses se planeaba la inauguración. Richard llegó con él —Este lugar se ve increíble. Fred sonrió y se dieron un fuerte abrazo —Me alegro de verte, hermano. Fred le dio un tour por el lugar —Será un hotel, algo turístico, pero también será especial, quiero que la gente que se aloje aquí, tenga un lugar seguro, como un escape del mundo, aquí la gente podrá tener a actividades recreativas, y de enseñanza, habrá psicólogos, oradores, quiero que la gente vea este lugar como un minuto de paz en su vida. —Suena excelente, ¿Ya sabes qué nombre tendrá? —Bueno, aún no, pero, pronto pensaré en uno. Richard estaba por decirle lo de Sarah, pero lo vio tan ilusionado, que se negó en darle una mala noticia. —¿Qué te parece si vamos a comer? Fred asintió y salieron del lugar. Rachel estaba por salir de compras, cuando vio al abogado abandonar la biblioteca de la abuela Marian, ella le miró aturdida, no entendía que hacía ese hombre ahí, así