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98. Hay un inmenso abanico de grises.

Bleid se levantó justo en ese momento, por primera vez estaba de acuerdo con Gregory lo que significaba que él también pensaba lo mismo, tenían que investigar a ese sujeto. Que la CCS estuviera cerca no era algo que le gustara.

—Por primera vez no tengo objeción a tus palabras cuñado, debemos ir al pueblo a terminar de desayunar.

Ambos hombre salieron de la mansión, pero no iban solos, tras de ellos iba Barack, quién se subió atrás del Jeep que usarían esa mañana su padre y su tío para ir al pueblo, ocultándose en la manta que cubría la llanta de repuesto.

—Que la CCS ande cerca y sobre todo cerca de Susan, no me gusta nada. ¿Sabías que ellos habían venido por la desaparición de Audrey? — le preguntó Bleid a su cuñado.

En ese tiempo él había estado alejado de todos, internado en el bosque, pero siempre sintió que alguien lo observaba, de lejos, en ese entonces creyó que era uno de los hombres de Gregory, pero si no era así. Significaba que había sido la CCS.

Gregory encendió el motor
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