Inicio / Hombre lobo / Mi luna, la hija de mis enemigos. / 105. Creo que se me fue el hambre.
105. Creo que se me fue el hambre.

La respuesta a su pregunta llegó justo en ese momento, durante una pequeña discusión entre la cocinera y su ayudante.

—Pero muchacha, ¿puedes decirme dónde escondiste la canela en polvo? No hay forma de encontrarla —dijo la cocinera.

La ayudante de la cocinera solo sonrió ante la acusación, tomando un pequeño envase que estaba a unos escasos metros de donde la cocinera había buscado momentos antes.

—Aquí está, a la vista. Bien dicen que si deseas esconder algo, solo debes ponerlo a la vista, para que se vuelva invisible para los ojos ajenos.

En ese momento, Bleid se relajó y salió sonriendo con su hija en brazos. Se dirigieron hacia la mesa donde Susan y su difunto amigo Ravel solían sentarse a platicar, mientras Audrey y él tenían sus citas en ese mismo jardín.

Audrey tocó el lugar vacío en la cama, a su lado, gruñendo levemente al no encontrar a Bleid junto a ella. Odiaba despertar y encontrarse sola, pero también sonrió al pensar que él la había dejado descansar.

Se levantó y se vi
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