— Lo siento, no quería preocuparte más de lo necesario. Pero ahora no puedo ocultarlo más, necesito tu ayuda para encontrarlo y traerlo de vuelta a casa antes de que sea demasiado tarde.Audrey abrió los ojos grandes al escuchar las palabras de Bleid, su corazón comenzó a latir más rápido y una sensación de miedo la invadió. Recordaba aquella especie de Lycan zombie, al que se le caía la carne a pedazos y se negaba completamente a que su hijo se convirtiera en algo así.— ¿Qué podemos hacer para evitar que eso suceda? —preguntó con temor.— Necesitamos encontrar a nuestro hijo y hacer que recupere su forma humana antes de que sea demasiado tarde. Pero el tiempo se está acabando, la luna roja está a solo dos noches de distancia y si no lo encontramos antes de esa noche, podría ser demasiado tarde.Audrey asintió con tristeza, sabía que su hijo había estado luchando contra su naturaleza de lobo y había estado desaparecido durante días para unirse a las cacerías. La preocupación por él
Bleid se encontraba en su dormitorio, repasando algunos documentos importantes cuando su enlace con la manada se activó. Escuchó atentamente la información que le daban: habían encontrado el rastro del pequeño príncipe. Sin pensarlo dos veces, Bleid se levantó rápidamente de la silla y se dirigió hacia la puerta, pero fue detenido en seco por Audrey y Gregory, quienes también habían escuchado los aullidos de los lobos en la lejanía.—Lo han encontrado — mencionó Bleid, tratando de volver a emprender su camino—. No puedo quedarme a descansar y sé que ninguno de los dos me impedirá ir por él.—No irás solo — dijo Gregory, sin necesidad de pensarlo.Bleid estaba sumido en una intensa conversación silenciosa con Audrey a través de su mirada. La luna llena se acercaba rápidamente y el tiempo se agotaba para encontrar al pequeño príncipe. Bleid sostuvo con firmeza los hombros de su esposa, mirándola a los ojos con determinación mientras le hablaba, pero sus ojos no podían evitar desviarse
"Barack", respondió con rapidez, y las risas se volvieron más intensas. Incluso el reflejo en el agua empezó a reírse de él."Pero ese no es quien siempre fuiste", dijo la voz profunda en su mente, y la risa cesó de inmediato.Barack intentó concentrarse en su entorno para detectar de dónde provenía el sonido, pero todo lo que pudo escuchar fue un silencio profundo y perturbador. De repente, una ráfaga de viento sopló en su dirección, lo que le hizo estremecerse. Parecía que algo o alguien se acercaba cada vez más. Los sonidos resonaban entre los árboles y Barack no sabía identificar de dónde venían.El pelaje del lobo se erizó en una mueca de amenaza, y sus dientes afilados brillaron en la oscuridad del bosque. Su cuerpo se mantuvo tenso, preparado para enfrentar cualquier posible enemigo que se acercara. Los ojos grises del lobo escudriñaron la oscuridad, tratando de detectar cualquier movimiento que pudiera indicar la presencia de algún peligro."¡Maldición!", gruñó Barack tratando
El ambiente se volvió cálido y acogedor a su alrededor, como si un manto de luz rojiza los envolviera. El aire se cargó de una sensación de intriga y misterio cuando una figura femenina se dejó ver entre los árboles por un instante, antes de desaparecer misteriosamente. Azabache no pudo evitar sentir una pequeña punzada de curiosidad, pero la urgencia de la situación lo llevó a enfocarse en el objetivo.Justo cuando pensaba que el ambiente no podía volverse más misterioso, la voz de Gregory lo sacó de sus pensamientos. La llamada a la acción lo impulsó a avanzar con determinación, dejando atrás la atmósfera intrigante y misteriosa de aquel lugar."Parece que ella nos volverá a ayudar” dijo la voz de azabache, invadiendo la mente de Gregory quien solo asintió acercándose al joven lobo Barack y acariciándolo.— Sé que esto es lo único que conoces y tal vez te cueste acostumbrarte a la nueva vida que tendrás ahora — empezó a hablar Gregory siendo interrumpido por todos los demás miembros
Gregory deseaba pedirle perdón por haberlo asesinado, confesarle cuánto lo amaba y lo seguía amando, y que nada lo hacía más feliz que darle de nuevo la oportunidad de vivir. No era un sacrificio en absoluto lo que estaba haciendo, todo lo contrario, era el regalo más hermoso que podría darle.Tras el cenit, la luz de la luna roja iluminó todo el valle con un brillo mágico y envolvente. La transformación se había completado, suave como una caricia del viento, y las memorias del joven príncipe volvieron a sellarse en lo más profundo de su mente, dejando solo el amor incondicional que sentía por el hombre que le había salvado.Cuando todo terminó, Bleid se encontró a su hijo, ahora con el aspecto de un apuesto adolescente, acurrucado junto a un enorme lobo blanco. El joven estaba profundamente dormido, con una expresión de paz en su rostro, mientras el lobo lo cuidaba con amor, lamiendo su rostro con suavidad.Audrey se quedó mirando a su madre. Ella había podido observar todo a través
Fue pensar en su tío y moverse aún más en los brazos de su padre, tratando de ladrar y escuchar que de su boca salían sonidos muy diferentes.Bleid notó la turbación de su hijo y lo bajó al suelo. Sin embargo, Barack de inmediato cayó al suelo al intentar caminar.—Ya aprenderás — le mencionó su padre, inclinándose hacia el joven, quien también se acercó a él. Fue Gregory, ahora convertido en un lobo, quien lamió sus mejillas con su húmeda lengua, lo que hizo que Barack empezara a llorar al recordar cómo su tío había sufrido durante el cambio. Los pelos de Gregory eran suaves y cálidos al tacto, y sus ojos grises lo miraban con compasión. Lo que lo llevó a voltear a ver a su padre enfadado."¿Por qué, por qué tenías que hacerle eso a mi tío?", le preguntó a su padre a través del enlace de la manada. "Yo no necesitaba cambiar, yo era feliz siendo un lobo."La voz de Barack sonaba frustrada y triste al mismo tiempo. Era difícil para él entender por qué su tío tuvo que pasar por tanto do
Bleid sonrió ante el comportamiento de su hijo. Ahora se escondía en su pecho como un niño recién pillado por sus padres haciendo una travesura.Aunque tenía razón en algo su hijo. Tanto él como el lobo tenían que hablar. Ni él, ni Audrey podrían hacer entender a su hijo él porque habían permitido o mejor hecho lo que habían hecho que el mismo Gregory tomara esa decisión, por lo que lo llevó hasta el cuarto de su cuñado.—Tu madre ha preparado un cuarto para ti, pero solo por esta noche pasarás en este cuarto. Ya que tu tío desea hablar contigo.A Gregory no le importaba demasiado que lo llevaran a su habitación o a otra. Él no pensaba separarse del chico, su instinto lo hacía querer estar cerca de él para intentar protegerlo. Había algo que le decía que esos vampiros que habían dejado en el bosque seguirían intentando hacerle daño y ahora que había perdido definitivamente a su lobo, ya no tenía cómo defenderse. Solo quedaba la parte Vangelis en él, o eso creían ellos.Audrey, quien l
Le encantaba mantenerse sumisa para él y a la vez saber que lo estaba dominando, con su boca, con los placeres que quería hacerle experimentar.Cerró los labios sobre su glande y deslizó la boca por toda la envergadura de su miembro hasta la base, relajando la garganta para darle cabida por completo en su boca.Las manos de Audrey se deslizaron, apretándolo más contra ella, como si así pudiera alojarlo más adentro, pero solo un instante antes de volver a deslizar su boca había arriba succionando. Apretando en el ascenso y descenso por esa dureza.Bleid en ese momento no era más que un maldito esclavo de los deseos de su esposa, quién se encontraba postrada a sus pies; sin embargo, era ella quien tenía la batuta en ese momento, la que decidía llevarlo al placer a una interminable agonía que le daría el suplicar por cada una de sus caricias.Gracias a dios, su bella reina, no tardó mucho en atender sus necesidades en llevar su boca hasta su punta necesita, haciéndolo ronronear cómo si d