La batalla estaba a punto de comenzar, y Joel sabía que el resultado final traería consigo un pago, sin importar quién saliera victorioso. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras contemplaba el campo de batalla que se desplegaba ante él. Las sombras parecían retorcerse de anticipación, hambrientas de gritos y dolor, ávidas de alimentarse de aquellos que se decían luchar en nombre del amor y la justicia.El ser maligno empuñaba un mango oscuro, un instrumento que le permitía jugar entre los dos bandos, sembrando discordia y confusión. Pero gracias a la astucia de Joel, quien había logrado crear una pequeña ventana en la mente de Audrey, él podía vislumbrar los acontecimientos que se desarrollaban en ese preciso momento entre ambos grupos. Esa información sería invaluable para decidir a cuál de los bandos debía favorecer.Una sonrisa retorcida se dibujó en los labios del ser corrupto mientras saboreaba la expectativa de los eventos por venir. Era un maestro de la manipulación y
—¡Protegeré a mi hermana y a mi abuela! —gritó Barack con determinación, sin perder ni un segundo. Sin siquiera desvestirse, sintió cómo su ropa se rasgaba mientras su cuerpo se transformaba. El pelo comenzó a crecer rápidamente, cubriendo su cuerpo con una densa capa de pelaje. Sus músculos se expandieron, otorgándole una fuerza y agilidad sobrehumanas. Ahora, como un imponente lobo, estaba listo para enfrentar a los vampiros que amenazaban a sus seres queridos.En cambio, Susan no contaba con ningún tipo de poder o capacidad para defenderse. Y Gwyneth nunca antes se había transformado, y ahora, en medio de la batalla, no sabía si era capaz de hacerlo. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de ambas, pero su determinación por proteger a su familia superaba cualquier obstáculo.—Nosotras, también ayudaremos —Susan y Gwyneth, tomaron sus propias armas, no serían una carga para su familia. Juntas compartieron una mirada llena de complicidad. Empuñando sus dagas y espadas, lograron he
La batalla parecía interminable, pero finalmente Bleid logró desarmar a Joel y lo inmovilizó en el suelo. Un momento de pausa se apoderó del campo de batalla mientras los combatientes recuperaban el aliento.Sin embargo, la victoria de Bleid fue efímera. Un grupo de vampiros de refuerzo, aprovechando el momento de distracción, rodeó a Audrey y la capturó. Los ojos de Bleid se llenaron de angustia mientras veía a su amada en manos del enemigo.Un destello de determinación iluminó su rostro y Bleid se lanzó hacia los soldados, decidido a rescatar a Audrey sin importar los obstáculos que se le presentarán en el camino.No obstante, el contraataque del alfa, fue interceptado por Joel quién en ese momento uso uno de sus poderes doblegandolo y colocandolo de rodillas frente a él.Yue, también fue en ese momento también capturada, obligándola a cederle de nuevo el control a Audrey.—Joel, por favor. Deja libre a Bleid — le pidió ella al líder de los vampiros. Joel soltó una risotada macabr
Gwyneth asintió, sintiendo el apoyo y la confianza que emanaban de sus seres queridos. Sabía que podía confiar en ellos para protegerla y ayudarla en esta peligrosa misión de rescate. Sin perder un segundo, se dirigió rápidamente hacia el lugar donde había visto a Joel llevarse a su abuela, consciente de que cada paso la acercaba más a su enemigo. Los dos lobos, Gregory y Barack, la seguían de cerca, sus miradas alertas y sus músculos tensos, listos para enfrentarse a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino. La batalla rugía a su alrededor, pero Gwyneth se sentía fortalecida por el amor y el apoyo de sus seres queridos. Cada paso que daba aumentaba su confianza y fortaleza interior.A medida que avanzaba, su conexión con Joel se intensificaba. Sentía sus emociones, sus intenciones y sus motivaciones. Aunque el desafío era enorme y las circunstancias eran peligrosas, Gwyneth estaba decidida a enfrentarlo todo para reunirse nuevamente con su abuela y proteger a su familia.M
—¡Padre!—, exclamó Gwyneth en ese instante, haciendo que tanto Bleid como Joel giraran sus cabezas hacia la joven.Sin embargo, el que se vio más impactado al verla fue el vampiro. En ese fugaz momento, sentía que se encontraba frente a su hija perdida, Dulcinea, en un pasado remoto y olvidado.—Dulcinea…—, susurró Joel, pronunciando con duda el nombre de la joven que se alzaba ante ellos, mientras los tres lobos adoptaban posturas defensivas, alertas a cualquier amenaza.El silencio se apoderó del lugar, cargado de un dramatismo casi palpable. El corazón de Dulcinea latía con fuerza en su pecho, mezcla de miedo y valentía, consciente de la trascendencia de aquel momento.—¡Por favor, deténganse!—, suplicó Dulcinea en el cuerpo de Gwyneth, con una voz temblorosa, tratando de contener la tensión entre los presentes.Sus ojos se clavaron en los de Joel, buscando el rastro de familiaridad y conexión, queriendo recordar el amor que alguna vez existió entre ellos. Aunque sus facciones most
— Nadie aquí ha pactado contigo. Nuestra madre, la Luna, exige que te vayas — exclamó Gwyneth de repente, su voz llena de determinación y poder. La oscuridad retrocedió ante la fuerza de sus palabras, sintiendo el poder de la Luna fluyendo a través de ella.La neblina oscura se disipó lentamente, dejando espacio para que la luz y la claridad llenaran el ambiente. Los corazones de aquellos reunidos se fortalecieron ante la presencia de Gwyneth, quien se erguía como una protectora de la luz y la pureza. Los lazos familiares y la herencia de los Reyes de la Luna se manifestaron en ese instante, recordándoles su deber de proteger y preservar la armonía.El ser oscuro, derrotado y debilitado, retrocedió ante la fuerza combinada de la familia y la energía lunar. Se alejó lentamente, desvaneciéndose en la oscuridad de la noche. La amenaza había sido rechazada, al menos por ahora.Gwyneth miró a su alrededor, asegurándose de que todos estuvieran a salvo y protegidos. Sus ojos reflejaban la de
Audrey, curiosa y ansiosa por sentir a Bleid contra su piel, no dejaba que su curiosidad interrumpiera su pasión. Se apresuraba a despojarlo de su ropa, anhelando tenerlo desnudo y sentirlo completamente. Mientras sus manos exploraban su cuerpo, sus labios no dejaban de buscar los suyos en un beso apasionado.Entre besos entrecortados, Bleid respondió a la pregunta de Audrey, revelando que tenía el nombre perfecto para su bebé. —Omut, ¿qué te parece ese nombre?— susurró, dejando escapar una sonrisa de satisfacción ante su respuesta.—Me encanta—, respondió Audrey, contagiada de la emoción de su esposo. Pero su juego de risas y coqueteo no disminuía su deseo de estar aún más cerca de él. Con habilidad y gracia, se acomodó entre sus brazos, rodeándolo con sus piernas y obligándolo a sostenerla.—Muy bien, mi amor—, susurró Bleid, complacido por la cercanía y la pasión que los envolvía. — Te mostraré esas nuevas estrellas, pero tenemos toda la noche, toda la vida para eso. No me cansaré
Capítulo1Bleid Wolfang, estaba sonriendo, de pie, junto a la verja de su mansión, dónde ya lo esperaba su chófer para llevarlo al lugar que deseara.Por fin era el día en el que no había dejado de pensar ni un solo instante, el momento en que la venganza que venía alimentando su existencia durante años, sería llevada a cabo. El principio del fin de todo para sus enemigos.Venganza que cobraría él mismo con sus propias manos. Un brillo peligroso apareció en la mirada de Bleid al imaginar la sangre de sus enemigos manchando sus manos y bañando su cuerpo.Pero antes de que eso ocurriera, tendría que ser paciente y disfrutar de la mascarada ancestral y anual que los imponentes Vangelis daban; celebrando la erradicación del mal, en ese pequeño, pero próspero pueblo de Florencia, muchos siglos atrás…«Erradicación del mal. Mejor dicho, la masacre de toda mi familia. No son más que unos asesinos.»Los ojos de Bleid, se oscurecieron aún más, justo en el momento en que las verjas de la mansió