— ¿Quieres calmarte Gregory?— Preguntó Susan, tras bajar y verificar que la pequeña Gwyneth siguiera durmiendo plácidamente en su cuna.— Ellos no debieron llevarse Barack por la noche. ¡Es solo un cachorro!— dijo él levantando la voz más de la cuenta, provocando que el ceño de la señora Vangelis se frunciera.Ella iba a hablar, a reclamarle a su hijo por esa reacción que consideró una falta de respeto. Cuando el ruido de la puerta los alertó. Alguien estaba entrando por la puerta que comunicaba con el bosque, lo que hizo que Gregory corriera a encontrarse con los lobos.El pequeño ladrido de Barack fue lo único capaz de hacer que el corazón de Gregory volviera a latir con normalidad, cuando vio a su pequeño sobrino salir de la oscuridad, sin su característico brillo lunar que destellaba en noches como esa. Estaba completamente manchado de lodo.El cazador tomó al cachorro en sus brazos, casi sentía la necesidad de volver a perseguir a lobos de nuevo, solo para poder atar y torturar a
—La única manera de que él pueda llegar a tomar su forma humana es por medio de un intercambio, por medio de un sacrificio—, respondió alzando su mirada, clavando su mirada verde en la gris de Gregory — alguien debe de ocupar su lugar. Convirtiéndose en un lobo. Pero es algo que ni tu hermana, ni yo podemos hacer.Bleid camino hasta donde se encontraba su hijo, acariciando de manera suave y delicada, sus orejas, llevando al pequeño cachorro a gimotear entre sueños, feliz por la caricia. Hizo eso mientras esperaba que Gregory captará el mensaje en sus palabras, porque para que eso funcionará, la otra persona debía de desear sacrificarse sin ningún tipo de duda.— Así que alguien puede ocupar su lugar …— Gregory se dejó caer en el sillón que quedaba cerca de la camita sobre la que el pequeño descansaba, había varias de esas por toda la casa, sobre todo en las estancias que ocupaba Gregory.—Ya que he visto que Barack está dormido y que está bien, me regresaré a mi cuarto, junto a tu her
Susan Vangelis se había despertado muy pronto aquella mañana, por primera vez en casi 30 años había aceptado tener una cita con un hombre y llegaba el momento de contarles esa decisión a sus hijos, que lo que tenía muy claro era que no haría nada si ellos no lo aceptaban. El primero en aparecer por la cocina era Gregory con el pequeño Barack en brazos, sorprendiéndose al ver a su madre preparándoles el desayuno en lugar de a la cocinera.— ¿Sucede algo, mamá? — no recordaba esa imagen desde la última vez que su padre y ella se marcharon de viaje sin ellos, era como la extraña forma de disculparse de Susan cuando se sentía mal por alguna acción que no consideraba del todo correcta.— ¿No puedo prepararle el desayuno a mis hijos?— se acercó hasta ellos y rascó al pequeño lobito tras la oreja para luego inclinarse y dejar un suave beso en su cabecita — ¿Cuándo nos dejarás ver tu forma humana, cariño?Susan no sabía que aquello no era tan grave, simplemente pensaba que el cachorro se sen
Después de soltar aquello, se giró rápidamente incapaz de enfrentar las miradas de sus hijos y llevó una jarra de café a la mesa para sentarse en la mesa con ellos.— Y no considero que sea algo malo — dijo mientras se servía una tortita y le echaba algo de sirope encima, aun así, sin levantar la mirada del plato — Solo digo que es lo que haré, no les pido permiso, solo les informo.Audrey se quedó petrificada, no porque eso le molestara, si no, porque no sabía que su madre tuviera interés en alguien, todos los hombres aceptables para su madre habían intentado invitarla a salir y jamás les dio un sí, de hecho presumía de no querer conocer a nadie más por su supuesto amor eterno hacia su difunto esposo.Bleid observaba los tres integrantes de la familia Vangelis, incapaz de interrumpir su interacción y no porque no le importara, sino por nostalgia y la añoranza de ese tipo de interacción en su juventud.Además, que no ayudaría a su suegra a salir de ese problema convirtiéndose en el ce
Bleid se levantó justo en ese momento, por primera vez estaba de acuerdo con Gregory lo que significaba que él también pensaba lo mismo, tenían que investigar a ese sujeto. Que la CCS estuviera cerca no era algo que le gustara.—Por primera vez no tengo objeción a tus palabras cuñado, debemos ir al pueblo a terminar de desayunar.Ambos hombre salieron de la mansión, pero no iban solos, tras de ellos iba Barack, quién se subió atrás del Jeep que usarían esa mañana su padre y su tío para ir al pueblo, ocultándose en la manta que cubría la llanta de repuesto.—Que la CCS ande cerca y sobre todo cerca de Susan, no me gusta nada. ¿Sabías que ellos habían venido por la desaparición de Audrey? — le preguntó Bleid a su cuñado.En ese tiempo él había estado alejado de todos, internado en el bosque, pero siempre sintió que alguien lo observaba, de lejos, en ese entonces creyó que era uno de los hombres de Gregory, pero si no era así. Significaba que había sido la CCS.Gregory encendió el motor
Bleid se levantó de inmediato, su hijo era un pequeño cachorro y a diferencia de un lobo común, no huiría, la gente para él no era peligrosa gracias a que había siempre estado rodeado de ellos en esa forma, pero eso no significaba que dejaría que lo atraparan su hijo se defendería y atacaría a todo aquel que se acercara a él con intención de atraparlo al sentir que se encontraba en peligro y si eso ocurría y ese hombre, se daba cuenta de la naturaleza del pequeño Barack estarían en problemas.—Será mejor que salga a ver, que es lo que ocurre. Gregory, mientras quédate con él y averigua, ¿Qué es lo que realmente quiere?Gregory tenía ganas de salir en busca de Barack, pero contuvo el impulso, era mejor no darle importancia delante de ese agente de la CCS.— Vaya que extraño, un cachorro lejos de su madre — dijo Joel bebiendo un poco de su taza de café — si no fuera porque sé que es imposible que sea un cambiante es lo que creería, los cachorros de lobos comunes jamás se alejan de su ma
— Solo por verte así vale la pena que salgas con alguien — reconoció Audrey — me gustaría que fueras feliz.—¿En serio me veo bien?— preguntó una Susan algo nerviosa. Pero como no podía estar así de nerviosa, si hacía mucho, pero mucho tiempo, que ella no se arreglaba para una cita. —¿Crees que le guste, hija? — No creo que puedas pasar desapercibida para ningún hombre, en realidad nunca lo haces, pero así menos.Susan se sintió halagada y conmovida por la palabra de su hija, lo que la llevo a soplar con sus manos su rostro conteniendo sus lágrimas.—Por dios me he llevado toda la mañana con mi maquillaje y no lo arruinaré ahora soltando un par de lágrimas — mencionó Susan, haciendo gestos para evitar llorar.Bleid tardó en hacerle una observación a su cuñado y que le estaba molestando por no haberla visto antes.— ¿Gregory, crees que ese hombre vaya a la mansión o tu madre era la que saldría al pueblo a encontrarse con él? No lo sé, pero creo que debimos invitar a ese hombre a pas
Joel llegaba a la mansión, perfectamente trajeado, era extraño ver a un hombre, que normalmente iba vestido con ropa cómoda, perfectamente trajeado y con un ramo de flores silvestres en su mano izquierda mientras con la derecha marcaba al timbre.El mayordomo de los Vangelis no tardó nada en abrir la puerta y hacerse a un lado para dejarlo pasar.— La señora Vangelis lo espera para almorzar en el jardín.— No, debe haber algún error, yo iba a llevar a la señora a almorzar fuera.— No lo sé, señor, mi señora me dijo que lo haga pasar hasta el jardín.Joel negó, juraría que habían quedado para salir fuera, él había reservado mesa en el único restaurante decente que existía en el lugar, estaba seguro de que el mayordomo se equivocaba, aun así no perdería tiempo hablando con él, tal vez Susan quería tomar una copa en el jardín mientras se rompía un poco la tensión de esa primera cita.— Está bien. Después de aquello el mayordomo lo llevó hasta un hermoso jardín, la mesa estaba perfectame