Bleid salía de la habitación de Audrey, despacio, comportándose de la misma manera que lo haría un ladrón, un intruso. Aunque, eso era en la casa de los Vangelis, ella podía ser su esposa, pero eso no impedía que su hermano no deseara matarlo o que él mismo no deseara hacer eso mismo con su “cuñado” por lo que para cumplir el deseo de su esposa de un vaso de agua tenía que ser cuidadoso, bajar hasta la cocina y regresar.Pero cuál fue su sorpresa al ver cómo Ravel, su amigo, subía de la mano de Vangelis las escaleras de la mansión.¿Qué demonios estaba pasando? ¿Qué pretendía hacer Vangelis con su amigo?Por supuesto que lo fuera que pretendiera no se lo iba a permitir, por lo que los siguió en secreto, recordando lo que el cazador y sus hombres habían hecho con el alfa. Por supuesto que no dejaría que hiciera eso con el brujo, podía no ser un metamorfo, pero había sido leal a su familia por generaciones.Siguió a la pareja solo para ver cómo entraban a uno de los cuartos de la plan
Gregory se marchó de casa poco antes del anochecer del día siguiente, dejando a Alfred como protector de las dos mujeres de su familia y como dirigente de la orden de cazadores.Había insistido mucho en que, sobre todo, no descuidara a Audrey y que evitara que se viera bajo ninguna circunstancia con Wolfang, pero eso solo había hecho que el estúpido la siguiera a todos lados.Por suerte Audrey pudo escabullirse hasta el laberinto de setos donde su esposo ya la esperaba y no dudó ni por un instante en lanzarse a sus brazos y buscar su boca para besarlo.— Alfred está pendiente de todo, se ha tomado muy en serio su papel de protector de mi madre y mío — susurraba Audrey algo molesta al tener que aguantar que ese hombre la siguiera en todos lados.—Bien podría comérmelo— mencionó Bleid pese a que su voz sonaba con un deje de risa, en el fondo no deseaba hacer otra cosa más que la de enterrar sus caninos en el cuello de ese hombre y arrebatarle la vida.Era una verdadera molestia percibir
Gregory sabía que era muy improbable encontrar a un heredero Wolfang en esa manada Siciliana, solo necesitaba un hijo alfa y podría cargarse a Gregory, aun así era muy difícil que eso sucediera lejos de una unión entre él y su soul mate.Por eso no se había planteado viajar antes. Pero tras lo ocurrido la noche anterior con Ravel necesitaba una excusa para estar con él y descubrir qué era lo que le sucedía. ¿Era posible que ese hombre hubiera echado algún hechizo sobre él? Al fin y al cabo era un brujo.— ¿Entonces qué clase de brujo eres que no puedes trasladarnos a Sicilia con tus poderes?— preguntó Gregory atento a la carretera, lo cierto es que a esas horas las carreteras estaban algo desiertas, pero precisamente por eso era fácil confiarse y tener un accidente.—Yo no dije que no podía, solo que no me apetecía— le respondió Ravel a su amante — usar la magia para cosas banales trae un costo muy grande para los idiotas que lo hacen y yo seré todo menos un idiota.Si bien hubiera si
El dolor dejó sentirse cuando la transformación se llevó a cabo, dejando frente a Audrey al gran lobo negro, en medio de un charco de sangre.El gran lobo negro clavó su mirada verde y penetrante en la joven, caminando hacia ella, limpiando los restos de sangre de su morro con la lengua.Para cualquiera que viera ese enorme animal caminando hacia la joven, sería una imagen aterradora, solo de pensar en lo que pasaría si ella se moviera; sin embargo, el alfa Azabache, cómo se llamaba el lobo, no tenía intención de lastimarla, todo lo contrario, se acercó con cuidado a ella, esperando ser aceptado por su luna.Audrey estaba fascinada, la transformación no parecía agradable, pero pasaba rápido y ahora tenía frente a ella a un hermoso lobo negro que la observaba con esos ojos verdes de Bleid que la habían enamorado desde el primer instante.«Es un placer poder conocerte, mi mate»La chica sonrió al escucharlo hablar en su mente y se acercó a él para acariciar el morro del animal, quien a
— Pero Vangelis no puede marcharse, él y yo tenemos un trato y sabe que debe alimentarme.Gregory asintió, lo que el vampiro decía era cierto, él le daba a beber su sangre y el vampiro le daba algo a cambio, algo que él quería, normalmente tenía que ver con sus increíbles dotes de rastreo, pero esta vez quería otro intercambio, su sangre por la de él.El vampiro le indicó que se sentara en el sillón y eso hizo Gregory ladeando el cuello para ofrecérselo.— Sabes que prefiero la arteria femoral Vangelis, la sangre fluye mucho mejor ahí, así que sacate el pantalón.— en realidad le daba igual, pero le apetecía molestar al acompañante del cazador.El vampiro se aburría bastante en aquella cabaña a la que se había retirado hacía ya un par de siglos atrás, alimentado solo por personas como Gregory que se ofrecían libremente a cambio de algo que él pudiera darles. Ravel se encontraba en esos momentos apretando sus manos, tratando de ser paciente y no hacer nada que hiciera que ese maldito c
Bleid no pudo evitar estar más lejos de su luna, por lo que tras levantarse de la posición en la que se encontraba, de rodillas frente a ella, la tomó en brazos para besarla.Fue besarla y sentir como dejaba de tener sed, una sed que no estaba consciente de sentir hasta el momento en que la beso y la sació, pero si su sed se había aliviado, su hambre por ella parecía haberse incrementado.El deseo de poseerla, de tocar su cuerpo desnudo, y que se incrementaba no solo con su cercanía, era como si ese lugar también pidiera que ambos estuvieran juntos, ante esa estatua de la diosa de la luna.—Audrey… Te deseo…— mencionó Bleid apartándose un poco para poder ver a los ojos a su luna y comprobar si ella también deseaba lo mismo.Ese beso había hecho que una extraña corriente placentera y estremecedora recorriera su cuerpo, que calentó y excitó cada uno de los centímetros de su piel. No era que Bleid no provocara grandes sensaciones siempre en ella, pero en aquel instante era especial, la
Alfred Belucci se encontraba en ese momento frustrado, sus hombres no lograban encontrar a Audrey y al maldito monstruo.—¡Búsquenlos y encuéntrenlos! Si no quieren que les entregue su cabeza al jefe cuando vuelva— les gritó a sus hombres —¡No me importa si tienen que quemar todo el maldito bosque! Los miembros de la orden no dudaron en hacer lo que les pedía, pero parecía que se los había tragado la tierra, ni siquiera los perros habían captado ningún rastro y eso que estaban entrenados para encontrar cualquier tipo de criatura.Un aullido de lobo rompió con el silencio de la noche y los perros corrieron en busca de lo que acababan de escuchar, estaban entrenados en hacer el menor ruido posible, así que no ladraban y, aunque fueran mucho más rápido que los humanos para los que trabajaban, tenían aparatos GPS que los cazadores podían seguir con facilidad.¿Cómo había dejado que algo así ocurriera bajo sus narices?Debía haber actuado más rápido, en lugar de ser paciente con Audrey, d
— Quieres dejar de estar molesto, solo fue una transacción comercial.Dijo Gregory quien podía notar la tensión que desprendía Ravel, como parecía estar conteniéndose para no explotar y, aunque jamás le había importado que sus amantes se molestaran con él, en ese instante parecía no poder dejarlo pasar.Ravel no dijo nada, era la primera vez en varios siglos que se encontraba de nueva cuenta lidiando con ese tipo de sentimientos.Celos; ese maldito sentimiento que lo mantenía furioso y con muchas ganas de destruir todo a su alrededor, la furia por como Gregory deseaba que su sentir fuera eliminado de golpe.Por qué no podía ver que todo lo que concierne a su persona era importante para él. Que odiaba saber que antes de él hubo alguien más con quien creó un vínculo, porque lo peligroso de esos malditos chupasangres era el poder que tenían sobre sus hijos, ¿Y cómo lo consiguen? Por medio de eso que Gregory llamaba intercambio comercial.—¿En serio crees que eso solo era una maldita tran