— ¿Qué significa esto? — Emilia miró por la ventana de la habitación que compartía con Falcón y trató de no sonar demasiado molesta con las empleadas que habían insistido en ayudarla con su vestido.La chica no podía escuchar la evidente algarabía que había en el jardín, pero sus ojos podían ver perfectamente lo que su madrastra había hecho. Las personas de la manada que habían comenzado a llegar estaban siendo enviadas a la izquierda y prácticamente al final del área organizada para la ceremonia. Había también una especie de cordón que separaba aquel espacio de las sillas acomodadas frente al pequeño altar de rosas azules que habían colocado, obviamente a gusto de su madrastra.— ¿Sucede algo, señora? — Una de las mujeres en la habitación se acercó con preocupación —. ¿Algo está mal?— Sí, pero voy a encargarme de esto por mi cuenta.Emilia alzó las faldas de su vestido de novia, se colocó los zapatos que realmente no le gustaban y salió de la habitación sosteniendo la falda del ves
La música sonaba alrededor mientras las personas bailaban ahora completamente mezcladas en la pista de baile frente a la mesa familiar, donde ahora no solo estaban la madrastra y la malencarada hermanastra de Emilia, sino también el padre, que había llegado discretamente en medio de la ceremonia.Emilia no lucía precisamente emocionada, pero Falcón comprendía el porqué de aquella expresión ligeramente triste. El hombre que ahora estaba sentado en la mesa que todos compartían le había pedido a Emilia directamente no dirigirle la pasable.El alfa disgustado con la actitud de su ahora suegro tomó la mano de su luna, la chica que aún conservaba una pequeña pinta de tono rosa de la ceremonia a un lado de sus mejillas le dio una pequeña sonrisa. La mujer suspiró odiando no poder escuchar todo lo que sucedía a su alrededor, Falcón lo notó al verla mirar fijamente hacia los que bailaban en la pista.— No es realmente una buena canción — dijo Falcón volteando sus ojos hacia ella para que enten
— ¡Esto es tu culpa! — Falcón escuchó a la madre de Cintia gruñir aquellas palabras —. Si te hubieses deshecho de esa maldita o al menos castigado como se debía ella, no habría hecho esto a mi bebé — gritó —. Por Dios, la lanzó de las escaleras.— No creo que eso sea cierto — Falcón entró al cuarto —. De hecho, todos aquí saben muy bien que Emilia no sería capaz, así que dejen de fingir que realmente se lo creen.— ¿Acaso la conoces tanto? — la madre de Cintia lo miró —, por favor, yo he vivido con ella toda la vida, sé que es una mosca muerta justo como lo fue su…La mujer dejó de hablar cuando el padre de Emilia salió de la habitación, miró a la mujer inconsciente en la cama y masculló una maldición antes de también marcharse del cuarto. Falcón maldijo su suerte. Masajeó su cien deseando que el doctor llegara pronto.Sabía que Emilia no había hecho nada, pero por qué se había lanzado aquella mujer por las escaleras, entonces, por puro rencor. Aquello era increíble. Falcón sintió un
¡Había sido una semana!Emilia miró cómo había hecho los últimos días por la ventana de su habitación, que debía también ser la de Falcón, e intentó no sentirse tan triste, pero la verdad era que esperaba mucho más de él después de lo que habían dicho sobre intentar llenar por completo sus sentimientos de ella.La mujer suspiró sentándose en la cama cuando mirar por la ventana le resultó inútil, pensó con dolor en lo que probablemente ahora todos murmuraban. Su hermana había mentido descaradamente al lanzarse de las escaleras. Emilia no comprendía por qué la odiaba tanto su hermanastra, si ella nunca había importado en su familia, no desde que su madre había muerto.Sabía que su padre se había casado con la madre de Cintia dos años después de que su madre muriese. Comprendía que aquella mujer había hecho de todo para colarse en la vida de su padre, ya que había tenido la edad suficiente para darse cuenta de aquello, en especial cuando la niña que había sido su amiga dejó prácticamente
— ¿Quería hablar contigo alfa?Falcón miró a la mujer que se sentó frente a él, pasó una mano por su rostro mientras lo miraba en espera de alguna explicación para aquella llamada tan repentina y el alfa supuso que lo que debía hacer era ir directo al grano.— ¿Qué fue eso que me contestes sobre tu infancia? — Falcón miró a Cintia — Sobre el incendio.— Oh, bueno, no es algo realmente importante solo… solo lo recordé por el miedo, suele sucederme — la mujer miró a Falcón — ¿Por qué preguntas?— Quiero saber exactamente qué pasó, esa es mi pregunta, pero si no puedes responderla no tenemos nada más que hablar.El alfa intentó ponerse en pie, pero la mujer frente a él lo detuvo, Falcón la miró en espera de una respuesta y ella tomó el atrevimiento de sentarse justo en el asiento a su lado antes de hablar con calma.— Fui con la familia de mi padrastro para ayudarles, Emilia era una niña difícil así que cuando se escapó me asusté tanto que terminé encerrada en ático con un chico que habí
La puerta de la habitación de Emilia fue abierta con fuerza, Falcón miró a su luna con molestia mientras sostenía los resultados de los documentos que había entregado el doctor y confirmaban que la comida de Cintia había sido envenenada. No era un veneno común o sin mucho peligro, habían echado tanto en su plato que si no hubiese sido atendida con prisas habría muerto.¡Era imposible que ella se hubiese arriesgado solo para hacer a Emilia quedar mal!Le dolía, y Falcón se sintió decepcionado de Emilia. El accidente de las escaleras no se lo había creído a un cien por ciento, pero aquello del veneno era… era otro nivel de maldad.La única persona que realmente podía tener algo contra Cintia era su luna, ya que él había sido completamente sincero con ella con respecto a lo que representaba la mujer que siempre estuvo buscando y resultó no ser otra que la hermanastra de Emilia.— ¡Falcón como esta Cintia! — Emilia corrió hacia su alfa con preocupación — ¿Qué dijo el doctor?— ¿Realmente
Emilia trató de comer el desayuno que sirvieron en su habitación para ella. La empleada que lo trajo no parecía muy feliz de verla, pero la chica no había dicho nada, así que la mujer tampoco había dicho nada.La chica miró la comida con disgusto, sus ojos se fueron hacia la ventana que había sido el único contacto fuera de su propia habitación, ya que había pasado la última semana observando cómo Falcón ni siquiera había ido a saber de ella.La chica se acercó a la ventana después de tomar una de las tostadas con mermelada, solo porque debía pensar en su propio bebé que era lo único que le importaba ahora que parecía haber perdido a Falcón por completo.La mujer vio a Cintia sentada en una pequeña mesa en el jardín junto a su madre, la mujer vio al alfa que se acercó a dicha mesa para besarla en la mejilla antes de acompañarlas en un desayuno al que obviamente ella no había sido invitada y su corazón dolió como ya había comenzado a hacerse costumbre.La mujer sintió una lágrima corre
Falcón irrumpió en su propia casa cuando escuchó la noticia de que su luna había desaparecido. El lobo corrió escaleras arriba para cerciorarse de que aquello era verdad.Ni siquiera pudo captar el olor de Emilia. En aquella desordenada habitación faltaba ropa, faltaba un par de maleta y la bolsa que había traído de la casa de su padre cuando él le ayudó.El dolor quemó en el pecho del hombre mientras el remordimiento también lo hacía, pensó en que quizás había sido demasiado duro con ella, quizás no, él había sido duro con ella. La había alienado solo porque había aparecido la mujer de su pasado, una mujer que ni siquiera había sido capaz de cumplir sus expectativas, pero él había sido demasiado estúpido como para no ocultar eso de Emilia.Falcón notó la hoja de papel cuidadosamente acomodada junto a la ventana. Tomó dicho objeto con prisas y abrió con ansias dicho documento. Sus ojos pasaron por las pocas palabras escritas en aquella especie de nota.«No voy a perdonarte por no conf