¡Había sido una semana!Emilia miró cómo había hecho los últimos días por la ventana de su habitación, que debía también ser la de Falcón, e intentó no sentirse tan triste, pero la verdad era que esperaba mucho más de él después de lo que habían dicho sobre intentar llenar por completo sus sentimientos de ella.La mujer suspiró sentándose en la cama cuando mirar por la ventana le resultó inútil, pensó con dolor en lo que probablemente ahora todos murmuraban. Su hermana había mentido descaradamente al lanzarse de las escaleras. Emilia no comprendía por qué la odiaba tanto su hermanastra, si ella nunca había importado en su familia, no desde que su madre había muerto.Sabía que su padre se había casado con la madre de Cintia dos años después de que su madre muriese. Comprendía que aquella mujer había hecho de todo para colarse en la vida de su padre, ya que había tenido la edad suficiente para darse cuenta de aquello, en especial cuando la niña que había sido su amiga dejó prácticamente
— ¿Quería hablar contigo alfa?Falcón miró a la mujer que se sentó frente a él, pasó una mano por su rostro mientras lo miraba en espera de alguna explicación para aquella llamada tan repentina y el alfa supuso que lo que debía hacer era ir directo al grano.— ¿Qué fue eso que me contestes sobre tu infancia? — Falcón miró a Cintia — Sobre el incendio.— Oh, bueno, no es algo realmente importante solo… solo lo recordé por el miedo, suele sucederme — la mujer miró a Falcón — ¿Por qué preguntas?— Quiero saber exactamente qué pasó, esa es mi pregunta, pero si no puedes responderla no tenemos nada más que hablar.El alfa intentó ponerse en pie, pero la mujer frente a él lo detuvo, Falcón la miró en espera de una respuesta y ella tomó el atrevimiento de sentarse justo en el asiento a su lado antes de hablar con calma.— Fui con la familia de mi padrastro para ayudarles, Emilia era una niña difícil así que cuando se escapó me asusté tanto que terminé encerrada en ático con un chico que habí
La puerta de la habitación de Emilia fue abierta con fuerza, Falcón miró a su luna con molestia mientras sostenía los resultados de los documentos que había entregado el doctor y confirmaban que la comida de Cintia había sido envenenada. No era un veneno común o sin mucho peligro, habían echado tanto en su plato que si no hubiese sido atendida con prisas habría muerto.¡Era imposible que ella se hubiese arriesgado solo para hacer a Emilia quedar mal!Le dolía, y Falcón se sintió decepcionado de Emilia. El accidente de las escaleras no se lo había creído a un cien por ciento, pero aquello del veneno era… era otro nivel de maldad.La única persona que realmente podía tener algo contra Cintia era su luna, ya que él había sido completamente sincero con ella con respecto a lo que representaba la mujer que siempre estuvo buscando y resultó no ser otra que la hermanastra de Emilia.— ¡Falcón como esta Cintia! — Emilia corrió hacia su alfa con preocupación — ¿Qué dijo el doctor?— ¿Realmente
Emilia trató de comer el desayuno que sirvieron en su habitación para ella. La empleada que lo trajo no parecía muy feliz de verla, pero la chica no había dicho nada, así que la mujer tampoco había dicho nada.La chica miró la comida con disgusto, sus ojos se fueron hacia la ventana que había sido el único contacto fuera de su propia habitación, ya que había pasado la última semana observando cómo Falcón ni siquiera había ido a saber de ella.La chica se acercó a la ventana después de tomar una de las tostadas con mermelada, solo porque debía pensar en su propio bebé que era lo único que le importaba ahora que parecía haber perdido a Falcón por completo.La mujer vio a Cintia sentada en una pequeña mesa en el jardín junto a su madre, la mujer vio al alfa que se acercó a dicha mesa para besarla en la mejilla antes de acompañarlas en un desayuno al que obviamente ella no había sido invitada y su corazón dolió como ya había comenzado a hacerse costumbre.La mujer sintió una lágrima corre
Falcón irrumpió en su propia casa cuando escuchó la noticia de que su luna había desaparecido. El lobo corrió escaleras arriba para cerciorarse de que aquello era verdad.Ni siquiera pudo captar el olor de Emilia. En aquella desordenada habitación faltaba ropa, faltaba un par de maleta y la bolsa que había traído de la casa de su padre cuando él le ayudó.El dolor quemó en el pecho del hombre mientras el remordimiento también lo hacía, pensó en que quizás había sido demasiado duro con ella, quizás no, él había sido duro con ella. La había alienado solo porque había aparecido la mujer de su pasado, una mujer que ni siquiera había sido capaz de cumplir sus expectativas, pero él había sido demasiado estúpido como para no ocultar eso de Emilia.Falcón notó la hoja de papel cuidadosamente acomodada junto a la ventana. Tomó dicho objeto con prisas y abrió con ansias dicho documento. Sus ojos pasaron por las pocas palabras escritas en aquella especie de nota.«No voy a perdonarte por no conf
Emilia tragó con dificultad mientras el pequeño bus que había tomado la dejó justamente en medio de la primera ciudad humana. La mujer humedeció sus labios cuando uno de los oficiales fronterizos entre el área humana y lobos se acercaba mirando alrededor para que no hubiese ningún… Lobo en aquel autobús.La chica se sintió un poco nerviosa cuando el oficial le miró. El hombre le hizo mostrarle su rostro, sus dientes y luego recibir un ligero golpe en su brazo. La mujer se sorprendió muchísimo del tipo de control que tenían los humanos, pero aquello no era lo realmente importante.Los oficiales la miraron una vez más antes de marcharse para bajar del autobús. Emilia tocó su pecho intentando calmarse debido a los nervios que había generado aquel chequeo oficial y, aunque realmente no sabía qué hacer, ahora se encontraba completamente sola.Ella no había pensado realmente en qué hacer cuando llegó a la estación de buses fronteriza de la manada de Falcón. La chica se sentía tan triste con
— ¿Alguna información? — Miré a los betas a mi alrededor — mi luna… Saben qué sucedió con ella.— Subió en un autobús en la línea fronteriza alfa— dijo un hombre — y tenemos prohibido investigar más de eso — respondió — pero tenemos una cosa muy importante que hablar, los humanos asesinaron a diez lobos inocentes al oeste, la manada ha pedido ayuda a todos los alfas alrededor.— ¿Qué has dicho? — Falcón frunció el ceño — ¿Cuándo sucedió eso?— Hace dos días, Alfa, no … No habíamos dado la información porque estábamos preocupados por la situación de su luna, pero…— ¿Situación? — aquello hizo que el lobo tragara — ¿Qué situación?— Alfa, el médico, dijo que… que nadie debía decir nada aún, pero… —El chico alejó sus ojos — Creo que el embarazo es importante y pensamos que ya lo sabía, creímos que le había enviado lejos por propia voluntad.— Fuera — gruñí — envía a cinco hombres a la manada de oeste, pero no vuelvas a ocultar o retrasar ninguna información, ¿Está bien?— Sí, alfa, lo si
Emilia suspiró sentada en el porche de la casa donde había pasado los últimos dos días. Miré alrededor de aquel pintoresco vecindario humano y me sentí algo extraña de seguir descubriendo cosas a mi alrededor. Aquello era una bonita experiencia, pero de algún modo solo pensar en mi bebé me hacía sentir mal porque de algún modo terminaba pensando en Falcón.La pregunta que seguía moviéndose en su cabeza era si él la había intentado encontrar o si solo se alegró de haberla sacado de su camino sin ninguna dificultad. La mujer se ordenó no pensar en eso y sonrió ligeramente a la pareja de ancianos que pasó junto a la casa. Emilia notó un olor extraño venir de uno de ellos.No sabía exactamente qué era, pero le hizo erizar los vellos de la nuca. La mujer jadeó cuando tocaron su hombro. Norma, la mujer que le había ayudado, le sonrió antes de dejar una bandeja con galletas sobre la mesa entre los dos asientos del porche.— ¿Lo sentiste verdad? — la mujer habló despacio para que pudiera leer