Las horas pasaban, y Jayden no despertaba aun. Se sentía como una eternidad, estando en la sala de espera sin ninguna novedad. El estómago se me había cerrado, no tenía hambre, sed o cualquier cosa. No tenía ganas de absolutamente nada.
Duncan está conmigo, no se ha movido tampoco del hospital. Ha insistido en que debo probar bocado, ¿pero cómo hacerlo? Lo único que quería era que Jayden abriera sus ojos ya, está en un estado delicado y los médicos han dicho que está peleando por su vida. Le hablaba y le decía que esta pelea debe ganarla, que es la más importante de su vida, que no se tiene que rendir, no puede rendirse.
La madre de Jayden no me dirigía la palabra, porque para ella era yo la culpable de que su hijo estuviera en una cama al borde de la muerte, excepto por su hermano menor, Tobías que ha venido junto a Sophie, la cual no había vis
Estaba desesperada por ver a Jayden, pero al mismo tiempo estaba abrumada al enterarme de mi embarazo, es decir, no es que no me sentía feliz por estar embarazada, pero con todo lo que estaba sucediendo era algo aterrador, ahora debía cuidar a mi bebé con uñas y dientes, no quería que llegara a este mundo con nuestra situación. Duncan me dijo que Jayden abrió los ojos repentinamente, los doctores se sorprendieron ante eso, cosa que no esperaban que fuera a suceder, no ahora al menos. Quería verlo, pero las enfermeras y doctores me lo impidieron, tenían que hacerle todo tipo análisis para asegurarse que no haya daño, además de la herida de bala en su estómago. Saber que ya no estaba dormido, saber que ya abrió los sus ojos me llenaba de felicidad el corazón, él estaba bien, gano la pelea contra la muerte.&nbs
Me gustaría decir que el juicio fue fácil, que tras presentar las pruebas en contra de Alexander Powell sería más que suficientes como para meterlo a prisión en uno o dos juicios tal vez, pero evidentemente estaba equivocada. Muchos dolores de cabeza, mucha preocupación de que de alguna manera él saliera impune de todo el daño que ha causado.El tiempo que duro el juicio fue de unos meses largos. Duncan tenía que testificar en contra de su padre, cosa que fue difícil para él. Sin embargo jamás bajo la mirada o quiso salirse de todo. Jayden fue el primero en querer hundirlo. Mi padre habló sobre todo lo que sabía, y muchas personas más las cuales tenía algún tipo de contacto con Alexander fueron la clave para finalmente encerrarlo, entonces ahí fue cuando pudimos respirar tranquilamente sabiendo que ya no podría hacer más da&n
—¡Mamá! —el gritó enfadado de Mia, y como volvía a llamarme me hacía entender que no logró llegar a la parte no protectora de su padre como ella lo esperaba—. ¡Mamá!Me adentro a la casa buscando a la propietaria de esa voz que me recuerda mucho a la de mi mejor amiga, y madrina de mis hijos.Mia apenas me visualizó al mismo tiempo que yo lo hice, camino a pasos apresurados hacia a mí, cruzándose de brazos y mordiéndose el labio inferior. Siempre que la veo pienso en lo parecida que era a Jayden, tanto en gestos, como en la apariencia. Con su cabello oscuro, sus ojos verdes y su carácter. Ambos se podrían dar la mano fácilmente pero dado a que él es un poco mucho sobreprotector con nuestra chica de diecisiete años, están en constante lucha, aunque siempre terminan por darse un abrazo, y con mi esposo terminando con un No rotundo
—¡Vamos, Iris! —mi amiga me anima a continuar bebiendo algo que esta vertido en un vaso rojo, algo lo cual no tengo idea de lo que es exactamente, pero aun así obedezco.Esta noche solamente necesitaba embriagarme hasta no recordar al capullo de mi ex novio, Liam Simmons, maldito hijo de puta, eso es todo lo que es, el muy desgraciado me engaño con nada más ni nada menos con mi mejor amiga, otra traidora más.La verdad no sé a quién debo culpar más, si a él por meterse con quien se decir se casi mi hermana u ella quien sabia perfectamente lo enamorada que yo estaba de él.Lo peor de toda la maldita situación es que yo vivía con Liam en su apartamento en el centro de la ciudad, porque no tenía a donde ir, y después de encontrarlo engañándome me pidió miles de disculpas, dándome excusas baratas y rogándome de rodillas, al
La pelea había comenzado, y había finalizado con la misma rapidez. Nadie pareció haberse sorprendido cuando el supuesto mejor boxeador de “Todo Miami” lo gano. Duncan Powell termino tendido sobre el ring en menos de dos minutos. —Sospecho que todo está arreglado —exclamo Selene cruzándose de brazos y resoplando—. Duncan es uno de los mejores, lo he comprobado yo misma con mis ojos, y está bien, Jayden es muy bueno también, pero de todos modos, no dejo de pensarlo y es que todo fue un arreglo para que él ganara —finalizó. Yo permanecí callada ya que no tenía idea de cómo peleaban ambos boxeadores, por tanto decidí no opinar nada al respecto. Había muchos bullicios en el club de las personas hacia Duncan quien por supuesto parecía avergonzado, este se puso de pie y como todo buen chico aparentemente choco puños con Jayden Scott. Le dedicó una sonrisa y un ligero movimiento de cabeza, antes de bajar del ring y desparecer por completo entre la multitud. —Para aqu
A la mañana siguiente sentía una resaca de otro mundo.Lo único que agradezco es que es domingo y no me toca trabajar en el Restaurante de Maggie. Me desperté gracias al sol filtrándose por la ventana que da a la calle, me quedo observando el techo de la habitación en donde me encuentro. No voy a mentir me siento fatal tener que estar molestando en casa ajena, a pesar de que Selene me aclaró una y mil veces que me podría quedar todo el tiempo que sea necesario.¿Cómo es que de la noche a la mañana se fue todo al mismísimo infierno? No me dejo de preguntar una y otra vez, hasta hace dos días estaba de lo más bien viviendo con Liam, teníamos planes para el futuro, cada cosa detallada, no puedo dejar de pensar que mi vida es un total desastre, no tenía casa propia y estoy siento estar estorbando en una ajena, tengo un trabajo en el cual la paga es lo míni
Me encantaba venir a la playa aunque no lo hacía muy a menudo, sentir las olas y escuchar como rompe contra la arena era algo tan característico, me producían calma, mucha calma.La playa y la danza eran unas de mis dos cosas favoritas. Las olas, el sol y la brisa era todo lo que necesitaba en este momento. Miro para mis costados sin levantarme de la arena para buscar con los ojos a Selene que se ha ido hace unos minutos a comprar unas sodas, cuando finalmente la logro divisar está caminando en mi dirección con alguien a su lado, me coloco la mano sobre la frente para hacerme sombra y poder deducir quien es, me cuesta algo pero al final logro reconocerlo, es Duncan.Vuelvo mis ojos al mar y disfruto de la vista.—Un placer verte nuevamente —la voz de Duncan me provoca una sonrisa, no sé porque, tal vez por ese tono entre suave y grave que tiene.Levanto la cabeza hacia arriba, Duncan tiene una camisa bla
—¡Iris! —Me giro con los platos a la voz de Maggie quien me quiere ahorcar con la mirada—. Mesa seis, ¿Qué esperas? Estamos saturados y tu perdiendo el tiempo.Abro los ojos atónita, ¿acaso no está viendo que apenas puedo mantenerme en pie con los tres platos? Le hago una señal con los ojos para que vea mis manos y parte de mi brazo que lleva la comida, Maggie pone los ojos en blanco y se da la vuelta para cruzar dos puertas blancas la cual lleva a la cocina del restaurante. Resoplo y continúo mi camino a la mesa número tres donde tenía que llevar espaguetis con salsa blanca hace más de media hora, aunque en mi defensa, no tengo la culpa que los cocineros no tengan ganas alguna de trabajar esta noche, estuvieron así durante la tarde también, he de suponer que la razón es porque es Lunes y cuesta comenzar la semana, pero los gritos de mi jefa y de los clientes me