A la mañana siguiente sentía una resaca de otro mundo.
Lo único que agradezco es que es domingo y no me toca trabajar en el Restaurante de Maggie. Me desperté gracias al sol filtrándose por la ventana que da a la calle, me quedo observando el techo de la habitación en donde me encuentro. No voy a mentir me siento fatal tener que estar molestando en casa ajena, a pesar de que Selene me aclaró una y mil veces que me podría quedar todo el tiempo que sea necesario.
¿Cómo es que de la noche a la mañana se fue todo al mismísimo infierno? No me dejo de preguntar una y otra vez, hasta hace dos días estaba de lo más bien viviendo con Liam, teníamos planes para el futuro, cada cosa detallada, no puedo dejar de pensar que mi vida es un total desastre, no tenía casa propia y estoy siento estar estorbando en una ajena, tengo un trabajo en el cual la paga es lo mínimo y trabajo como burra, además tengo veinte años y ni siquiera puedo estudiar una carrera en la universidad.
Dejo de estar quejándome y saco un pie de la cama para luego sacar el otro, no tenía ganas de levantarme, quería dormir y olvidarme del mundo entero por unas horas más.
Siento un ligero mareo y fatiga por la resaca, por beber tanto alcohol. Cosa que no estoy acostumbrada, dolor de los músculos y una deshidratación. Lo bueno que le saco es que al menos me olvide de Liam anoche. Luego de despedirnos de Duncan con Selene nos fuimos a un Bar a seguir “festejando mi soltería”, allí nos quedamos hasta la madrugada, cuando llegamos a su casa caímos rendidas en el suelo, y ahora que lo pienso no recuerdo haber venido sola o acompañada por Selene a esta habitación.
Me despabilo y enseguida me pongo en alerta. Mi amiga estaba igual de agotada y ebria como para ella misma llevarme hasta la cama. Peso unos cuantos kilos más que Selene como para que ella tuviera la fuerza suficiente. De pronto olvido la resaca que poseo y salgo de la habitación con los pies descalzos. Me dirijo hasta la sala de la casa, no hay nadie.
—¡Selene! —Llamo pero no recibo ninguna respuesta—. ¡Selene! —repito.
¡Tal vez no me ha escuchado por mi tono bajo de voz!
Me dirijo a la cocina y por fin logro encontrarla. Está sentada en la mesa desayunando un café oscuro por lo que puedo notar, y una tortita al costado sobre un plato, tiene el cabello suelto y completamente desarreglado.
—¡Te estaba llamando! ¿No me has oído? —pregunto y al momento Selene se sobresalta.
¿Estaba dormida?
Puedo ver en sus ojos unas ojeras y un cansancio notable.
—No vuelvo a beber desenfrenadamente, ¡Nunca más! —es lo primero que dice y suelta un jadeo—. Se me parte la cabeza en millones de pedazos.
—¿Dónde dormiste? —pregunto.
—En mi habitación, ¿Por qué? —responde entrecerrando los ojos y llevándose la taza de café a los labios.
— ¿Me has llevado a la habitación tú sola?
Ella niega con la cabeza inmediatamente.
—¿Y cómo llegue ahí? No lo recuerdo —el dolor muscular volvió. Tomo asiento frente a ella.
Selene se pasa la lengua en sus labios, y eso solamente lo hace cuando se está poniendo nerviosa, como por ejemplo ahora. La miro inclinando mi cabeza a un costado y tratando de descifrar porque esta así. Deja el café en la mesa y me dedica una sonrisa tímida.
—¿Quién me llevo a la cama? —digo casi en un susurro y reproche a la vez.
—Antes de que se te pase por la cabeza asesinarme, quiero advertirte que no lo invite y que llegó unos minutos después de que llegamos —se apresura a decir y me preparada para lo que tenga que confesarme—. Fue Liam —murmura bajando la cabeza y fijando sus ojos en el café tratando de escapar de mi fulminante mirada.
—¿Liam? —chille sin querer.
Selene asiente.
—¿Cómo? Tu caíste rendida al igual que yo, ¿Cómo es posible que te despertaras para dejarlo entrar y dejar que siquiera me pusiera una mano encima para llevarme hasta la habitación?
—Si no entendí mal, quiere recuperarte —confiesa encogiéndose de hombros—, pero tú no debes perdonarlo.
Suelto una risita y sacudo la cabeza negando. Por supuesto que no pienso y no voy a perdonarlo, eso nunca lo hare. Sin embargo me sorprende mucho que ahora después de echarme a la calle como a un perro quiera regresar conmigo, eso ni es sus sueños. Y no voy a engañarme a mí misma, todavía siento cosas por ese patán, es decir, no puedes olvidar el amor que sientes por alguien de la noche a la mañana, aunque él si pareció olvidarlo cuando se enrollo con quien se decía llamar mi mejor amiga.
—¿Qué más te dijo? —pregunto de curiosa.
—No lo recuerdo muy bien, te estuvo buscando toda la noche y estuvo esperando frente a la casa y ver si estabas conmigo, dice que se sentía mal por serte infiel y que pretende hacer lo que sea para que lo perdones.
Ahora si me entra la risa.
Está totalmente loco de siquiera pensar recuperarme.
—Pues entonces que espere sentado cómodamente, porque yo ni en un millón años luz voy a darle otra oportunidad, ¿para qué? Para que vuelva a ser infiel, lo hizo una vez, o varias seguramente, por supuesto que volverá a serlo, pero esta vez no va a ser a mí —me desahogo y siento una lagrima deslizarse por mi mejilla, me lo limpio enseguida—. Es un mentiroso, infiel e imbécil.
—No vale la pena que sufras por ese capullo —Selene se acerca a mí y me envuelve con sus brazos—. Lamento haberlo dejado pasar, no quería que duermas en el suelo, pero apenas te llevó a la habitación y yo me asegurara que no intentara nada, lo saque de la casa y fin de la historia.
—Necesito un café fuerte y eliminar de mi mente cualquier tipo de recuerdo de Liam —trato de sonreír.
Selene se ofrece a prepararme un Café negro y amargo lo cual me lo bebo así como bebí alcohol ayer. Después de un largo rato hablando de cualquier cosa menos de mi ex patán novio, las dos decidimos hacer una mañana de películas.
En la tarde me di una ducha extensa, cuando salgo y me visto con una blusa color mostaza larga, un pantalón vaquero negro, Selene me ofrece ir a la playa, acepto y salimos de la casa de inmediato.
La playa quedaba a unas cuantas calles de distancia, por tanto decidimos ir caminando con tranquilidad.
Y de repente unos ojos esmeraldas golpean mi mente.
—Oye, Jayden no parecía ser un mal chico —digo y Selene se detiene a mirarme a mitad de la calle.
—Dime que no intentaras olvidar a Liam con Jayden —parece preocupada, no me deja responder y continua hablando—. No lo conozco a profundidad, pero ya te he dicho que no es bueno, es más creo que es peor que Liam, y con eso te estoy diciendo todo.
—¿Quieres tranquilizarte? He dicho que no me parece un mal chico, no que me liaría con él —contesto—, además estás hablando de él así por rumores que no sabes si son ciertos.
—Los rumores no se generan porque si, algún motivo detrás debe haber.
No sigo tocando el tema, está claro que no le gusta para nada.
Me encantaba venir a la playa aunque no lo hacía muy a menudo, sentir las olas y escuchar como rompe contra la arena era algo tan característico, me producían calma, mucha calma.La playa y la danza eran unas de mis dos cosas favoritas. Las olas, el sol y la brisa era todo lo que necesitaba en este momento. Miro para mis costados sin levantarme de la arena para buscar con los ojos a Selene que se ha ido hace unos minutos a comprar unas sodas, cuando finalmente la logro divisar está caminando en mi dirección con alguien a su lado, me coloco la mano sobre la frente para hacerme sombra y poder deducir quien es, me cuesta algo pero al final logro reconocerlo, es Duncan.Vuelvo mis ojos al mar y disfruto de la vista.—Un placer verte nuevamente —la voz de Duncan me provoca una sonrisa, no sé porque, tal vez por ese tono entre suave y grave que tiene.Levanto la cabeza hacia arriba, Duncan tiene una camisa bla
—¡Iris! —Me giro con los platos a la voz de Maggie quien me quiere ahorcar con la mirada—. Mesa seis, ¿Qué esperas? Estamos saturados y tu perdiendo el tiempo.Abro los ojos atónita, ¿acaso no está viendo que apenas puedo mantenerme en pie con los tres platos? Le hago una señal con los ojos para que vea mis manos y parte de mi brazo que lleva la comida, Maggie pone los ojos en blanco y se da la vuelta para cruzar dos puertas blancas la cual lleva a la cocina del restaurante. Resoplo y continúo mi camino a la mesa número tres donde tenía que llevar espaguetis con salsa blanca hace más de media hora, aunque en mi defensa, no tengo la culpa que los cocineros no tengan ganas alguna de trabajar esta noche, estuvieron así durante la tarde también, he de suponer que la razón es porque es Lunes y cuesta comenzar la semana, pero los gritos de mi jefa y de los clientes me
Estaba agotadisíma, lo prometo.El restaurante normalmente cierra a las once de la noche, pero hoy era la excepción.No dejaba de recibir mensajes de texto por parte de Selene para preguntarme cuando volveré, y otros dos mensajes por parte de Liam, quien decía querer verme y que si no respondía vendría justamente al restaurante, algo que no quiero por nada del mundo, pero decidí no responderle de igual forma, por una de dos razones, tenía a decenas de personas por atender. Tania estaba tan abrumada como yo, iba de aquí para allá con platos y vasos, su ojos me suplican ayuda cuando yo estoy igual que ella. Tania es otra de las camareras del restaurante.Al cruzar la puerta de la cocina me apoyo contra la pared y respiro profundamente, mis pies no daban para más. Me moría de sed, tenía más calor de lo habitual y me urgía una buena ducha de agua fr&i
Me toma unos segundos procesar lo sucedido, Liam en el suelo con su nariz rota y con sangre, ni siquiera vi cuando Jayden lo ha golpeado.No logro poder mover un solo músculo, permanezco inmovil contra la pared.Repentinamente Liam se coloca de pie enfadado, apesar de que estabamos en plena oscuridad, podía notar en sus ojos la rabia contenida. Entonces este se ataca a Jayden ciegamente.—¡Basta! —grito cuando ambos comienzan a golpearse entre sí, ninguno parece querer escucharme.Pese que Jayden es un boxeador estrella y muy bueno, Liam también tiene lo suyo, su cuerpo es mucho menos delgado sí, pero su agilidad le hace competencia a la fuerza y habilidad de Jayden.—Por favor, ya dejen de pelear —mi voz era de puro pánico, quería intervenir, pero ambos están tan cegados por una ira indescifrable que su pelea se basa en puños, golpes en el estómago
—¿Y tú guardaespaldas? —pregunte rompiendo el silencio, él me mira algo extrañado y luego como si recordara se sonríe.—Supongo que se ha tomado la noche libre —responde—, es nuevo en esto de estar cuidando a una persona, el chico tiene entrenamiento mas no sabe cómo ejecutarlo.—¿Por qué un Boxeador necesita un Guardaespaldas? —me atrevo a preguntar, por curiosidad tan sololamente.—Te sorprenderías la razones, bonita —se limita a decir—. De igual manera, no lo necesito la mayor parte del tiempo.Me decido a no seguir preguntándole cosas que no me incumben por el momento. Luego pienso en su última palabra y ahí si es que replico algo.—Iris —exclamo.Jayden arquea una ceja sin comprender mi repentino cambio de tema y vuelve a inclinar su cabeza a un costado fr
Después de haber procesado todo lo de esta mañana, tuve que forzarme a darme una ducha, relajar mi cuerpo y mente para luego irme a trabajar, sabiendo el largo día que me esperaba.Selene no dejaba de soltar maldiciones hacía Jayden por meterme en estos escándalos de mentiras pues yo no era novia de Jayden, y ya me estaban involucrando con él. Aunque lo defendí diciendo que él no lo habría previsto, y esto la enojo, me salí de la casa un poco mal por haber terminado el desayuno en una pelea.Pese a que el restaurante queda a unos kilómetros de distancia, no me tomo el autobús por esta vez. He preferido irme caminando, y pasar fugazmente por la playa a observar lo que tanto me encanta, las olas romper en la orilla.Llego al restaurante que por supuesto aun permanecía cerrado, todavía no marcaba ni las once y media del mañana. El silencio dentro era una de las
—¡Olvídalo! —Hablo con la suficiente firmeza para que pueda captar el mensaje de que de verdad no quiero si quiera tenerlo cerca de mí—. Olvídate que existo, y déjame en paz de una vez por todas.No consigo que mueva un solo pie, se queda plantado a unos pasos de la puerta principal, me fijo en sus nudillos que los tiene por completo destrozados.—¿De verdad crees por un segundo que puedes olvidarme con ese imbécil? —frunce el ceño.—Vete, no voy a hablar contigo de Jayden ni de nadie —ignoro su pregunta, lo necesito lejos ya.—Contéstame —me exige Liam elevando el tono de voz.—Ya te he dicho que no voy hablar contigo, quiero que te vayas ahora mismo —replico con fuerza.—Vaya que si eres muy ingenua —resoplo al ver que no cederá a irse fácilmente, luego añade—, el chico es un
Al llegar al club, Duncan intenta encontrar un espacio libre en la calla para poder estacionarse.Habían muchos autos por todas partes, algunos haciendo difícil que otros autos puedan pasar, la mayoría están obstruyendo la mitad de la calle que no deberían.Una vez estacionado, bajamos del auto y nos dirijamos a la entrada del club, afuera de este tenía un cartel rojo neón, con las letras CDBM, letras las cuales no me había fijado antes y las cuales no tengo la menor de idea de su significado. La oscuridad de la noche lo hace resaltar más de lo normal.Un guardia de seguridad le pide algo a Duncan, no porque no lo conociera, evidentemente lo hace, sino por otra razón. Mientras tanto Selene y yo nos adentramos al lugar rápidamente, más bien era Selene quien me empujó para que así lo hiciera.—Debo irme, pero las veo más tarde, princesas —dic