Levantó mi mano para que no siga hablando, me fui hacia el comedor—Buenos días chicas— saluda a todas.
—¿Va a querer tomar té? —pregunta.
Muevo mi cabeza—Si, lo que sea rápido y así me voy—le pide.
Me terminaron de servir el desayuno, no quise hablar y observó como él cambio de opinión, se sienta delante de mí. También le ponen su desayuno y deja su celular a un lado—¿sigues enojada? — pregunta.
—Si porque hablas de todo y nunca sientas cabeza con lo que realmente está pasando—sostengo.
Deja la taza de café que le sirvieron—No estoy negando lo que nos pasa—dice enojado.
—¿Por qué me mientes? —pregunte.
Rasca su cabeza de los nervios, no podía más y tampoco quería darse cuenta que realmente la
En ese instante fue como darme con un palo en el medio de mi pecho haciéndome entrar en razón que no conocía demasiado la historia de Alan, sólo fui una ingenua que lo observaba de lejos como otras chicas y nunca me detuve a pensar que tal vez había otra.En todo ese tiempo que tuve para poder conocer sus rutinas, que hacía y con quién se juntaba.Jamás me enteré de una tal Mariana en la vida de él y parecía que eran cercanos. Alan se lo notaba inquieto y lleno de misterio.—Oye, no es nada—me intentó explicar pero lo hice a un lado y caminé hacia otra dirección—Harper—me llama.Saco la mano de mi boca —Creíste que era mejor mentirme a mi para poder encontrarte con tu ex tranquilamente—le digo mirándolo.Niega con su cabeza —No, solamente que no quería este tipo de reacción
—Alan, no es lo que parece—le respondí tomando las fotos entre mis manos —Fue todo un error, solo estábamos hablando y nada más —insistí.De repente mi celular comenzó a colapsarse de mensajes, llamados y de correo de voz. Lo apagó y sigo mirandolo, observó que camina de un lado para el otro mordiéndose sus uñas —Esto acabara con mi reputación—repite una y otra vez.Intento ponerme a su lado, quería tranquilizarlo porque todo había sido un error y buscaban poder hacer eso con él. Jamás entendió como era la prensa y sus juegos, lentamente toque su espalda cuando lo vi que se quedó parado mirando hacia afuera, frente a esa enorme ventana y completamente callado—Mirame— susurró y le golpeó despacio su espalda—Solo dime qué me crees—le repito.Se voltea &mdas
—¿Estas segura lo que dices?—pregunto mirándome.Realmente lo amaba con locura desde hacia tiempo pero nunca fui capaz de enfrentarlo y ya era momento —Si, Alan—respondí sonriendo.Me abraza—No se si estaremos bien pero quisiera intentarlo, Harper—me susurra.La puerta de su oficina se abre, pasan mis padres junto con los suyos y parecía que no traían noticias buenas. Me acomodo mejor la ropa, no podía dejar que nadie notara que habíamos hecho y suspiro—¿Qué paso ahora?—pregunto acomodándome en un asiento diferente.—Debemos hablar todos ahora— comentó el padre de Alan.Salimos de esa oficina para reunirnos todos en la sala mas grande, la secretaria de Alan pudo acomodar rápido todo y hacer que sea mas intimo. De repente estábamos juntos com
Tener que contar algo tan delicado en mi vida y más a una persona que tal vez duraría unos pocos meses en mi intimidad. Alan estaba haciéndome sentir algo tan real que a veces lo veía como un matrimonio que pasamos todas las etapas juntos hasta las más difíciles.Elevó mis hombros —No nos llevamos, lo normal de una relación asi—le comenté rápido.Frunce su ceño—No creo que sea normal cuando le gritaste eso en la empresa y tu madre los detuvo—insiste queriendo averiguar lo que realmente pasaba entre los dos..Mi padre había sido un verdadero monstruo conmigo, nunca tuvo la delicadeza de poder tratarme como su hija y mi infancia fue tan complicada que apenas tenía amigos. Los días que pasaba en esa casa, habían tiempos en los cuales apenas podía salir de mi habitación y escuchar los gritos de mis padres. A veces
Retrocedí haciendo varios pasos hacia atrás—Esto no está bien—niego de nuevo.Vuelve hacía mí, Alan parecía estar decidido a qué todo funcione y más conmigo. Estaba siendo la mujer más afortunada del mundo al tener un hombre así y que pudiera ser la persona quien me apoye en todo este mal momento.—Oye—me pide para que lo miré—Solo necesito que me digas puedo avanzar en nuestra relación porque ahora me siento un imbécil—sostiene abriendo sus brazos.Suspiró—Si, es que no sé amar—susurró.Toca mis mejillas, sonríe—Yo tampoco pero podemos descubrir juntos que es amarnos, ¿te parece?—me pregunta mirándome.Muevo lentamente la cabeza—Si, vayamos despacio—le pido.Sus brazos me rodearon por la cintura, puse mi rostr
Salgo de esa oficina con mis nervios de punta, escuchó que la puerta detrás mío se cierra y giro viéndolo parado sonriendo como si nada—¿Qué tienes para decirme?—preguntó.Observó para todos lados sintiéndome perseguida y lo primero que me sale en ese ataque de pánico que tenía fue algo que nunca imaginé—Creo que estoy embarazada—digo tapándome mi boca. Sabía que esa reacción la hacía por los malditos celos y lo veo acercándose rápidamente.Me termina de abrazar—Es la mejor noticia que he recibido en toda la mañana, ¿cuándo te hiciste el test?—me preguntó buscando una respuesta clara.Mis manos van hacía mi panza y miré hacia el suelo—Hoy pero puede ser un falso positivo—susurró para que no se cause tal emoción.—Esta
—No, no. ¿De qué hablas?—preguntó desesperado como viendo algo en mi y su mirada reflejaba otra cosa.Me río en su cara porque jamás creí que alguien pudiera actuar tan bien que parecía real, tuve unos momentos de debilidad frente a él y ahora me daba cuenta de todo. Lo señaló—Que Mariana es tu amante y aprovechaste todo lo que le sucedía a mi familia para tener vía libre en tu herencia, ¿no es así?— pregunté mirándolo.Se agarra su cabeza, golpea fuerte el escritorio que tenía a su alcance y retrocedí pero eso no le bastó. Alan me perseguía con su mirada—No fue así, Mariana tiene que cerrar ese negoció con la empresa y estás viendo fantasmas dónde no los hay. ¿Por qué le diría que estamos esperando un hijo juntos?, ¡tú y yo, est
Lo puedo observar negar con su cabeza y tomar distancia de mi, su rostro de confundido fue como decirme todo porque a pesar que él me vendía el verso «está todo bajo control» , sabía que no lo estaba y eso me daba más bronca.—No lo harás, Harper. Ya veremos cómo lo solucionamos, somos una familia—sostiene.Largó una carcajada, caminó hacia la puerta para salir de esa oficina—No seremos una familia hasta que tengas el coraje de enfrentar a todos los que nos imponen cosas y a esa mujer, Alan Frank—le digo enojada.Después de esa pequeña discusión y un poco una confesión de lo que me había pasado en mi intimidad, pude sentir un poco de alivio y no presión. Salí de esa oficina con mi dignidad bien en alto y busque la paz en la casa de él, fue un refugio que lo necesite.Nos manteníamos bien en cu&aacu