—¿Estas hablando de verdad?—pregunto. 

Necesitaba tener comienzos nuevos en mi vida, poder elegir que hacer y con quien. Alan me había mostrado un mundo donde aquello que tanto amaba parecía que se me negaba todo el tiempo y no podía temer demasiado de mi. Me encontraba consciente en lo que habíamos hecho en su casa, el destino quería que intente tener un poco de felicidad por mi cuenta y tal vez sea de esa forma que consiga un poco de amor. Lo pude observar como su mirada brillaba, su sonrisa se presentaba en su boca y sus manos recorrían mis mejillas. Desde que lo conocí, nunca pensé que llegaría a contemplar esa mirada. 

Muevo mi cabeza—Si, no sabia si decírtelo pero no es seguro que...—me interrumpe poniendo su mano en mi boca. 

—Ojala que si, Harper. Ya es tiempo que podamos ser padres—susurra sobre mis labios.&nb