—¡El escándalo ha estallado! Las declaraciones del multimillonario Dante Morgan, han puesto a su familia en el ojo del huracán. Las acusaciones contra Everard Lloyd, han trascendido como verdaderas, mientras que Dante Morgan ha declaro que…—Hildegard apago el televisor del cuarto del hotel en donde aun se estaba hospedando. Esa mañana, de nueva cuenta había recibido el llamado de Ferdinand, ofreciendo de nuevo una cantidad fuerte de dinero para hacerla salir de escena, en donde tambien se le pedía que abandonara de inmediato el país. Sus dedos chocaban sobre la mesita con ansiedad, pues ella, a pesar de lo que cualquiera pudiese suponer, no era una mujer tonta. Levantándose de la mesa, miro con cautela desde su ventana, y nuevamente vio a aquellos hombres de apariencia extranjera, que parecían curiosamente vigilar la ventana de su habitación. No se había atrevido a asomarse, pues, de hecho, las declaraciones que había dado Dante la habían puesto sobre alerta; había acusado a Everard
Ezra miraba a Emma dormir entrecortadamente. Había tenido que prepararle un té para calmarle los nervios, y hacerle compañía hasta que se quedara dormida. Por supuesto, el tambien estaba al tanto de lo que había ocurrido con Hildegard Scott y era tan atroz que ahora ya no le quedaba ni una sola duda de que había sido Ciacco desde el comienzo el asesino de los padres de Dante. Suspirando cansadamente, no quiso imaginar el como se estaba sintiendo su primo, pues, aunque el no tuvo nada que ver, y aunque quizás no imaginó hasta donde era capaz de escalar la violencia de Ciacco, estaba seguro de que se sentía culpable.En un bar de la ciudad, Ciacco celebraba por la muerte de Hildegard Scott y la del bastardo que estaba creciendo en su vientre, había mandado asesinar a una mujer embarazada. Había valido la pena empeñar todas sus propiedades, pues de después de tal muestra de poder y violencia, estaba seguro de los hombres de Gómez, con facilidad se harían cargo de su sobrino en silla de r
La ciudad completa aun se hallaba perpleja ante la crudeza de los últimos acontecimientos que ocurrieron. Ya en prácticamente todo noticiero de televisión o impreso, se había dado a conocer la supuesta muerte de Hildegard Scott, la mujer que había estado diciendo que esperaba un hijo de Dante Morgan, el famoso empresario y benefactor de la ciudad. Nunca antes se había visto tal muestra de brutalidad y violencia en aquel lugar considerado por muchos como pacifico. Dante aun se lamentaba lo ocurrido con Hilda, pero la sola idea de que hubiese sido Emma la que estuviese en su lugar, lo aterraba aún más. Levantándose por su propio pie camino hacia los archivos de su abuelo para seguir buscando alguna conexión mas que su tío pudiese estar utilizando en su contra. Ahora mas que nunca le había quedado claro lo peligroso que Ciacco era, pues no había tenido piedad y con todo uso de violencia, los hombres que contrato cegaron la vida de los suyos y la de Hildegard. No había llamado a Emma au
Emma daba muchas vueltas en el mismo lugar, a pesar de estar en la bellísima Santorini, deseaba estar junto a Dante en ese momento. No había tenido noticias de el durante varios días, aunque sabía que aun no ocurría nada malo, pues las noticias no habían pronunciado el nombre de Dante mas que para seguir hablando de las cosas que había dicho en el funeral del señor Alighiero. Estaba ansiosa, mucho mas que antes, sus hormonas la estaban constantemente traicionando, y pasaba rápidamente del llanto al enojo, y del enojo a la desesperación; los pobres de Ezra y Ezio habían estado sufriendo las consecuencias de ello, pues ambos hacían todo lo posible por tranquilizarla en casi todo momento.—Señora Emma, le traje la comida, no es necesario que salga de la habitación si no lo desea, nuestros anfitriones han sido muy amables — decía Ezio quien entraba con una bandeja que contenía pescado, alguna pasta, pan y un jugo de arándano que le supo a gloria.—¿Has sabido algo de Dante? — cuestiono.E
El manto de la noche cubría la ciudad que se hallaba completamente ajena a todo lo que estaba pasando en la mansión Morgan que se encontraba a las afueras. Los amplios campos y bastos valles, se hallaban ennegrecidos por la oscuridad que ya reinaba en aquellos lares. El silencio reinante de la fría madrugada, se había visto perturbado por el sonido de cristales rompiéndose, aunque nadie más que los perpetradores, había escuchado aquel estruendo. De vuelta al sigilo, el líder de ellos hacia una señal a los demás para hacerlos avanzar dentro de la penumbra de la mansión. Esa noche cometerían el asesinato de Dante Morgan, el heredero por el cual su tío, Ciacco, había pagado un alto precio a cambio de su cabeza.—Ahora, avancen — ordenaba Gómez, el peligroso líder criminal que Ciacco había contratado en Costa Rica.Algo andaba mal. A pesar de haber causado un escandalo cuando accidentalmente y mientras se colaban dentro, rompieron una ventana, ningún sirviente había aparecido para ver la
El nerviosismo de aquellos hombres era inminente. Habían sido capturados por la “policía” en un país extranjero. La incertidumbre los envolvía, y el no saber lo que iba a pasar a continuación los estaba consumiendo. Todos estaban nerviosos, preguntándose internamente mil cosas que por ese momento no tenían respuesta. Gómez, sin embargo, no parecía estar perturbado. No era ningún estúpido, esos hombres que los habían capturado, no eran policías estadounidenses, y podía apostar su vida sin temor a perderla, de que quien estaba detrás de todo eso, era el hombre en silla de ruedas al que Ciacco había mandado a matar. Era hasta cierto punto irónico y demasiado gracioso que aquel jovencito que sobrevivió al accidente que Ciacco planeo y por el cual le pago previamente hacia años, lo tuviese justo en ese momento acorralado.La puerta de aquel lugar en donde los mantenían cautivos se había abierto, revelando ante el a un hombre que entraba en silla de ruedas, siendo asistido por otro de gran
Había escuchado cada palabra dicha por el sicario al que acababa de dejar irse con el dinero que le había prometido. Se sentía asqueado, Ciacco Morgan era un hombre despreciable, y el saber hasta el último detalle de cómo fue planeada la muerte de sus padres y de el mismo en dos ocasiones diferentes, lo había enfermado.“El llego un día a mi territorio con un maletín cargado de dólares y hombres escudándolo. Me pidió que acabara con un hombre al que odiaba y le estaba estorbando, así como con su mujer y su hijo. Acepté el trabajo sin rodeos, uno aprende a no tener corazón para ganarse la plata, aunque en ese momento no sabia que el hombre al que Ciacco quería muerto era su hermano, eso lo supe hasta después de que tus madres murieron, igual eso no tenia importancia, pero en mi negocio sabes que un hombre que es capaz de acabar con su propia sangre, no puede ser bueno, en ese accidente fabricado no solo dañe los frenos, tambien dañe el tanque de gasolina, iban a morir de una manera u o
El aroma salido del mar se dejaba sentir en esa brisa matutina que se colaba por su ventanal. Había hablado con Dante esa mañana, y este le había asegurado que esa misma tarde abordaría un vuelo para reunirse con ella. Estaba emocionada pues después de tanto tiempo finalmente iban a poder reunirse. Zeus se hallaba fuera, y Ezra estaba verificando que el terreno estuviera bien resguardado, pues con Ciacco Morgan en paradero desconocido, no tenían seguridad alguna de nada. El hombre había sido acusado formalmente como autor intelectual de los asesinatos de Virgilio Morgan y su esposa, así como homicidio en grado de tentativa contra Dante. Su esposo, por supuesto, había exigido a Ezra que la mantuviese a salvo en todo momento, pues temía lo que su cruel tío fuese capaz de hacer.Se le había prohibido dar paseos por la playa sin la compañía de su guardaespaldas, sin embargo, entendía la natural preocupación de su esposo. Todo parecía estar envuelto en un pasajero caos que esperaba se term