Capítulo 39— Una diosa en su lecho de guerra.NarradorNebra apenas tuvo tiempo de jadear cuando Seth la empujó contra el colchón, inmovilizándola bajo su cuerpo. Su mirada ardía con una mezcla de lascivia y hambre, sus labios aún entreabiertos por la respiración agitada.—Ahora me toca a mí —susurró con voz ronca, acariciándole los muslos con una lentitud desesperante.Ella intentó moverse, pero él deslizó sus manos por su cintura, atrapándola completamente, haciéndola sentir vulnerable, expuesta, a su total merced.—Seth…Él no dijo nada. Solo bajó por su cuerpo con una calma aterradora, besándola por el vientre, deslizando la lengua sobre su piel con una suavidad tan exasperante que la hizo contener el aliento.Sus labios se movieron aún más abajo, dejando un camino ardiente sobre su piel. Nebra sintió cómo un escalofrío se apoderaba de su cuerpo cuando sus dientes rozaron el borde de su ropa, tirando de ella apenas antes de deslizarla lentamente por sus piernas.El aire frío golpe
Capítulo 40— Días interminablesNarrador:Simón repasaba una y otra vez los documentos frente a él, sintiendo que cada número, cada cifra, cada informe le pesaba más que una tonelada de cemento sobre los hombros. La auditoría estaba en marcha, y él tenía que demostrar que era capaz de asumir esa responsabilidad. Que no era solo el hermano menor problemático que todos creían.Se frotó el rostro con ambas manos, exhalando con frustración. Llevaba horas encerrado en su oficina, revisando documentos hasta que las letras comenzaban a mezclarse entre sí. Sus dedos juguetearon con el nudo de su corbata, tirando de él hasta aflojarlo un poco. Nunca le habían gustado estas formalidades, pero ahora tenía que adaptarse.Respiró hondo, tomó un bolígrafo y volvió a revisar las cifras de la auditoría.Al poco tiempo, Seth entró con paso firme, con su usual porte imponente.—¿Sigues aquí? —Lo observó unos segundos —¿Sabes que pareces un oficinista deprimido, verdad?Simón resopló, sin levantar la vi
Capítulo 41—Has enloquecidoNarradorNebra caminaba con prisa por la acera con la intención de llegar a la empresa sin desvíos ni contratiempos. Había salido un poco más tarde de casa y no quería darle a Seth ningún motivo para sospechar que algo la perturbaba. Porque la realidad era que sí estaba perturbada. Desde la cena en casa de los Arias, Federico había estado rondando su mente como un espectro del pasado que se negaba a desaparecer.Y al parecer, no era solo su mente el lugar que él acechaba.Al doblar una esquina, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Una presencia detrás de ella, demasiado cerca. Se detuvo en seco y giró con rapidez, encontrándose con él.Federico estaba ahí, sonriendo con esa expresión de suficiencia que la había enamorado en el paso, pero que ahora tanto odiaba. Tan seguro de sí mismo, tan convencido de que el mundo se inclinaba a sus pies, que lo detestaba.—Sigues igual de hermosa, Nebra —dijo con voz pausada, observándola de arriba abajo con la des
Capítulo 42— Hasta mañanaNarrador Tras un largo día de trabajo, Nebra se dirigía a casa, se sentía agotada por lo que su cuerpo pedía una ducha con urgencia. Ingresando al edificio, desvió su vista a un lado y allí la vio, sentada en uno de los sofás del lobby, su primer instinto fue fruncir el ceño. ¿Qué hacía Dalia allí, porque no la había llamado para avisarle que iría? Se acercó de inmediato.—¿Dalia?Su hermana levantó la vista, y su expresión la alarmó. No era tristeza, era vacío, como si todo el peso del mundo le estuviera cayendo encima.—No quiero estar sola esta noche —dijo Dalia en voz baja.Nebra no preguntó nada. No allí, no en ese momento.—Vamos arriba.Dalia asintió, poniéndose de pie. Su caminar era pesado, sin energía, y Nebra sintió cómo una punzada de inquietud le recorría la espalda.El ascensor subió en completo silencio. Cuando entraron al apartamento, Dalia se dejó caer en el sofá sin siquiera quitarse el abrigo. Nebra cruzó los brazos y se quedó de pie, obse
Capítulo 43— SecretosNarradorLlegando a casa un poco agitado tras la conversación con Simón y Nebra, Federico sentía cómo las palpitaciones de su corazón golpeaban su esternón. La negativa de este par solo le complicaba todo, colocándolo en desventaja frente a su hijo. No tenía mayor información de Seth, que planeaba hacer, y que tanto sabía de la malversación de fondos.Caminando por la amplia estancia de la mansión Arias Green, Federico se detuvo por un instante para observar a Lilian desde lejos, quien se encontraba en el pequeño minibar sirviéndose un trago, y sonriendo de lado procedió a negar. Era increíble como una mujer como ella terminase en ese estado, porque sí, a pesar de su edad, y la vida de excesos que llevaba, Lilian seguía siendo una mujer hermosa, deslumbrante. Por desgracia, la amargura de ser atada a un hombre que no amaba, sumado a la decepción del abandono de un antiguo amor, la llevó a ese estado.Retomando su marcha, este pretendió dirigirse a su estudio en c
Capitulo 44— Me lo arrebataron NarradorHabia sido un dia largo, pesado, agotador tanto como para Seth, como para Nebra por lo que tras llegar a casa, y ocuparse de sus labores ambos se fueron a descansar. Por supuesto en habitaciones separadas, la vez anterior compartieron dormitorios por la presencia de sus hermanos, pero ahora que no habia motivos para hacerlo, cada uno regresó a su refugio.Seth por desgracia esa noche, por mas que su cuerpo le pedía una siesta tenía que trabajar hasta tarde. A medida que la licitación iba avanzando mas incógnitas surgían por lo que tenía que investigar mas de lo debido para asegurarse de recabar las pruebas necesarias para llevar al responsable ante la ley.Colocándose de pie cuando sintio la garganta seca, y sus ojos llorosos debido al tiempo frente a la computadora, caminó a la cocina para tomar un poco de agua, y sirviendo en liquido vital una vez tomó un vaso, escuchó un par de gritos de Nebra provenientes de su habitaciónDejando el liquido
Capítulo 45 — A la tumbaNarradorEl día apenas iniciaba y el sol se encontraba en su punto maximo. Todos en la empresa caminaban de un lado a otro, ya que la auditoría se estaba llevando a cabo, por lo que más de uno se encontraba atento a lo que sucedería.Recargando la espalda en la silla, Seth se pasó la mano por el rostro un par de veces al recibir noticias poco alentadoras por parte de Martin, y exhalando una bocanada de aire, preguntó tratando de buscar una solución.— ¿Y si buscamos inversores? Eso nos podría ayudar. Además de intentar incursionar en la energía eólica.Asintiendo y sabiendo que estaba en lo correcto, su asistente comentó un par de salidas más, pero sabiendo que ninguna sería tan eficaz como la mencionada anteriormente, se propusieron trabajar en estos nuevos proyectos.La mañana avanzaba y con ella Seth no paraba de moverse de un lado a otro. Como director ejecutivo, su obligación era velar porque todo se hiciera como debía ser, sin mencionar que su presencia
Capítulo 46— Pensé en ellos.Narrador¿Qué podría hacer Nebra para ayudarla? ¿Sacarla de allí arrastras?Liberando un poco de aire, Nebra negó mientras empezaba a caminar por la habitación. Su cabeza no paraba de dar vueltas buscando una posible solución, la cual no encontró, porque la primera que debía estar dispuesta a salir de allí, para ser libre, era la misma Lilian—¿Al menos has intentado escapar? ¿Divorciarte de él? ¿Lilian, has pensado en tus hijos? Porque me imagino que este comportamiento no tiene dos días, sino años.Soltando un bufido seguido de una risa amarga, Lilian negó al ver que su nuera la creía tan estúpida como para no intentar de todo para liberarse del yugo de su esposo, y su padre Flavio, y bajando su rostro, confesó.— Un montón de veces, y el resultado fue el mismo... Nebra ¿acaso crees que me gusta vivir de esta forma? ¿Que soy tan pendeja como para rendirme sin luchar primero?Señalando su mejilla, Nebra tragó grueso al ver el poco tacto que tuvo por sus p