Capítulo 45 — A la tumbaNarradorEl día apenas iniciaba y el sol se encontraba en su punto maximo. Todos en la empresa caminaban de un lado a otro, ya que la auditoría se estaba llevando a cabo, por lo que más de uno se encontraba atento a lo que sucedería.Recargando la espalda en la silla, Seth se pasó la mano por el rostro un par de veces al recibir noticias poco alentadoras por parte de Martin, y exhalando una bocanada de aire, preguntó tratando de buscar una solución.— ¿Y si buscamos inversores? Eso nos podría ayudar. Además de intentar incursionar en la energía eólica.Asintiendo y sabiendo que estaba en lo correcto, su asistente comentó un par de salidas más, pero sabiendo que ninguna sería tan eficaz como la mencionada anteriormente, se propusieron trabajar en estos nuevos proyectos.La mañana avanzaba y con ella Seth no paraba de moverse de un lado a otro. Como director ejecutivo, su obligación era velar porque todo se hiciera como debía ser, sin mencionar que su presencia
Capítulo 46— Pensé en ellos.Narrador¿Qué podría hacer Nebra para ayudarla? ¿Sacarla de allí arrastras?Liberando un poco de aire, Nebra negó mientras empezaba a caminar por la habitación. Su cabeza no paraba de dar vueltas buscando una posible solución, la cual no encontró, porque la primera que debía estar dispuesta a salir de allí, para ser libre, era la misma Lilian—¿Al menos has intentado escapar? ¿Divorciarte de él? ¿Lilian, has pensado en tus hijos? Porque me imagino que este comportamiento no tiene dos días, sino años.Soltando un bufido seguido de una risa amarga, Lilian negó al ver que su nuera la creía tan estúpida como para no intentar de todo para liberarse del yugo de su esposo, y su padre Flavio, y bajando su rostro, confesó.— Un montón de veces, y el resultado fue el mismo... Nebra ¿acaso crees que me gusta vivir de esta forma? ¿Que soy tan pendeja como para rendirme sin luchar primero?Señalando su mejilla, Nebra tragó grueso al ver el poco tacto que tuvo por sus p
Capítulo 47— ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar?Narrador El evento de la industria energética reunía a los principales líderes del sector, desde empresarios de renombre hasta inversionistas con capital suficiente para transformar por completo el mercado. Seth y Simón llegaron juntos, ambos con trajes impecables, proyectando la imagen de una compañía sólida y en crecimiento.Simón estaba más entusiasmado que su hermano. Desde hacía semanas, había estado trabajando en nuevas propuestas y, sobre todo, en encontrar financiamiento para la incursión en la energía eólica, un paso clave para la expansión de la empresa. Había conocido a un inversionista poderoso, un hombre con suficiente influencia para asegurarles contratos en países donde aún no tenían presencia.Cuando llegaron al salón principal, Simón se giró hacia Seth con una leve sonrisa de satisfacción.—Te tengo una sorpresa —dijo, con un aire de emoción contenida.Seth arqueó una ceja, observando a su hermano con curiosidad.—
Capítulo 48— El responsableNarrador Simón se bajó del coche con un nudo de rabia en la garganta. Su madre no contestaba el teléfono desde hacía días, y aunque Lilian era una experta en ocultar problemas detrás de una copa de vino y una sonrisa educada, él no era un idiota. Sabía que algo estaba mal, y su instinto nunca fallaba.Subiendo los escalones de la mansión con pasos pesados, empujó la puerta sin siquiera anunciarse, e ingresando a la amplia estancia, inició la búsqueda. No le importaba en lo absoluto lo que dijeran, desde hacía años no era bien recibido en esa casa, por lo que no se esforzo en disimular su desespero. Caminando por los pasillos recorrió el lugar con su mirada hasta llegar a la sala principal, en donde la encontró sentada en uno de sus lujosos sillones, con la luz tenue iluminando su perfil. Cuando Lilian giró el rostro hacia él, sintió que el aire le abandonaba los pulmones.Un enorme moretón cubría su pómulo izquierdo, extendiéndose hasta la línea de la man
Capítulo 49— El pasado atrásNarradorObservando el techo de su habitación mientras los pensamientos sobre una posible salida a sus problemas no dejaban de revolotear en su cabeza, Dalia sintió una ligera opresión sobre su pecho. Lo que había visto aquel día en el departamento de Simón no salía de su mente, no paraba de atormentarla robándole la paz. Aunque Nebra tenía razón, lo sucedido no dejaba de doler. Tomando una almohada a su lado, la colocó sobre su rostro, y ahogando un par de lágrimas que querían salir, trató de mantenerse serena cuando en realidad deseaba llorar hasta quedarse seca.Era muy joven para saber lo que era enamorarse de verdad, pero ella se había ilusionado con Simón, pensó que tal vez, solo tal vez, podría tener una relación real con un hombre que se preocupara por ella, y siendo golpeada por la realidad, supo que esto era imposible.—Dalia... Pareces una niña estúpida, enamorada sola.Resoplando un poco cuando sus ojos derramaron un par de lágrimas, tomó asien
Capítulo 50— Somos la excepciónNarradorLlegando a casa tras un largo, y agotador día de trabajo, Seth dejó caer las llaves sobre la mesa de la entrada, antes de empezar a despojarse del saco de su traje. Afortunadamente, la extenuante licitación había llegado a su fin, por lo que los días venideros no serían tan complicados como los anteriores, solamente restaba esperar los resultados de la misma, y una vez se conozca a fondo la situación real de la empresa, solo restaba crear una estrategia de trabajo para salvarla.Caminando por la estancia del lugar, Seth se dirigió a la cocina en donde solía estar Nebra siempre que llegaba, y encontrándola de pie en un especie de trance mientras sostenía el teléfono en su mano, él se acercó para ver qué le sucedía—¿Está todo bien?Regresando a la realidad cuando la voz de su esposo resonó por el lugar, Nebra parpadeó un par de veces tras soltar un leve gemido al ser tomada por sorpresa, y centrando la mirada en él, respondió.—No escuché cuando
Capitulo 51— Reencuentro Familiar INarradorAl caer la noche como había acordado con Dalia, Nebra empezó a prepararse para la tan esperada cena. Con manos temblorosas, y una sensación de vacío instalada en su estomago que no sabia como explicar, se acerco al espejo, y se observo en este en completo silencio.El vestido rosa tipo coctel ceñido al cuerpo le asentaba muy bien, pero en realidad no era esto lo que la mortificaba, que la hacia sentirse que pendía de un hilo, era Elena, los años sin verla, las palabras no dichas lo que la tenia de ese modo. Exhalando una enorme cantidad de aire, se mantuvo en el mismo punto por un instante, y escuchando como la puerta de su habitación se abría, desvió la mirada a esta, encontrando a Seth en el umbral.— ¿Estas lista?Apretando los labios mientras contenía el aire, Nebra negó al no estarlo aun, y tomándose el atrevimiento de seguir sin siquiera preguntar, murmuro— Todo estará bien... Solo debes pensar en Dalia, en que harás esto por ella.A
Capítulo 52— Reencuentro familiar IINarrador—Entonces... —comenzó Elena mientras le ofrecía una copa de vino— dígame, señor Arias, ¿qué se siente ser el esposo de una mujer tan... particular como Nebra?Seth aceptó la copa con una leve inclinación de cabeza y esbozó una sonrisa tranquila, de esas que ocultan más de lo que muestran.—Es un honor, señora Elena. No cualquier hombre tiene la suerte de compartir su vida con una mujer tan fuerte, inteligente y leal como ella.Elena entrecerró los ojos, como midiendo cada palabra que él soltaba, buscando la grieta por donde colarse.—Vaya... Qué halagador. No esperaba menos de alguien como usted, pero... no me negará que Nebra tiene su carácter. Siempre fue un poco... rebelde. Una pena que no haya aprendido a mantenerse en su lugar.Seth mantuvo la sonrisa, aunque su mirada se endureció apenas un poco, apenas lo justo.—Permítame decirle que, para mí, esa rebeldía es una virtud. Creo que es precisamente eso lo que la hace tan extraordinari