Mientras tanto, en el hospital de su propiedad, Danilo se encontraba conversando con su investigador, quien mantenía una expresión concentrada y seria.—He enviado las huellas al laboratorio, señor y si mis sospechas son ciertas, esta información nos ayudará a confirmar al culpable. Mientras tanto, le sugiero que hable con el personal y observe su comportamiento porque cada acción contará para encontrar al criminal —indicó el investigador mientras guardaba sus apuntes en su maletín—. Lo llamaré una vez tenga los resultados.Danilo asintió y observó como el hombre de mediana edad de gabardina desaparecía por el pasillo, pero pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la enfermera.—Señor Danilo… el médico necesita hablar con usted urgente.Danilo tragó saliva, pero mantuvo su gesto firme ante aquello y se dirigió al despacho del médico en jefe. Por su mirada y rápidos movimientos de sus manos para mantener la calma, sabía que no se trataban de buenas noticias.Se adentr
La tensión estaba presente en cada resquicio de la sala principal de la mansión. Los murmullos de los empleados se mezclaban y la incertidumbre no dejaba cabida para el silencio.La noticia de lo que había ocurrido en el hospital, sumado a la detención repentina de Lourdes se había filtrado rápidamente, nadie sabía como exactamente reaccionar ante eso.Danilo, con la tensión en todo el cuerpo y sus ojos enrojecidos de frustración, salió con Lara pegada a él como siempre. Mary, Angela y Callum, quien conducía la limusina rumbo al hospital, estaban presentes, pero en silencio; realmente nadie quería hablar de lo ocurrido.Lara observaba a Danilo y le hacía mimos en el cabello, intentando apaciguar lo que él estuviera sintiendo, pero la mirada color miel de él se mantenía fija en la nada y su rostro estaba tenso e inexpresivo.Al llegar al hospital, el doctor y demás equipo de enfermería recibieron al amo con rostros apesadumbrados para darle detalles de como fue en vano todo lo que hicie
La mansión estaba mucho más silenciosa que de costumbre, como si las paredes absorbieran aquella melancolía que consumía a Danilo Hernández.Mary miraba desde una ventana de la sala de estar esos jardines oscuros, cavilando sobre todo lo que había descubierto. Los números no mentían, era lo que ella pensaba; el dinero había estado siendo desviado desde quién sabía cuanto tiempo atrás, antes de que Danilo aceptara aquella herencia, y los rastros llevaban a transacciones extrañas.«¿Cómo decirle esto ahora? ¿Cómo, sin romperle aun más el alma cuando Dani ya está hecho pedazos?».Abajo en el jardín, Callum se asomó justo a la vista de Mary y la llamó con una sonrisa de oreja a oreja. Había preparado una pequeña sorpresa para ella; una manta extendida en el césped, bajo ese cielo despejado y estrellado, rodeados de algunas velas.Mary no esperó más y salió hacia donde él estaba.Al verla acercarse, Callum le hizo una especie de reverencia para contemplar su pequeña y esbelta figura marcad
Danilo se levantó esa mañana sintiendo aquel peso invisible de sus consecuencias aplastándolo. Los recuerdos de Jenny y de su hija no nacide, de todos los errores que había estado acumulando lo mantenían lleno de tormento dondequiera que fuera.No obstante, algo revolviéndose en su interior le gritaba que era el momento de cerrar el círculo vicioso de dolor y de arrepentimientos con respecto a ese tema. Se levantó mucho antes que Lara y se metió a la ducha para intentar lavar su pesadez y se vistió con uno de sus trajes elegantes, su mirada se fijó en el espejo.«Voy a terminar con esto hoy», se dijo mientras se ajustaba su reloj de pulsera y asintió con determinación, pero Lara se asomó sonriente a su lado y le dio un beso en la mejilla y él sonrió enternecido, ya después le diría a dónde iría, ella estaba más que bien por el momento.Antes de salir de la mansión se topó con un distraído Callum mirando su celular, pero no le importaba lo que le pasara a no ser que fuera algo que afec
Con intriga, Danilo leía y releía la línea final, sin creerse lo que tenía entre sus manos, porque era genuina la letra de su antes amiga.«¿Pero por qué en el almacén del puerto? Está lejos… ¿Qué pudo haber descubierto? No lo sé, Mary es alguien que dice las cosas de frente y no recurre a notas secretas, pero… quizá este tiempo ha cambiado y ya no la conozco del todo», pensó con melancolía al recordar su último momento juntos y a solas.A pesar de sus dudas carcomiéndolo, el temor de que algo grave le estuviera pasando lo invadió y lo impulsó para decidirse de una vez por todas.Sin perder más tiempo, Danilo recompuso su saco y caminó hacia la puerta y se dirigió hacia la oficina que compartían Mary y Angela… estaba vacía.«¿Habrá ido por café? Aun es temprano, quizá viene en el micro bus», se planteó y le marcó a Avery, pero tampoco le respondió.No tenía tiempo para detenerse, sabía que si desatendía la presidencia unos minutos no pasaría nada.Cuando llegó al vestíbulo de la empre
—Ustedes… Todo este tiempo fingieron demencia y estuvieron con ellos —musitó el tembloroso Danilo—. Pensé que esto era importante para ustedes… ¿Acaso se olvidaron de todo lo que pasamos juntos? De las comidas, de las charlas y las bromas… del cariño que les tenía.Las palabras de Danilo salieron como un disparo, pero ninguno se inmutó. La única que se veía titubeante era Lourdes, que miró hacia otro lado, evitando la fulminante mirada de él.—Ay, no te pongas sentimental, Camilo o… como te llames —prosiguió Duncan—. El negocio es el negocio y tú solo eras una fachada para nuestro cometido.—Pero como descubriste todo, ahora ya no nos sirves para nada… —secundó Avery—, es lo que ha pasado con todos los jefes de esta empresa que ha cambiado de nombre como tú ahora te cambias tus lujosos trajes.Luego de aquel conmovedor discurso y con una señal sutil, los secuaces de los mafiosos avanzaron hacia Danilo para amordazarlo con fuerza y sentarlo junto a Mary, ambos solo se miraron, con el d
El silencio sepulcral se apoderaba del ambiente de la bodega. Los sirvientes guardaespaldas no perdieron el tiempo y con heridas y todo, trabajaron arduamente con la precisión que los caracterizaba para ocultar los cuerpos sin vida de los secuaces de Duncan y Avery, para protegerse a ellos, pero más a Danilo y Mary.Mientras ellos trabajaban con determinación y bastante profesionalismo, como si ya estuviesen acostumbrados a lidiar con aquella situación, Danilo y Mary permanecían sentados muy juntos, sufriendo las secuelas de la guerra sangrienta que se había llevado a cabo allí.Danilo abrazaba a Mary, la apretaba con desesperación mientras su rostro se hundía contra los pechos de ella, porque sus emociones lo estaban consumiendo y casi no podía soportar el ardor en su alma. Mary, paciente le acariciaba su sedoso cabello con ternura, pese a la crisis que la estaba matando de igual manera.—Lo siento… —se lamentaba entre el pecho de ella—. Todo esto es mi culpa, nunca debí…—Shh… basta
La vida parecía tener el mismo color grisáceo día tras día, y en la noche no había diferencia, salvo los sueños en los que ella se hacía realidad por una fracción de momento. Lara, su vecina, abarcaba todo el espacio de su mente y ella ni por enterada se daba; parecía no notar los intensos sentimientos que albergaba su corazón.Este mundo apestaba cada momento para Danilo, quien ya ni siquiera tenía las fuerzas de dirigirse juicioso hacia su lugar laboral. Se quedaba bajo las sábanas a deshoras del mediodía o quizá un poco más. Prefería roncar que enfrentarse a la lucha diaria; hasta bañarse era un calvario para él.Aunque su madre le dijera en repetidas ocasiones, que era un vago sin remedio, que no tendría un futuro prometedor, que Dios veía sus omisiones para con la vida correcta, y que eso lo llevaría derechito al infierno; aquello no era lo suficientemente convincente para levantar el trasero del sofá hacia sus responsabilidades.Ya ni siquiera el celular tenía chiste para él. La