Un año había pasado desde los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en el gimnasio familiar de los Relish.
- Altair! ¡Date prisa, llegaremos tarde a la boda! - regañaba la hermosa cobriza a su amado esposo.
Andrómeda y Altair lograron sobrevivir gracias al sacrificio de Draco Gastrell, su hermosa y emotiva boda, había tenido lugar un par de meses después de tan cruel acontecimiento.
Aquel había sido en evento modesto, todos sus muy queridos amigos habían estado presentes, no había prensa, no había desconocidos, no había lujo excesivo, Andrómeda no había querido que se derrochara dinero de manera absurda ni que rostros desconocidos de falsa amabilidad estuviesen entre ellos, su vestido había sido aquel mismo que se había escogido para la boda que tendría con Draco, ella lo había deseado así, era su manera de honrar el in
A veces, las princesas se convierten en príncipes, debido a muchas razones que no todos pueden comprender, a veces, hay situaciones en la vida que son tan duras y tan terribles, que puedes llegar a pensar que estarás perdido para siempre, como si estuvieras enterrado bajo tierra sin poder respirar y sin que nadie allá afuera pueda escuchar tus gritos…a veces, prefieres vivir tu vida sin amar, cerrado dentro de ti mismo para que nadie pueda herirte de nuevo…a veces, la persona menos indicada es la que termina dando el vuelco más inesperado de tu vida, llevándote a conocer al amor cuando menos esperas…y con quien menos esperas.Andrómeda Miracle, es una hermosa joven de 19 años, dueña de un hermoso rostro de dulces y pequeños labios rosados, nariz perfecta y unos hermosos y expresivos ojos verdes enmarcados por unas altivas cejas que le daban un aire de superioridad y suficiencia, su cuerpo, de
Una muy irritada Andrómeda recorría con prisa el largo pasillo que la conducía a su aula, minutos atrás, había chocado con ese patán ególatra que se había atrevido a insultarla y lastimarla sin ningún miramiento, recuerdos dolorosos de un sujeto parecido a él, la golpeaban con fiereza, aquel pasado que, si pudiera, cambiaria por completo, olvidando aquel terrible evento que le dejo una dolorosa perdida…si pudiese cambiar algo, definitivamente seria eso, además, ese mismo sujeto que la marco de por vida, había roto el corazón de su adorada amiga Nereida en la preparatoria, aquella coincidencia, por supuesto, había sido inesperada, pensando de vuelta en el idiota que había chocado con ella, negó en silencio, odiaba a los tipos como esos, arrogantes, pretenciosos y con ese narcisismo tan patético, no le había dado su merecido, por qué no podí
Todo estaba perfectamente planeado, se decía a sí mismo Altair Sallow, que se encontraba recostado sobre una cómoda cama king size mientras cubría su desnudez con una fina y delgada sábana de seda color zafiro como sus ojos, la emoción que sentía por humillar a aquella cobriza de piel nívea lo había excitado de más y solo tuvo que marcar un número al azar de su larga lista de contactos para conseguir con quién desahogar aquella necesidad primaria, después de todo, no había mujer que se le pudiera resistir, claro, su divertida tarde terminaba como estaba acostumbrado, había tenido que soportar el cursi lloriqueo de quién fue su entretenimiento esas horas, al haber rechazado de la peor forma a la chica que momentos antes había confesado su amor por él, siempre era lo mismo, mujeres aburridas que juraban sobre su nombre amarle más que nadie
La escena era observada con atención por Altair Sallow, que, de solo ver al joven peliplata se sentía irritado, ya era bastante saber que asistía a una fiesta organizada por el pomposo hermano mayor del idiota que estaba conversando amenamente con la cobriza que había logrado levantar su virilidad por ser tan jodidamente hermosa, solo quería desquitarse ya de la estúpida y sensual mocosa que lo había humillado antes, soportar a un Gastrell era demasiado, soportar a los dos hermanitos era insoportable, la familia Sallow y los Gastrell nunca se habían llevado bien, sostenían una relación cordial por mero deber social, pero era bien sabido por la alta sociedad que eran rivales, había un viejo rumor por allí relacionado a cierta familia de la que nadie hablaba ya y que era considerada la más importante de las 5, pero cuyos miembros se mantenían en secreto desde hacía muchos añ
La tensión en el ambiente subía a niveles desbordantes, aquello ya no era una agradable fiesta de bienvenida, las miradas de los presentes en aquel lugar se clavaban en una pareja que yacía en medio del elegante salón, ambos se miraban fijamente sosteniendo la mirada al otro, los murmullos comenzaban a escucharse, la cobriza no comprendía la magnitud del rechazo que acababa de hacerle al piel canela en un lugar tan concurrido, y el joven de ojos zafiro simplemente no podía creer que aquella altiva mujer de verdad estuviese rechazándolo y con ello, humillándolo frente a medio campus universitario, él ya tenía una reputación labrada desde hacía tres malditos años y esa estúpida mocosa acababa de arrojarla al suelo junto con su dignidad y orgullo.Sin lograr contener la cólera que ya lo invadía, un furioso Altair tomo las frágiles muñecas de la joven n&ia
-Déjame aquí y vete, quiero estar solo- ordenó el piel canela a su mejor amigo y este obedeció, sentado a una distancia prudente, aún podía ver perfectamente la silueta de la joven que se acababa de ganar su rencor, y también algo más de lo que el ojos zafiro no se dio cuenta, un coche llegó hasta el sitio iluminando levemente el rostro de Altair logrando reconocer al hombre de blancos cabellos que lo manejaba, era el sujeto que había cargado en sus brazos a la infame Andrómeda Miracle el día que ellos dos se conocieron.-Vaya, parece que tú príncipe ha llegado para llevarte princesa, aunque no necesitas de su protección- se dijo Altair así mismo tocando su inflamada nariz.Observó bajar al peliblanco del vehículo y envolver entre sus brazos, a la joven que parecía ya estarlo esperando, hacia un rato que se encontraba sola en el lugar y n
El sonido de la regadera era todo cuanto se escuchaba en el apartamento del piel canela, el agua caía sobre su bien formado cuerpo y con sus ojos cerrados sonreía complacido, lo que momentos antes acababa de leer le había sorprendido, pero le daba las herramientas que le hacían falta para tener en sus manos a la orgullosa cobriza, que, no había notado, ocupaba su mente gran parte del día, el agua resbalando por su moreno cuerpo le reconfortaba, definitivamente se vengaría, pues nadie se burlaba de él, nadie.- Así que una madre muerta, un pequeño hermano, un trabajo de medio tiempo en la tienda del hombre que te protege, huérfana, padre desconocido, un incidente en la secundaria con un chico y ningún tutor legal para el pequeño, Miracle, será divertido tenerte entre mis manos - Altair se relamía los labios, sus pensamientos lo entretenían, iba a disfrutar de aquello
Andrómeda lo miro confundida, ella sabía bien que tenía que cumplir con ellos, pero no entendía porque no se los entregó el rector mismo, el rubios y la castaña se miraron entre sí, asegurándose con la mirada que Sallow seguro había movido sus influencias para hacer algo torcido a su amiga.- Seré tu tutor en esto, así que todos los días durante unas horas tendrás que venir conmigo Miracle - dijo con una sonrisa de satisfacción y mirando fijamente a la cobriza que ahora lo miraba horrorizada.- Un momento Sallow, porque el rector no se lo notifico el mismo, ¡además tu no estas estudiando medicina! ¿Como es que tu la vas a asesorar? - pregunto la castaña que de un salto se había puesto de pie furiosa.- Las firmas del rector y de Joseph Gastrell están allí, pueden comprobarlo, el rector está de viaje, me pidi&oac