Amber se preparó mentalmente para lo que venía. Afortunadamente, no estaría encerrada con Thiago Montgomery entre cuatro paredes. Hoy tenían la cita con Félix Remington, el hombre más escurridizo que no había tenido el placer de conocer.—¿Estás lista, cariño? —preguntó Andy saliendo del cuarto de baño.—Tan lista que, deseo volver a la cama y tirarme a dormir hasta que el año haya pasado.—¡De ninguna manera! No hice circo, maroma y teatro para que te quedes escondida en esta habitación. ¿Le darás a Thiago el poder de verte convertida en un ratón?Amber amaba muchísimo a Andy, pero en mañanas como esa; estaba tentada a lanzarla por la ventana.—Oh, no, no me mires así, Amber. Fuiste tú quien insistió en volver a San Francisco y has sido tú quien tomó la decisión de aceptar vivir en casa de tu cuñado sin consultarlo primero conmigo, así que, ¡no me mires así!Amber apartó la mirada con resignación. No podía rebatir las palabras de Andy. Ella había insistido en todo y ahora solo le que
Amber se quedó estática ante la reacción de Thiago, ella ni siquiera había procesado las palabras que Félix había dicho, y…—¿Qué pasa Montgomery? —preguntó Félix limpiándose la boca y el pequeño hilo de sangre de su labio roto.—Eso es exactamente lo que quiero saber, Remington, ¿Qué mierda es lo que te pasa? —rebatió el hombre mientras luchaba por serenarse.Thiago no había razonado, pero la sangre le hirvió en las venas al escuchar la clara insinuación de Félix en la voz y lo siguiente que supo es que había cruzado el rostro del hombre de un buen derechazo.—Solo le hice una pregunta a Amber, tan simple, tan sencilla ¿Cuál es tu problema, Montgomery? —volvió a preguntar acercándose a él peligrosamente.Félix no era un hombre sencillo de tratar y era conocido por su fuerte temperamento. Por lo que su reacción tan calmada despertó las alarmas de Thiago. ¿Había escuchado Félix su discusión con Amber? La sola idea le hizo sentir frío.Félix lo odiaba y podía convertir a Amber en su obj
«No»«No»Thiago aún podía escuchar la respuesta de Amber, la muchacha se había alejado de él y esperaba una respuesta de su parte. Pero él se había quedado más que sorprendido y con el orgullo herido ante su respuesta, que el silencio llevó a Amber a abandonar la oficina, dejándolo con una dolorosa erección.Thiago se vio en la penosa y humillante situación de salir al baño y darse placer pensando en la boca caliente de Amber sobre su polla y solo se sintió mucho peor luego de correrse.Amber, por su parte, se negó a volver a la oficina de Thiago durante el resto del día, había incluso ignorado las preguntas de Lucero y corrió al baño un par de veces para saciarse a sí misma. El caso es que su cordura estaba rayando la locura. ¿Realmente le había pedido a Thiago que le diera una mamada? Y lo más sorprendente de todo es que Thiago quería repetirlo. Él quería que le diera una mamada de nuevo.Amber se puso roja como un tomate solo de imaginar la polla de Thiago dentro de su boca, su co
Félix giró el rostro para ver a la mujer que se había atrevido a quitarle a Amber de las manos. Aunque él no pensaba hacerle nada malo, no quería dejar pasar la oportunidad de ganar puntos con la joven.—¿Quién eres tú? —preguntó Félix dando un paso hacia Andy.—Soy la novia de Amber y tú, ¿quién diablos eres? —le preguntó frunciendo el ceño al escuchar el gemido que escapó de los labios de Amber—. ¿Qué diablos le hiciste maldito imbécil? —arremetió Andy contra el hombre.—No le hice nada, más bien estoy ayudando a tu novia a salir de esta —respondió el hombre indignado y confundido ante la revelación de que Amber era lesbiana. En todo caso, Félix Remington, no necesitaba drogar a ninguna mujer para tenerla en su cama.—Pues no te creo.—Pues ese es tu maldito problema, no el mío —replicó el hombre antes de ver aparecer la figura de Thiago Montgomery detrás de la guapa y fastidiosa mujer.Thiago miró a Félix con rencor, antes de posar la mirada sobre Amber y Andy, que hacía un esfuerz
Amber intentó mover su cuerpo, pero una mano sobre su cintura y una pierna sobre su pierna le impidieron moverse.El pánico se apoderó de ella en el preciso momento en el que abrió los ojos y pudo ver que no estaba en su habitación en la mansión Montgomery y que ese cuerpo sobre el suyo no podía ser de Andy. ¡Era demasiado pesado para serlo!, pero si no era su mejor amiga… entonces, ¿de quién era?… el miedo se coló en su corazón y su cuerpo tembló violentamente.Imágenes de lo ocurrido en el antro llegaron a su mente. Félix invitándola a beber unos tragos y luego la discusión que había sostenido con un tipo desconocido que trató de llevársela. ¡El hombre que lo había drogado! Amber se movió con mayor ímpetu, quería liberarse de aquel toque, quería girar el rostro y ver quién era ese hombre que se había propasado con ella.—Deja de moverte de una jodida vez o terminaré enterrando mi polla en tu interior —masculló la voz fuerte y varonil a su oído.Amber casi dejó de respirar al reconoc
Thiago miró a Amber moverse por su oficina, la chica tenía una ligera sonrisa en los labios y Thiago solo pensaba en ponerla de rodillas delante de él nuevamente. Se mesó el cabello con frustración e hizo un esfuerzo titánico para apartar la mirada de ella y se concentró en buscar nuevas ensambladoras para llegar a un acuerdo, lo que le hizo pensar en Félix Remington.—Se puede saber… ¿Qué es lo que hacías con Félix? —le preguntó de repente y Amber se quedó estática en su lugar.—¿Qué?—La noche del antro, estabas con él —repitió tratando de que su voz no sonara celosa, pero fallando estrepitosamente porque fue lo más cercano a un gruñido.—No, quiero decir: llegué sola al antro y nos encontramos —declaró Amber sin atreverse a mirarlo, el tono de su voz la hizo sentir complacida, pero la fiera mirada le hizo temer por su reacción.—¡Te ha drogado para vengarse de mí! —gritó poniéndose de pie y acercándose peligrosamente a Amber.—¡No! No fue así, él únicamente me ayudó. Fue otro hombr
Amber pasó la mirada de uno a otro hombre, los dos parecían toros de lidia dispuestos a enfrentarse a muerte en el estacionamiento de la compañía. Los dos parecían olvidar que no estaban solos en el lugar.—Mierda Amber, creo que se te ha juntado el ganado —dijo Andy en tono bajo y cómplice.La mujer luchó por sofocar una risita, pero no pudo.—¿Qué mierda hace Thiago aquí, no se había marchado ya? —le preguntó Amber a su mejor amiga.Andy la miró en silencio y pensó en la mejor respuesta para darle. ¿Amber pensaba que ella era adivina?—No soy una maldita bruja y no tengo una jodida bola de cristal para saber el cómo o por qué Thiago está aquí, cariño. Pero segura estoy de que por mí no es —respondió haciendo que Amber le diera una mirada matadora.—No ayudas —le reprochó Amber acongojada por la situación.Mientras tanto, Thiago y Félix se enfrentaban en un duelo de miradas y sí, aquí podría aplicarse el dicho de: “Si las miradas mataran” ninguno de los dos estaría vivo.—¡Te hice un
Thiago no tenía ni una jodida idea de cómo llegaron al departamento. ¡Sí, al departamento! No a la casa, no a su habitación en la mansión ¡No! Él había conducido a su departamento de soltero y lo que era mucho más apremiante era la manera en la que su boca se aferraba a la boca de Amber.El calor de la pasión corría como lava volcánica por sus venas, no podía continuar negando que la boca y el cuerpo de Amber despertaban en él una fiera pasión que nublaba todo pensamiento racional, que le hacía olvidar que no debía desearla como lo hacía. ¡Ya no le importaba lo prohibida que era!Thiago dejó de pensar cuando la mano de Amber acarició su polla por encima del pantalón.—Te necesito dentro de mí —le dijo con la voz cargada de excitación y para Thiago fue un ramalazo de placer que se concentró en su ya dura polla.—Amber…—Lo sé, solo déjate llevar. Deja que tus instintos se hagan cargo de todo —susurró la muchacha al oído de Thiago enviando una nueva descarga de placer al acariciar el ló