«No»«No»Thiago aún podía escuchar la respuesta de Amber, la muchacha se había alejado de él y esperaba una respuesta de su parte. Pero él se había quedado más que sorprendido y con el orgullo herido ante su respuesta, que el silencio llevó a Amber a abandonar la oficina, dejándolo con una dolorosa erección.Thiago se vio en la penosa y humillante situación de salir al baño y darse placer pensando en la boca caliente de Amber sobre su polla y solo se sintió mucho peor luego de correrse.Amber, por su parte, se negó a volver a la oficina de Thiago durante el resto del día, había incluso ignorado las preguntas de Lucero y corrió al baño un par de veces para saciarse a sí misma. El caso es que su cordura estaba rayando la locura. ¿Realmente le había pedido a Thiago que le diera una mamada? Y lo más sorprendente de todo es que Thiago quería repetirlo. Él quería que le diera una mamada de nuevo.Amber se puso roja como un tomate solo de imaginar la polla de Thiago dentro de su boca, su co
Félix giró el rostro para ver a la mujer que se había atrevido a quitarle a Amber de las manos. Aunque él no pensaba hacerle nada malo, no quería dejar pasar la oportunidad de ganar puntos con la joven.—¿Quién eres tú? —preguntó Félix dando un paso hacia Andy.—Soy la novia de Amber y tú, ¿quién diablos eres? —le preguntó frunciendo el ceño al escuchar el gemido que escapó de los labios de Amber—. ¿Qué diablos le hiciste maldito imbécil? —arremetió Andy contra el hombre.—No le hice nada, más bien estoy ayudando a tu novia a salir de esta —respondió el hombre indignado y confundido ante la revelación de que Amber era lesbiana. En todo caso, Félix Remington, no necesitaba drogar a ninguna mujer para tenerla en su cama.—Pues no te creo.—Pues ese es tu maldito problema, no el mío —replicó el hombre antes de ver aparecer la figura de Thiago Montgomery detrás de la guapa y fastidiosa mujer.Thiago miró a Félix con rencor, antes de posar la mirada sobre Amber y Andy, que hacía un esfuerz
Amber intentó mover su cuerpo, pero una mano sobre su cintura y una pierna sobre su pierna le impidieron moverse.El pánico se apoderó de ella en el preciso momento en el que abrió los ojos y pudo ver que no estaba en su habitación en la mansión Montgomery y que ese cuerpo sobre el suyo no podía ser de Andy. ¡Era demasiado pesado para serlo!, pero si no era su mejor amiga… entonces, ¿de quién era?… el miedo se coló en su corazón y su cuerpo tembló violentamente.Imágenes de lo ocurrido en el antro llegaron a su mente. Félix invitándola a beber unos tragos y luego la discusión que había sostenido con un tipo desconocido que trató de llevársela. ¡El hombre que lo había drogado! Amber se movió con mayor ímpetu, quería liberarse de aquel toque, quería girar el rostro y ver quién era ese hombre que se había propasado con ella.—Deja de moverte de una jodida vez o terminaré enterrando mi polla en tu interior —masculló la voz fuerte y varonil a su oído.Amber casi dejó de respirar al reconoc
Thiago miró a Amber moverse por su oficina, la chica tenía una ligera sonrisa en los labios y Thiago solo pensaba en ponerla de rodillas delante de él nuevamente. Se mesó el cabello con frustración e hizo un esfuerzo titánico para apartar la mirada de ella y se concentró en buscar nuevas ensambladoras para llegar a un acuerdo, lo que le hizo pensar en Félix Remington.—Se puede saber… ¿Qué es lo que hacías con Félix? —le preguntó de repente y Amber se quedó estática en su lugar.—¿Qué?—La noche del antro, estabas con él —repitió tratando de que su voz no sonara celosa, pero fallando estrepitosamente porque fue lo más cercano a un gruñido.—No, quiero decir: llegué sola al antro y nos encontramos —declaró Amber sin atreverse a mirarlo, el tono de su voz la hizo sentir complacida, pero la fiera mirada le hizo temer por su reacción.—¡Te ha drogado para vengarse de mí! —gritó poniéndose de pie y acercándose peligrosamente a Amber.—¡No! No fue así, él únicamente me ayudó. Fue otro hombr
Amber pasó la mirada de uno a otro hombre, los dos parecían toros de lidia dispuestos a enfrentarse a muerte en el estacionamiento de la compañía. Los dos parecían olvidar que no estaban solos en el lugar.—Mierda Amber, creo que se te ha juntado el ganado —dijo Andy en tono bajo y cómplice.La mujer luchó por sofocar una risita, pero no pudo.—¿Qué mierda hace Thiago aquí, no se había marchado ya? —le preguntó Amber a su mejor amiga.Andy la miró en silencio y pensó en la mejor respuesta para darle. ¿Amber pensaba que ella era adivina?—No soy una maldita bruja y no tengo una jodida bola de cristal para saber el cómo o por qué Thiago está aquí, cariño. Pero segura estoy de que por mí no es —respondió haciendo que Amber le diera una mirada matadora.—No ayudas —le reprochó Amber acongojada por la situación.Mientras tanto, Thiago y Félix se enfrentaban en un duelo de miradas y sí, aquí podría aplicarse el dicho de: “Si las miradas mataran” ninguno de los dos estaría vivo.—¡Te hice un
Thiago no tenía ni una jodida idea de cómo llegaron al departamento. ¡Sí, al departamento! No a la casa, no a su habitación en la mansión ¡No! Él había conducido a su departamento de soltero y lo que era mucho más apremiante era la manera en la que su boca se aferraba a la boca de Amber.El calor de la pasión corría como lava volcánica por sus venas, no podía continuar negando que la boca y el cuerpo de Amber despertaban en él una fiera pasión que nublaba todo pensamiento racional, que le hacía olvidar que no debía desearla como lo hacía. ¡Ya no le importaba lo prohibida que era!Thiago dejó de pensar cuando la mano de Amber acarició su polla por encima del pantalón.—Te necesito dentro de mí —le dijo con la voz cargada de excitación y para Thiago fue un ramalazo de placer que se concentró en su ya dura polla.—Amber…—Lo sé, solo déjate llevar. Deja que tus instintos se hagan cargo de todo —susurró la muchacha al oído de Thiago enviando una nueva descarga de placer al acariciar el ló
Amber se movió con sutileza, el cuerpo le dolía. No el cuerpo no, específicamente su coño. Thiago había cumplido su promesa y la había follado hasta hacerle ver las estrellas. Se sentía tan jodidamente dolorida, pero tan malditamente satisfecha que no pudo evitar reprimir el gemido que abandonó sus labios.—Santo infierno, Amber, no te muevas —gruñó Thiago a su oído y entonces Amber fue consciente de que el hombre estaba enterrado aun dentro de su intimidad.—¡Vas a matarme! —gritó Amber cuando Thiago movió la cadera y se enterró un poco más en ella.—No te escuché quejarte anoche, gritar sí, pero quejarte…—Idiota —gruñó Amber al escuchar las palabras de Thiago, sabía que se estaba burlando de ella, sobre todo cuando escuchó su risita.—Vamos a bañarnos, necesitamos ir a casa y volver a la oficina. Esto es jodidamente caliente y adictivo, pero tengo una compañía que dirigir —Thiago se lamentaba que no fuera fin de semana, porque sí, estaba loco. Loco e idiota por Amber, si por él fue
Thiago miró fijamente a Amber, deslizó su mirada por su rostro y luego hacia las manos de Andy agarrando las de su chica.¡Joder!, pensó Thiago. Estaba loco por pensar en Amber como suya. Pero era así: él no era un hombre de medias tintas. Por esa razón no había buscado otra mujer, tuvo encuentros esporádicos, no iba a negarlo al fin y al cabo no era un puto santo para abstenerse de tener sexo.Pero no sé dio tiempo de tener una relación con nadie, porque le gustaba ser exclusivo. Que la chica donde metiera la polla, fuera suya por el tiempo que les durara la calentura, por supuesto él siendo claro desde un principio ofreciendo sexo, exclusividad, pero no amor. Porque no se podía dar lo que no podía sentirse.Con Amber había hablado y fue sincero en todo momento. Y creía que las cosas quedarían claras entre ellos al consumar lo que tenían. Porque no iba a negar que entre ellos existía una jodida atracción, él no iba a negar esa gran verdad. Bueno o no, existía.Pero él había cambiado