Amber caminó de un lado a otro en la sala del hospital. Félix había llamado anunciando que Andy estaba en trabajo de labor y parto.—Cariño, ven siéntate conmigo —pidió Thiago palmeando la silla junto a él.—Estoy nerviosa y emocionada. El bebé de Andy y Félix será hermoso —dijo mordiéndose los labios.Había pasado las últimas semanas pensando en un bebé y no se atrevía a hablar con Thiago sobre el tema.Sin saber que él también estaba en la misma situación que ella.—Yo también lo creo y por el bien de ese bebé espero que herede la inteligencia y la belleza de su madre.—Félix es muy guapo y es posible que el bebé se parezca a él —dijo Amber caminando para sentarse junto a Thiago.—¿Hay algo que quieras decirme? —preguntó al verlo hacer un puchero.—Thiago, sé que no hemos hablado al respecto, pero… Me gustaría tener un hijo —dijo escondiéndose en el pecho del hombre.—¿Un hijo? —preguntó Thiago emocionado con las palabras de Amber.—Sí, quiero cargar un bebé entre mis brazos y saber
Thiago Montgomery observó con semblante serio al hombre sentado frente a él, lo estudió por un breve momento para luego esbozar una ligera sonrisa.—Entonces… ¿Lo que tú quieres es una boda para asegurar el negocio? —preguntó con tal calma, que el hombre pareció sorprenderse por su reacción.—Enterprise Airplane, ha sido el negocio de mi familia por décadas, desafortunadamente confié en la persona equivocada y pagué muy caro las consecuencias, no quiero cometer el error dos veces. Solo venderé el 50 % de las acciones al hombre que acepte el contrato matrimonial con mi hija mayor —dijo nuevamente.Thiago era un hombre ambicioso y nunca involucraba su vida privada en los negocios y mucho menos en uno de los contratos, pero esta vez podía ser la excepción. Esta era la oportunidad que tanto había deseado para extender su negocio y no iba a desaprovecharla, menos por un simple requisito que era nada comparado con lo que estaba a punto de ganar. Convertirse en el señor de los cielos, su flo
—Lo siento señorita, pero su tarjeta ha sido rechazada, ¿quizás tenga otra con la que podamos probar? —preguntó amablemente la dependiente de la tienda.Amber frunció el ceño, era imposible que la tarjeta no tuviera fondos, se había asegurado y verificado más de una vez que tuviese crédito antes de salir de casa aquella tarde.—¿Podría intentarlo una vez más? —pidió sintiéndose un tanto nerviosa y molesta a la vez.—Claro, quizás sea solo un error de sistema —dijo la joven, mientras lo intentaba nuevamente, lamentablemente había tenido el mismo resultado.—Lo lamento, pero el sistema ha vuelto a rechazarla —dijo con cierta pena la mujer.—Pagaré en efectivo, no se preocupe —dijo sacando la billetera y pagando con el único efectivo que tenía en la bolsa.Ella cogió sus compras y volvió a su piso. Desde hacía dos años vivía en Italia, alejado de su país de origen y de su familia. Ella tenía muchas diferencias con su padre y causaba muchos problemas a su madre y hermana, por lo que decid
—¡¿Estás loca?! No te comprendo Amber, en serio que no logro entender qué es lo que pasa por tu cabeza —Andy se sentó en el sillón con más enfado del que jamás había sentido.—No voy a dejarlo ganar, Andy, ¿Qué tan malo puede ser trabajar un año con ese idiota? —preguntó de manera tan confiada que solo aumentó el enojo de Andy.—¿No te estás dando cuenta? Tu padre te tiene justo donde quería, estás de nuevo bajo sus garras, ¡pensé que eras más lista Amber! ¿Qué tan malo puede ser trabajar un año con ese idiota? —repitió la pregunta de su amiga. —Ni siquiera lo conoces, no sabes nada de él; estás cometiendo un error Amber, volvamos a Italia —le pidió.—¡No! ¡No, no voy a volver! Voy a demostrarle a mi padre que cometió un terrible error vendiendo Airplane a un desconocido y todo por no confiar en mí —Amber estaba resentida con su padre por la venta de la empresa familiar y por otras tantas cosas más.—Estás actuando desde el coraje y el resentimiento, ¿Crees que puedas sacar algo bueno
—Dime que no aceptaste esta tontería —pidió Andy mientras se bebían un trago en “El Inframundo”, según les habían comentado, era como tener un pedazo de Nueva York en San Francisco.—Voy a demostrar que no soy la mujer que él cree, Andy, le haré morder el polvo por donde piso —le aseguró y la muchacha suspiró.—Eso suena genial, pero… ¿Qué te hace pensar que podrás contra él? —le cuestionó la joven italiana.—¿Estás de su parte, no confías en mí? —preguntó Amber con tono herido. Una cosa era que su familia ¡No! Su familia no, específicamente su padre, no confiara en ella y la viera únicamente como desperdicio, pero otra muy diferente era que Andy, su mejor amiga, no confiara en ella. Eso dolía más que nada.—Confío en ti, la muestra más clara es que atravesé un océano completo para estar contigo, Amber. Pero a diferencia de ti, no estoy obsesionada con demostrar nada a mi familia. No es tu caso, querida amiga y te estás dejando arrastrar por la corriente y tengo miedo de que termines
Amber sintió un placer que no debía sentir, que debería ser prohibido, sin embargo, no pudo evitar regocijarse completamente feliz al ver el rostro crispado de Thiago Montgomery. Intuía los deseos asesinos que nacían en el hombre y que estaban lejos de espantarla. “Quizás tenga un alma suicida”, pensó Amber sin dejar de sonreír.—¡Thiago! —La voz de Maggi rompió la burbuja en la que se habían sumergido los dos, olvidándose momentáneamente de la presencia de la mujer.—Maggi —saludó con voz fría.Thiago quería borrar la sonrisa de Amber de un plumazo y demostrarle que… ¿Qué? ¿Qué era lo que iba a demostrarle? Todo esto era una reverenda estupidez, pensó y se apartó ligeramente de Maggi para verla fijamente.—Ya Amber me ha dicho que estarán trabajando juntos. ¡Eso es maravilloso! No sabes lo mucho que voy a agradecerte que seas un mentor para ella—dijo con efusiva alegría, ajena a los sentimientos asesinos que nacían entre ellos—, siempre mostró interés en la empresa, pero sabes lo que
«¡Lo estás besando, idiota!»«¡Lo estás besando!»«¡Idiota!»El cerebro de Amber gritaba desesperado llamando a la razón de la joven, pero Amber estaba totalmente perdida en aquel beso. Su lengua buscó abrirse paso por la boca de Thiago y su cuerpo se pegó como lapa al cuerpo fuerte y muy muy masculino de su cuñado. «¡Su cuñado!». La muchacha no supo si fue ella quien se alejó primero o si fue Thiago, de lo único que pudo ser consciente fue de la mordida que se llevó en el labio al separarse de la boca de Thiago. Sintiendo en su lengua el sabor metálico de su propia sangre.—¡Maldita seas, Amber! ¿Qué mierda crees que haces? —espetó Thiago furioso, alejándose de la muchacha para no asesinarla allí mismo.Amber se negaba a mirarlo, pasó la punta de su lengua sobre la cortada de su labio. Tenía el impulso de salir corriendo, pero no le daría el gusto a Thiago de verla huir como una asustada gatita.—Fue tu culpa —murmuró.Amber no pudo pensar en una mejor respuesta. Había sido el olor e
Amber escuchó complacida como Thiago vomitaba hasta los intestinos, sonrió y aunque eso le supuso un ligero dolor en la comisura de los labios, lo disfrutó tan malditamente que su yo interior bailaba de puro placer. “Deja de reírte, ¿no sabes si vomita por el golpe en tu rostro? ¿O por qué al verte recordó el beso que le diste ¿Qué esperabas que sintiera al verte de nuevo? Si él ya te odiaba con seguridad, ahora te odia mucho más”.Aquellos pensamientos hicieron añicos su burbuja de felicidad y no pudo evitar sentir el escalofrío que recorrió su cuerpo al verlo salir del cuarto de baño mortalmente pálido.—¿Estás bien? —preguntó acercando la taza de café que le había preparado sin reparar en lo que hacía.Thiago la miró y le gruñó como si fuera un animal herido, sus manos temblaron ligeramente e insistió en ofrecerle el café.—Te aseguro que no le he puesto más que un poco de azúcar. Te hará sentir mejor.—No quiero nada de ti, Amber, es más, no quiero ni ver tu cara —gruñó sin verla.