Galeano había llegado a primera hora a la oficina, al igual que Alicia, no había podido dormir en toda la noche. Tomando en cuenta que había tenido que marcharse a un hotel con su madre, en vista de la forma inesperada como se habían dado las cosas. Sabía que Rosi regresaría a la empresa, para él era muy importante volver a hablar con ella y contarle que ya Alicia sabía toda la verdad. La puerta de la oficina se abrió para su sorpresa, era la misma Rosi en persona tal y como él lo había pensado: — Hola Galeano, tenemos que hablar, la conversación de ayer quedó a la mitad y hoy espero que me tengas noticias de mi hija. — Sería muy provechoso que volvieras a desaparecer de nuestras vida por ejemplo. —dijo molesto. — Eso no va a ocurrir de nuevo, como te lo dije ayer, vine dispuesta a llevarme a mi hija. Galeano le dio un golpe al escritorio y le dijo molesto:— ¡Eso lo harás por encima de mí cadáver! Y ya puedes estar contenta, Alicia ya sabe toda la verdad.Rosi se sorprendió,
Mientras Alicia, se dirigía a ver a Galeano, Rosi, permanecía en la sala de espera junto a Miguel. Este último no perdió la oportunidad de acercarse a ella y preguntar:— Bueno Rosi, ahora que estamos a solas, creo que es un buen momento para que me digas: ¿cómo es eso de que eres la madre de Alicia? No comprendo aún todo esto. ¿Por qué no me lo dijiste durante la entrevista de trabajo que te hice? Rosi suspiró, mirando al suelo. La verdad era complicada y dolorosa.— Es una historia muy larga, Miguel, y no sé cómo lo vayas a tomar, además casi no te conozco y no creo que sea prudente en estos momentos. — Pero creo que tengo derecho a saberlo. Te presentas en nuestra empresa para una entrevista de trabajo y ahora resulta que eres la suegra de mi socio. ¿No te parece que al menos merezco una explicación? —No tenía la menor idea de que esa empresa era de Galeano, fui solo porque vi el aviso en prensa y como estaba buscando un empleo, fui a la entrevista de trabajo ignorando que me i
Los días transcurrieron mientras Galeano se recuperaba en la clínica tras el fatídico infarto. Alicia, impulsada principalmente por su hija Carlota, encontró la fuerza para seguir adelante. El daño que le habían infligido la había transformado en una mujer más fuerte y segura. Estaba decidida a enfrentarse a Rosi para evitar que le arrebataran a la niña.A pesar de su alta médica, Galeano aún debía cuidarse y continuar el tratamiento en casa. Ese día, Alicia estaba en la habitación con él, empacando sus pertenencias para irse. — Gracias por venir a buscarme, Alicia. Después de lo ocurrido, pensé que ya no te importaba —dijo Galeano.— No te confundas, Galeano. Vine porque aún eres mi esposo y tenía que pagar la cuenta de la clínica. Además, el médico recomendó reposo debido a tu delicada condición —respondió Alicia con firmeza y mucha frialdad. — Por favor, Alicia, necesitamos hablar con calma. Somos una familia y debemos arreglar las cosas —insistió Galeano.— Ya es suficiente, Gale
Había llegado el momento que todos estaban esperando, el gran día para saber los resultados de la prueba de ADN, los cuales se entregarían al juez, para el juicio de la custodia de la pequeña Carlotita. Todos estaban reunidos en la sala de espera del laboratorio, Alicia y Galeano aguardaban los resultados de la prueba de ADN. Rosi, por su parte se encontraba acompañada de su representante legal, también esperaba ansiosa, aunque ella estaba muy segura de que Galeano era el padre de su hija, por lo tanto ¿Qué podría salir mal? Era crucial esa prueba, para determinar la paternidad de la niña ante el juez.La tensión era palpable. Galeano fue el primero en abrir el sobre con los resultados. Su rostro se desfiguró al leer lo que decía. Alicia, sorprendida, le preguntó qué ocurría, mientras Rosi y su abogado observaban con curiosidad.— ¿Qué significa esto, Galeano? —preguntó Alicia.— Rosi, ¿puedes explicarme esto? —dijo él, arrojando la hoja de papel hacia ella.— ¿Qué te pasa, Galeano
Natalia se encontraba en un estado lamentable. Galeano, desesperado por conocer la verdad, la había buscado en el hotel donde se hospedaba desde que Alicia la expulsó de la mansión.Sin embargo, debido a la emergencia que tenía a todos en vilo, Galeano tuvo que llevarla de regreso. La incertidumbre sobre el paradero de la verdadera hija de Galeano y Rosi los tenía a todos muy consternados Cuando Alicia vio a Natalia entrar en la mansión del brazo de Galeano, no pudo evitar sentir rechazo al recordar que ella era la responsable de la muerte de su padre.—¿Por qué has traído a la bruja de tu madre a mi casa en ese estado? No quiero que la niña la vea así —dijo Alicia con desdén.—Alicia, entiendo que te cueste aceptar ver a mi madre después de lo que hizo, pero necesitamos saber la verdad sobre nuestra verdadera hija. No podía dejarla en el hotel por más tiempo —respondió Galeano con urgencia.—Pero mira cómo está, en ese estado de ebriedad. No es un buen ejemplo para nuestra hija, y a
Para Galeano, el descubrimiento de la muerte de su verdadera hija fue un golpe devastador. Sentía que la vida le había infligido un castigo por haberse involucrado con una mujer casada, quien resultó ser la madre de su esposa.(…)Un año después…Alicia cumplió sus amenazas y denunció formalmente a Natalia como la responsable del asesinato de su padre. Pero al mismo tiempo el abogado de la familia de Galeano, un antiguo amigo y consejero de Raúl, sospechaba que su muerte había sido por envenenamiento. Las pruebas confirmaron esta teoría, y se descubrió que Natalia había sobornado al médico forense para ocultar el informe de la autopsia, que revelaba la presencia de veneno en el cuerpo de Galeano.Natalia fue condenada a 30 años de cárcel, pero para Galeano, el dolor era inmenso. No podía creer que su propia madre hubiera matado a su padre, incluso sabiendo que estaba desahuciado. Natalia había adelantado su muerte por avaricia, para asegurar que Galeano recibiera la herencia.El matri
La mujer se sintió intimidada al ver la enorme mansión. No podía entender cómo era posible que la hija de Rosi tuviera tanto dinero mientras ella misma se encontraba en condiciones tan precarias.— Vengo de parte de la señora Rosi, ella está viviendo en mi casa, pero tiene una enfermedad en los pulmones y está muy grave, me pidió que la buscara a usted para que fuera a verla. —Dijo la humilde mujer— ella necesita comprar muchas medicinas y no tiene el dinero. Alicia llevó las manos a su rostro, impresionada. No podía creer que el destino la estuviera haciendo pagar con la misma moneda que ella le había hecho pagar a su padre. Además del daño que le había causado al ocultar su relación con Galeano, sabiendo que Alicia se iba a casar con él.Sin embargo, en el fondo, sentía pena por Rosi. Después de todo, era su madre, y si se encontraba en esas condiciones al borde de la muerte, Alicia debía perdonarla y liberarse de la carga que llevaba encima.— Está bien, lléveme donde está ella. C
Alicia miró a Rosi con profundo dolor, se le llenaron los ojos de lágrimas, estaba cansada de recibir decepciones de parte de su madre, cuando creía que ya no iba a tener más sufrimientos en su vida, aparecía nuevamente Rosi, clavándole una estaca en medio de su corazón. — ¿Qué más vas a decirme? ¿Acaso no ha sido suficiente con haberme destruido la vida como lo has hecho durante todos estos años? Y aun así tienes el cinismo de decirme que hay algo más que debo saber.— Sí, debo decirte algo que nunca pensé que lo haría, pero ha llegado el momento y quiero estar en paz. —Y qué más me vas a decir después de enterarme de toda esta mentira en la que me has hecho vivir? —Quiero pedirte perdón. Necesito que me perdones hija. — ¿Perdonarte? ¡Ja! Suena tan fácil decirlo. La verdad es que venía dispuesta a perdonarte, pero no por ti, sino por mí. Quiero liberarme de esta carga que he llevado todos estos años. Pero no contaba con que me iba a enterar de que ese hombre al que siempre vi com