De regreso a mi habitación abro la puerta y al cerrarla algo salta sobre mí, estaba sumergido en mis pensamientos que no me percaté y tomé a jade por el cuello aunque la solté de prisa un poco alarmado.—¡jade! ¿Por qué haces eso? me sorprendiste y casi te lastimo, agradece que sólo fue mi mano en tu cuello— su respiración es pesada y no dice nada—¿que sucede?— me acerco, su piel está muy caliente—tienes fiebre— toco su frente confirmando y se pega a mí olfateandome, aprieta mi espalda aunque sus manos no son lo suficientemente amplias.—creí que estabas dormida— le vuelvo a decir al ver que no me responde y gime, la olfateo y ese olor a excitación se adentra dentro de mí.—¿estás excitada?— la cargo en mis brazos y la llevo a la cama —abre los ojos— espeto de forma suave y ella niega y sube sus brazos a su cabeza estirándose.—quítame la ropa siento que me quemo, Alfa— lo hago rápido porque está muy caliente y recuerdo la dura imagen de esta mañana y trato de borrar el recuerdo, p
Jade Iba a meter en su cabeza que él no la quería y que si la quería prefería no hacerlo y estaba bien, aunque en sí, no lo entendía en el momento.Arlo no pudo notar su malestar en todo el día porque ella fue muy alegre con él, no quería dar más vergüenza de la que había dado y subió a su habitación nuevamente. Alastor pensó que ella no bajaría para la cena y si lo hizo y actuó como si nada pasó riendo con los lobos y comió toda su porción. Pasado un tiempo el se marchó a su habitación y poco a poco todos empezaban a marcharse despidiéndose de ella y fue por un libro —antes de irte apaga la fogata, descansa— espeta uno de los lobos y se retira dejándola sola, sumergida en su lectura. Alguien se acerca a ella, es Clark —así que ahora te dedicas a la lectura y no sólo a consolar a tu Alfa en las noches— se sienta a su lado y le arrebata el libro con malas intenciones.—¿que estás leyendo?— ríe porque ella intenta quitárselo, pero clark, siendo tan astuto con intención de acercarse a
Alastor está dando la espalda y arlo se presenta ante él sin hacer ruido, con manos cruzadas hacia delante esperando el veredicto.—dame una razón para no quebrarte cada hueso en este instante y olvidarme de que eres mi beta, solo una…maldita razón— tiene las manos cruzadas detrás de su espalda y levanta la cabeza. De da la vuelta y lo mira fijamente, esa mirada espeluznante causa terror. Traga grueso sin quererle responder porque ni siquiera sabía si era buena idea emitir sonidos en este momento, quería mantenerse convida un poco más de tiempo.—¿no dirás nada en tu defensa, beta?— solo cuando se enfada lo llama de esa forma, sabe que a Alastor no se le puede retar, ni tentar, es irracional y muy violento aparte de impulsivo.—no tengo cómo defenderme, no se que sucedió con ustedes, pero esta vez no soporte verla en esa situación y me suplico que ya no podía más que sus fuerzas estaban agotadas y que por favor, no la detenga, ni la convenza de quedarse, no viste su cara era horrible
Jade se adentra al denso bosque y camina sin miedo alguno deseando que algo la ataque y acabe con su miserable vida porque lo único que deseaba era morir. fue un golpe duro salir de la manada y dejar al amor de su vida, pero esas palabras que prometió nunca más decirle, le dolieron.~tienes su olor en tu cara y tu cabello, tanto que me gustaba tu cabello y dejaste que otro lo toque...Ahora es insignificante para mí, como tu presencia en esta manada, no quiero volver a ver tu cara~Cayó de rodillas sin fuerzas porque había caminado mucho y se raspó un poco, lloró por el dolor, o más bien una excusa para seguir llorando. Cortó un trozo de tela y la amarró para detener la sangre y trató de caminar un poco más arrastrando sus piernas porque ya estaba demasiado cansada, pero sobre ella saltaron dos lobos mordiendola por cada brazo y al verla la reconocieron, eran los cazadores de su padre—es la hija menor del alfa, vamos rápido a la manada con ella, esto nos será bien recompensado jajajaj
Alastor lleva días sin pegar un ojo y sus ojeras son visibles para todos pese al cubrebocas. Las semillas que sembró arlo, que ella le había pedido que sembrara empezaron a crecer, él las cuidaba con mucho amor porque pensaba que un día ella iba a regresar, era la mentira que quería creer. El pasto crecía en la manada y algunos insectos empezaban a parecer, pero ya nada causaba emoción como antes. Los días eran duros para el alfa Alastor y sólo tocaba el trozo de tela del vestido de jade sucio de sangre que sus lobos habían encontrado tirado, perdiendo la esperanza de que siga con vida porque nada encontraban ni restos de su cuerpo mutilado y cada día que pasaba las ganas de buscarla disminuían, pero aunque fuera sólo, no se iba a detener.Arlo toca su puerta y pasa, el alfa emanaba una aura de tristeza, angustia y poca calma y aunque era extraño por primera vez no había explotado en ira, simplemente estaba neutro.—alfa, los lobos no encontraron nada otra vez— se da la vuelta para m
—definitivamente tienes agallas para hablarme de esa manera, ya veo que no te importa tú vida, pero te lo dejaré pasar esta vez. También sé que por más que quieras negarme cuanto te agrado es imposible resistirse a mí y tranquila, después que nos casemos trataré de ser menos egoísta contigo, pero imagínate, aún no puedes acostarte conmigo por lo tanto tengo mis necesidades de lobo y tú no puedes complacerme, a menos que...— —a menos nada, estás demente, no me acostaré contigo hasta que no sea mayor— espeta negando y termina su plato y se levanta —hoy tomarás el té, con invitadas para que hagas amistades y sepas cómo comportarte en público y otros modales que te hacen falta— le sonríe cínicamente —no me interesa nada de eso alfa Ronan, así que esta perdiendo el tiempo— él coloca el dedo en sus labio y le pide que haga silencio —jade, no me hagas perder la poca paciencia que tengo contigo o juro que te vas arrepentir— Y tal como le comentó, tuvo que recibir las invitadas al té, e
Cuenta la leyenda que un alfa llamado Alastor Bismarck, rey de la manada «luna blanca» fue castigado junto a todos sus lobos por la diosa luna. El pecado de ellos fue la maldad de su corazón, se destruían entre ellos y la codicia y vanidad los hacia no querer darle lugar a las lobas solteras o comprometidas abusando de ellas y quitándoles sus purezas. hacían mal a otras manadas provocando así, que todas estuvieran en contra de ellos, ya que muchas veces les robaban las mujeres qué, desde su codicia y egoísmo ellos deseaban. El alfa Alastor, era el más pequeño de cinco hermanos, pero el más sangriento y despiadado, y decidió quitarle la vida a todos sus hermanos para quedarse con el trono antes de tiempo. Tuvo un reinado próspero y fértil, pero estaba basado en la lujuria y vanidad y solo derramar sangre los hacía sentirse saciados, cualquiera que se atreviera a enfrentarlos no dudaban en derramar su sangre, inocente o culpable todos pagaban a una. Causaban el terror a su paso y eran
Cómo cada día los lobos de Luna blanca fueron en busca de agua y a cazar. Ya habían pasado cinco días desde la última caza y el hambre los atacaba.Mientras caminaban y discutían entre ellos, Arlo bufaba, pues eran tan infantiles para su gusto y hablaban tantas estupideces, que lo abrumaba su falta de inteligencia y sus pocas capacidades para pensar.—¡Agh! estoy cansado de esta maldita vida, soy un lobo de guerra, no un esclavo que tiene que buscar agua para que Alastor se lave el culo todos los días—Los demás se ríen y Arlo quien se veía como un lobo débil le gruñe enfadado.—si mantienes la boca cerrada posiblemente no le diga al señor alfa que te arranque la lengua, Clark—El abucheo de los lobos lo hizo enfurecer y soltar el cántaro para el agua, pues Clark era agresivo y uno de los que quería la cabeza de Alastor en secreto.—¿crees que porque eres la marioneta de él, te tengo miedo?— un gruñido salió desde lo más profundo de él anunciándole que quería pelea y Arlo espetó en t